El gobernador Omar Perotti y su mano derecha Roberto Mirabella; líderes del perottismo y la vicegobernadora Alejandra Rodenas más el jefe del bloque PJ en el Senado, Armando Traferri, reina y rey del Nuevo Espacio Santafesino (NES), se convocaron para dialogar sobre la agenda legislativa y mejorar el funcionamiento político del oficialismo. Pero no contaban con la participación estelar del ministro de Seguridad Marcelo Sain, que dos horas antes, y tal como contó Letra P, vinculó al senador con las organización de las protestas policías que sacudieron Rosario y Santa Fe. Lo planeado su fue al tacho: el encuentro pautado para limar asperezas se convirtió en ring y pases de factura.
La Casa Gris tiene dificultades para imponer sus proyectos en la Legislatura. Por un lado, en Diputados padece la mayoría del Frente Progresista que conduce el socialista Miguel Lifschitz, pero tampoco goza de un trabajo fluido entre las bancadas justicialistas de ambas cámaras. Ese fue el motivo de la reunión que pautaron las cuatro cabezas de la coalición oficialista.
Pero el cónclave se vio dinamitado por los dichos de Sain, que dos horas antes, en diálogo con Radio Dos, acusó a Traferri con nombre y apellido de fogonear el reclamo policial “para desestabilizar y generar zozobra política”. Del tema agendado se habló poco y nada, y el NES se retiró de la Casa Gris masticando bronca.
Sain volvió a meter la cuña contra el sector que él llama “PJ conservador” y que –a su entender– está en contra de la reforma policial que impulsa y todavía no ingresó a la Legislatura. Perotti, en su discurso de apertura de sesiones, el 1 de mayo, ponderó el paquete de leyes como sostén trascendental a su eslogan de campaña, “la paz y el orden”. Pero hoy, a cuatro meses y medio de ese día, no mandó los mensajes.
En los últimos días se conoció una encuesta de la consultora Innova, realizada en Rosario, que afirma que el 65 por ciento de los rosarinos y rosarinas considera que la situación de inseguridad, bajo la conducción de Perotti y Sain, va a mantenerse como hasta ahora o empeorar.
Caída la reunión, Traferri volvió al Senado para impulsar una declaración de “enérgico rechazo” contra las declaraciones de Sain. “Una conducta peligrosa para la vida democrática” es la que tiene el ministro, según el documento que convalidaron los 19 senadores de la Cámara alta. El escrito fue acompañado incluso por legisladores perottistas como Alcides Calvo, el senador que representa al Departamento que tiene cabecera en Rafaela.
Sain, que viene empoderado y sostenido firme por la mesa chica del perottismo, volvió a la carga contra su rival en la interna del PJ santafesino, pero su movida torna espinoso el recorrido de su “bronce”, la reforma policial. Es que el criminólogo necesita de los votos de Traferri, y todo el Senado, para alzarse con los laureles. El jefe de la bancada PJ demostró, con la jugada de la sesión, que tiene ascendencia ante todos sus pares.
Una fuente calificada del gobierno, por otro lado, le confió a Letra P que el gobernador le pidió a Traferri que abra una instancia de diálogo con Sain porque el rafaelino pretende que el paquete de reforma policial ingrese por el Senado y no por Diputados. Suena difícil.