La disputa de poder entre el PRO y la Unión Cívica Radical (UCR) dentro de la coalición Cambiemos crece mientras el Gobierno se adentra en la campaña por la reelección de Mauricio Macri. Las internas del radicalismo y las negociaciones electorales con el macrismo desataron una guerra de nervios en el partido centenario, que aún debate la fecha y el lugar de su convención anual, en la que, se espera, haya un pronunciamiento público que reafirme la pertenencia al oficialismo.
A diferencia del PRO, dentro de la UCR conviven múltiples micro espacios, referentes y, además, situaciones políticas provinciales que poco tienen que ver con lo que la cúpula partidaria dialoga con la Casa Rosada. De todas formas, el PRO también tuvo que cerrar heridas propias y el Gobierno debió sacar a sus bomberos a apagar el foco de incendio, incluso en las filas macristas, que empezaba a propagarse con la idea, surgida en los márgenes de la conducción oficialista, de un hipotético Plan V que promocionaba a María Eugenia Vidal como candidata presidencial.
En el campamento radical hay una división clara: un sector rebelde, que busca rivalizar con el PRO y, al menos, repetir el esquema de 2015 de una interna en Cambiemos, frente a un sector que propone mantener el statu quo, trabajar por la reelección de Macri y luego alistarse para discutir el gabinete del próximo mandato. El presidente de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, acumula desencantos con la jefatura del PRO, que no termina de comprenderlo.
El gobernador mendocino aún mastica bronca por la interna de Cambiemos por la gobernación de Mendoza, en la que se enfrentarán su delfín radical, Rodolfo Suárez, y el macrista Omar De Marchi. Nadie en el PRO hizo esfuerzos para llegar a un entendimiento. El único gesto vino, sorpresivamente, de parte de Marcos Peña, que le sugirió a De Marchi que disminuyera sus críticas a la administración de Cornejo. En su última aparición pública, el intendente de Luján de Cuyo habló de “continuar” el trabajo de la actual gestión cornejista.
Pero eso no le alcanza al mandatario mendocino, que insiste en su reclamo de apertura de la mesa de conducción política de Cambiemos, da rienda suelta a quienes proponen ir a internas con Macri en las PASO y continúa en su compleja faena para que el PRO acepte discutir la fórmula presidencial en caso de que no haya primarias dentro del oficialismo.
En el cornejismo tampoco hizo gracia la decisión del PRO de sacar a la cancha a Cristian Ritondo y adelantar su promoción como candidato a presidir la Cámara de Diputados si Cambiemos se impone en las elecciones. Esperaba, repiten en Mendoza, que "al menos" le comentaran la jugada y no debiera enterarse por los medios. “Fue un mensaje para Emilio (Monzó)”, aclaran en Balcarce 50, buscando evadir cualquier reclamo de Cornejo, que aspiraba a ese lugar.
El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se para en la vereda contraria y se posiciona como el radical más cercano al pensamiento de la Casa Rosada. Hizo pública su idea de evitar una interna en Cambiemos durante la foto de los tres gobernadores radicales en Corrientes, como antesala de la Convención Nacional, cuya definición de fecha y lugar entró en un letargo del que aún no sale.
Morales pulverizó la opción de Martín Lousteau y de cualquier intento de competir con Macri. Ni Cornejo ni el mandatario local, Gustavo Valdés, esperaban tal definición. Sus declaraciones cayeron también como una bomba en el radicalismo porteño, principal promotor de una apertura de Cambiemos y de la candidatura del economista.
Morales trabaja por su reelección en un distrito en el que la polarización nacional, a escala local por su enfrentamiento con Milagro Sala, le genera rédito electoral. Sin embargo, también desdobló las elecciones y separó su campaña de la de Macri, quien, según las encuestas, no registra buenos números de imagen en las provincias del norte. Eso se produjo en acuerdo con el Presidente, que hoy lo señala como el radical más cercano a su pensamiento y su principal interlocutor con el partido de Alem. En ese sentido, Morales se encargó de confirmar la candidatura de Silvia Elías de Pérez en Tucumán y le explicó las razones de esa decisión a José Cano, muy cercano a Peña. En paralelo, el jujeño tantea la posibilidad de llevar la Convención a su territorio.
Morales trabaja para dinamitar cualquier alzamiento radical frente a la candidatura de Macri y Cornejo busca el equilibrio, mientras Enrique "Coti" Nosiglia habla directamente con el oficialismo, ofreciendo propuestas, como reveló el diario Perfil. Siempre con discreción, pero a teléfono abierto: el ex ministro de Raúl Alfonsín incrementó sus diálogos con los caciques radicales del interior y escucha a todos, incluso a quienes proponen romper la alianza de gobierno o los que miran a Roberto Lavagna como un candidato que pueda unir al progresismo, el "peronismo racional" y un sector del radicalismo desencantado con Macri.
Nosiglia le pone el freno a esa rebelión y busca aunar esfuerzos para llegar a la Convención Nacional sin fragmentación. Según pudo saber Letra P, trabaja para "convencer" al PRO de abrir la mesa política para forzar una interna en Cambiemos o cederle la vicepresidencia al partido centenario. A pesar de haber compartido el gobierno de Alfonsín, el histórico operador radical rechaza una mudanza al lavagnismo y quiere a sus correligionarios dentro del oficialismo.
Uno de quienes impulsan ese viraje es Ricardo Alfonsín, el hijo del ex presidente. Lo que meses atrás parecía un reclamo marginal, hoy tiene otra llegada en los sectores boina blanca que cuestionan la política económica de Macri y ven con buenos ojos un acuerdo con el progresismo y el peronismo federal bajo la candidatura del ex ministro de Economía.
En el medio de ese sinfín de internas y especulaciones está Lousteau, que se mantiene en silencio desde que sacudió al PRO con su reclamo de internas desde la India y en el marco de un viaje oficial del Presidente, algo que, pese a lo que muchos dijeron, aquel no tomó como una afrenta. El economista seguirá con bajo perfil hasta mayo, cuando presentará su libro y dará un mensaje político. Sus últimos movimientos fueron claros: persiste en su pedido de "amplitud" de Cambiemos y en la interna radical cordobesa jugó fuerte por Ramón Mestre, el candidato que la Casa Rosada quiso correr de la disputa. Desde Córdoba, el jefe del interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados, Mario Negri, se afianza como otro de los radicales más cercanos al PRO y al propio Macri.