El gobierno de Mauricio Macri vuelve a la carga para extirpar la idea de un hipotético Plan V en el electorado, a pesar de la creciente e insistente presión interna en Cambiemos y de la dirigencia empresaria para ungir a María Eugenia Vidal como candidata a presidenta para compensar la baja en las encuestas que arrastra el Presidente producto de la crisis económica.
El primero que envió el mensaje a propios y ajenos fue el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Reafirmando su rol de estratega y jefe de campaña, decidió que Macri cerrara el último Consejo Nacional del PRO, donde se reúnen autoridades de todas las provincias, y marcara presencia en las reuniones de gabinete de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad y de la propia Vidal en la provincia de Buenos Aires. En todos esos encuentros, el oficialismo buscó reafirmar la candidatura de Macri y descartar otras opciones.
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Sin embargo, hacia el interior de Cambiemos aún hay espacio y tiempo para debatir lo que proponen otras voces. El reclamo tomó estado público por la insistencia de la Unión Cívica Radical (UCR), pero un sector del PRO también ve con buenos ojos una interna en Cambiemos para dirimir el candidato presidencial. Vidal optó por unificar su reelección con la de Macri cuando el propio Presidente se lo reclamó, en una reunión a solas. Rodríguez Larreta cruzó números de encuestas con sus asesores para tener el porcentaje exacto de votos, según los sondeos de opinión propios, que podía perder si juntaba su boleta con la de Macri, como finalmente hizo.
Este lunes el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, salió a apagar el fuego que ocasionó la posibilidad de un Macri fuera de la competencia electoral. “El candidato a presidente es Mauricio Macri, va a ir por la reelección”, subrayó el ministro político del gabinete nacional. Con estas afirmaciones, el Gobierno esquiva presiones políticas, pero también empresarias: el establishment fantasea con Vidal en la boleta presidencial de Cambiemos ante el desgaste de Macri y en este contexto recesivo.
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En las entrañas del Gobierno admiten la presión del Círculo Rojo y de un sector de Cambiemos pero sostienen que internamente "jamás" se analizó que el Presidente, golpeado por los números de la economía, deponga sus aspiraciones. "Macri jamás estuvo en duda”, replica una fuente con despacho en Balcarce 50.