El plan de gobierno y obras de Horacio Rodríguez Larreta, aseguran en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, no se verá limitado ni afectado por el acuerdo por 50 mil millones de dólares que acaba de firmar Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional a cambio de un fuerte recorte del gasto público.
La vidriera de la gestión Larreta, con la que plebiscitará su gobierno en 2019, estará compuesta por obras de infraestructura como el Paseo del Bajo, la construcción de viaductos y el entubamiento del Arroyo Vega. Estos trabajos, nodales para el plan reeleccionista, ya están en proceso y financiados mediante préstamos de organismos multilaterales de crédito y el dinero obtenido a través de la venta de tierras.
Por ejemplo, el valor del trazado que conectará la Autopista Buenos Aires – La Plata con la Autopista Illia se liquida con un crédito de 400 millones de dólares negociado hace más de un año con la Corporación Andina de Fomento (CAF). Esa suma representa el 57% del dinero necesario para costear la conexión de siete kilómetros, mientras que el porcentaje restante lo abona el Gobierno capitalino con el producido de la enajenación de tierras lindantes a la zona cercana a Retiro conocida como Catalinas II.
Lo mismo sucede con la obra de entubamiento del Arroyo Vega, que duplicaría la capacidad de conducción del agua de lluvia hacia la desembocadura en el Río de la Plata. De los más de ocho kilómetrs que tendrá el conducto, seis se construirán mediante una tuneladora que dará punto final al trabajo que circulará diez metros más abajo que el subterráneo porteño e irá desde el barrio de Núñez a Villa del Parque. Rodríguez Larreta tiene previsto invertir US$ 316 millones para el Plan Hidráulico porteño con el objetivo de mitigar inundaciones. De ese total, 126 millones saldrán de las arcas porteñas y el monto restante es un préstamo solicitado al Banco Mundial.
El escenario se replica con la urbanización de la Villa 31, financiada por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que, como adelantó Letra P en exclusiva, también aportará un crédito para la construcción de la nueva sede del Ministerio de Educación porteño. Además, como señaló este medio, el BID planea montar la oficina central del cono sur en el asentamiento ubicado en Retiro.
Ante ese marco, el Gobierno porteño asegura que el acuerdo con el FMI no resentirá obras en la Ciudad. La mayoría de las obras clave para Rodríguez Larreta ya está en curso y estarían terminadas a mitad de 2019, tal cual el alcalde escuchó de boca de sus ingenieros. Por esta razón, Rodríguez Larreta esquivó la poda de obra pública que emprendió el ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, y planea sortear la tijera en ese sector que el Gobierno nacional ejecutará para cumplir los requisitos del acuerdo con el FMI.
Por otra parte, en la Jefatura de Gobierno sacan a relucir los números de la recaudación local en concepto de Ingresos Brutos y el impuesto a los sellos, acrecentado por la firma y adjudicación de créditos hipotecarios que entrega la Nación en acuerdo con los bancos públicos.
Sin embargo, hubo un antecedente que desajustó el plan de gobierno y los números de la gestión de Rodríguez Larreta. En plena guerra con la oposición por el incremento de las tarifas de servicios públicos, Macri le reclamó al jefe de Gobierno que elimine impuestos indirectos, como también le ordenó a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
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En la semana previa a la crisis cambiaria y en plena rebeldía opositora por el tarifazo, Larreta anunció la eliminación de Ingresos Brutos en las boletas de agua y gas para disminuir el impacto del tarifazo autorizado por la Casa Rosada. El Gobierno porteño resignará 1.500 millones de pesos en el marco del “esfuerzo” que exigió el Presidente a los gobernadores. Esa “colaboración” sí podría aplazar proyectos de infraestructura de la Ciudad pero, según confirman en la gobernación porteña, afectaría a obras menores. No obstante, hay una obra clave que aún no empezó: el sistema de conexión de las líneas de trenes que llegan al microcentro conocido como Red de Expresos Regionales. La Ciudad tiene un as en la manga para evitar el retraso de esta megaobra: acudir al régimen de participación público - privada, harto rechazado por la oposición política.
REACCIÓN OPOSITORA. El acuerdo entre el gobierno de Macri y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo eco en la oposición política de la Ciudad de Buenos Aires. El kirchnerismo, el peronismo y la izquierda porteña auguraron un crecimiento de la pobreza, baja de salarios y recorte de derechos. Además, los docentes agrupados en CTERA convocaron a un paro nacional y marcha para el 14 de junio en rechazo al acuerdo con el FMI y al incremento de las tarifas.
“Los argentinos van a sufrir los embates de las eternas políticas de ajuste del FMI. Entre ellos, los porteños, que también por el impacto nacional van a ver deteriorada su vida cotidiana. Las políticas del Fondo Monetaria no solo son reiteradas, sino que fracasadas. Fracasaron en Argentina y en todos los países del mundo donde se implementaron. Nada ha cambiado. Siempre es el Fondo y eso es peligroso para todos”, consideró, en diálogo con Letra P, el jefe del bloque Unidad Ciudadana y ex ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Alfonso Tomada.
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Según el legislador del Bloque Peronista Santiago Roberto, "volver al FMI" implica "más pobreza, menos industria y más desempleo". “¿Buena noticia para quién?”, ironizó el diputado parafraseando a Dujovne, que presentó el acuerdo bajo esa calificación.
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“Este acuerdo se va a sentir a nivel nacional. Es un antes y después en el gobierno de (Mauricio) Macri. Ante el ajuste fiscal que avanza, el Gobierno nunca se plantea aumentar los recursos en base a las ganancias de los sectores más concentrados de la economía, sino que se plantea ajustar salud, educación y trabajo. Va a haber una recesión con una alta tasa de inflación y es muy probable que se llegue a una situación de estanflación, que es de los peores de los escenarios económicos”, vaticinó el legislador del PTS - FIT Patricio Del Corro. Además, el diputado consideró que “el impacto de los reclamos se va a sentir en la ciudad” y que esto “va en sincronía con el aumento de la represión”.