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Las claves de la elección en la Ciudad de Buenos Aires

Los comicios pondrán a prueba la solidez del pacto entre La Libertad Avanza y el PRO. El peronismo busca aumentar su presencia en Diputados.

La Ciudad de Buenos Aires, un distrito que tuvo un enfrentamiento previo entre La Libertad Avanza y el PRO, pondrá a prueba la solidez de la alianza que lleva a Patricia Bullrich como candidata. Con 13 bancas de diputados y 3 de senadores en juego, el resultado dará pistas sobre cómo serán los próximos dos años en el territorio porteño.

La primera mitad de 2025, la Ciudad estuvo bajo el foco de atención de buena parte del país que miraba qué sucedería en mayo, en las elecciones locales que finalmente le dieron el primer triunfo a LLA post 2023. La victoria oficialista fue nada más y nada menos que contra el PRO, hoy su principal aliado en la búsqueda de la renovación de cinco bancas en Diputados y meter a sus primeros representantes del distrito en el Senado.

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Prueba de fuego para LLA y el PRO

El acuerdo sellado entre ambas fuerzas le movió la vara de rendimiento electoral subiéndola del 30% cosechado por LLA en mayo al 46% que surge de la suma de lo que sacaron LLA y el PRO en las elecciones locales. De hecho, en despachos oficiales aseguran que una de las condiciones que puso Bullrich para encabezar la lista de postulantes a la cámara alta era competir en un lista que unificase a las principales fuerzas de la derecha, para posicionarse en la carrera por la jefatura de Gobierno en 2027.

Con el objetivo cumplido, es un hecho que la ministra de Seguridad va a acceder al Senado aunque no está tan claro cuál será el rendimiento electoral de la versión porteña del frente libertario. El escándalo que gatillaron los audios del exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, y la caída en desgracia de José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires por sus vínculos con el mundo narco sacudieron a un oficialismo que en la Ciudad ya venía rengo por la designación de Alejandro Fargosi como primer candidato en la tira para Diputados.

La preocupación oficial sobre un posible mal resultado general, pero con la atención puesta en la Ciudad, llevó a que el propio Mauricio Macri, que nunca se mostró en persona en la campaña, se involucrara en el sprint final para atraer al electorado clásico del PRO. Con la difusión de una foto mostrándose exclusivamente con los candidatos del PRO que integran las listas, buscó obturar la amenaza de migración de votantes hacia otras opciones.

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En paralelo, lanzaron una campaña en redes para aclarar que Ricardo López Murphy, uno de los posibles destinatarios del voto bronca amarillo, no es el candidato del macrismo. El economista, ni lerdo ni perezoso, trabajó en torno a una campaña emotiva en redes sociales, busca asumirse como representante de la derecha republicana que dejó vacante Horacio Rodríguez Larreta.

El desafío del peronismo

Después de las elecciones de mayo y el experimento electoral que sondeó una vía vecinalista como propuesta electoral para pelear la jefatura, el peronismo porteño se volcó a pleno a una campaña de polarización con el oficialismo nacional. Si la apuesta por Es Ahora Buenos Aires apeló a localizar la disputa en un escenario de fragmentación producto de la caída de Juntos por el Cambio, Fuerza Patria se plegó a los lineamientos de la campaña nacional que se apoya en un ideario peronista clásico para confrontar con la tropa de Milei.

En esa línea, Mariano Recalde, el presidente del Partido Justicialista porteño que busca su reelección como senador nacional, combinó un raid mediático con recorridas barriales tradicionales en las que, sin embargo, se priorizó la voz de "las víctimas de Milei", los testimonios de los vecinos porteños relatando los problemas que deben afrontar durante la gestión libertaria. Casi una antítesis de la campaña de mayo.

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El peronismo porteño afronta, además de la banca en la cámara alta, la renovación de tres lugares en diputados. Itai Hagman, el diputado que encabeza la lista para reelegir, fue el frontline de la batalla en esa categoría donde ponderan que el piso para considerar una elección aceptable es garantizar la renovación de las tres bancas en juego. Un objetivo más ambicioso, que se condice con los números que manejan, es sumar una cuarta banca y en el mejor de los escenarios posibles, estaría dar un batacazo y quedarse con cinco butacas.

Las viudas del JxC

La categoría Diputados es también la que más preocupación le causa a LLA, aunque tampoco pierde de vista la instalación en el sprint final del radical Facundo Manes. La fuga de los votos que durante años confluyeron en Juntos por el Cambio y hoy se están dispersando en diferentes alternativas podrían hackear incluso el ingreso de algunos de los dos candidatos que el PRO logró colar en la lista: Fernando de Andreis y Antonella Giampieri.

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Además del mencionado factor López Murphy, los votos de centroizquierda que nunca terminarían en el peronismo encuentran un destino en Martín Lousteau, mientras que los identificados con banderas como la lucha contra la corrupción tienen como alternativa a Hernán Reyes, de la Coalición Cívica. El radical compite por el sello Ciudadanos Unidos, que empujan los gobernadores de Provincias Unidas que lo subieron al escenario durante el acto central que hicieron la semana pasada en Buenos Aires.

Otros ex-JxC que compiten por un lugar en la cámara baja son el exdiputado Daniel Lipovetzky, ahora en el espacio Nuevos Aires, y Sergio Abrevaya, extitular del GEN que integra Para Adelante, el sello que comparte con Manes.

El dirigente de Patria Grande, Itai Hagman, apuesta a la polarización con un oficialismo golpeado por la crisis económica y los escándalos de corrupción. 
Myriam Bregman

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