El Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, envío a la Legislatura el proyecto de Presupuesto 2026 en el apunta a mantener y ratificar como marca política al equilibrio fiscal
El Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, envío a la Legislatura el proyecto de Presupuesto 2026 en el que apunta a mantener y ratificar como marca política al equilibrio fiscal. Con el anuncio de una expansión de obras públicas busca tentar a opositores en lo que se anticipa que será una dura negociación legislativa.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
El martes a última hora, el Ejecutivo porteño envió a la Legislatura el proyecto de presupuesto para el año que viene en el traza la hoja de ruta de su gestión. La iniciativa reivindica como marca propia al equilibrio fiscal, proyectado para el año que viene por quinto ejercicio consecutivo, pronostica una variación del nivel de actividad del 5%, inflación del 10,1% y se diferencia de la gestión libertaria destinando el 61% de los recursos a servicios sociales, educación y salud.
Ahora, la atención del oficialismo porteño estará puesta en las rondas de presentación de los detalles de la ley de leyes que comenzará el jueves 9 con la presentación del ministro de Hacienda, Gustavo Arengo Piragine, ante la Legislatura. El debate y la negociación se anticipa más que trabado, sobre todo por el antecedente del año pasado cuando la oposición peronista, de izquierda y libertaria, dejó a Macri al borde de una prórroga presupuestaria.
En diciembre de 2024, con la ofensiva de La Libertad Avanza desatada con el gobierno de Macri, el oficialismo quedó ajustadísimo para conseguir su propia ley de leyes. Con el peronismo y los libertarios de Karina Milei en contra, el macrismo debió apelar a un acuerdo con el sector excomulgado de LLA que hasta diciembre encabeza Ramiro Marra.
El panorama para los próximos meses es incluso menos auspicioso dado que la estrategia oficial para las elecciones de medio término dejó al PRO en tercer lugar y debilitó la alianza con los socios históricos de Juntos por el Cambio. Los 31 votos logrados el año pasado para el presupuesto actual incluyeron a sectores que hoy no parecieran estar dispuestos a acompañar. Al menos, no sin modificar el proyecto.
La apurada de Horacio Rodríguez Larreta
Una de las principales incógnitas es qué hará el interbloque Volvamos Buenos Aires, que conformaron Confianza Pública de Graciela Ocaña y los legisladores que responde a Horacio Rodríguez Larreta, que manejan cinco votos clave. El año pasado, acompañaron el presupuesto oficial pero en la previa del ingreso de la propuesta para 2026 ya dieron señales de que sin cambios no estarían esos votos.
El lunes pasado, los legisladores larretistas, Claudio Romero y Emmanuel Ferrario presentaron tres proyectos que se parecen más a un pliego de exigencia que a una propuesta habitual. La iniciativas apuntan a aliviar la carga tributaria de los porteños apuntando a dos medidas que cuando se modificaron, provocaron revuelo e incomodidad incluso en el oficialismo. Proponen dar marcha atrás con los aumentos aplicados en ABL y patentes este año, que volverían a llevar a las escalas a las de 2023 y 2024, respectivamente.
El tercer proyecto, plantea reducir el impuesto a los sellos, excluyendo de su alcance a los créditos hipotecarios, prendarios, personales y en la refinanciación de tarjetas, que según Romero significaría "una mejora directa en su poder adquisitivo de los vecinos, sin desfinanciar al Ejecutivo porque implica mucho menos del 3% de la recaudación de la ciudad”.
La otra incógnita es qué hará La Libertad Avanza a nivel local. El acuerdo sellado que implicó la integración del PRO a la lista del oficialismo nacional no resolvió un pacto porteño y las principales figuras libertarias amenazan con seguir adelante con su plan de expansión en la Ciudad.
Equilibrio fiscal e inversión pública
Uno de los ejes centrales del presupuesto es, justamente, la continuidad por quinto año del equilibrio fiscal, una de las banderas en disputa con La Libertad Avanza. En ese sentido, se prevé gastos totales de 17,3 billones de pesos y los recursos a una cifra apenas superior, generando un superávit financiero de 6 mil millones. La letra chica anticipa también que el 61,7% del presupuesto se destinará a servicios sociales como educación, salud y promoción social, mientras que Educación vuelve a ser el área más financiada con el 20% del total, seguida por Salud (16,5%) y Seguridad (15%).
En contraste con la doctrina de obra pública 0 aplicada a nivel nacional por el gobierno de Javier Milei, la administración porteña proyecta que el 20% del presupuesto se destine a esa área, lo que representa un salto del 4% respecto del promedio histórico. El paquete de inversiones también incluye renovación de vagones de subte, modernización de la Línea D, nuevas autopistas y pasos bajo nivel, un plan de electromovilidad (Trambús) y la renovación del Autódromo Gálvez.
Pero el foco de la inversión será el inicio de la Línea F de subte, para la que se destinará solo en 2026 más de $285.000 millones para las primeras obras de ingeniería y equipamiento.
Un dólar ficticio
Si bien el proyecto calcula una variación del nivel de actividad del 5% y un aumento del nivel de precios del 10,1%, el dato más llamativo es la previsión del tipo de cambio en $1.423 por dólar para fines de 2026, exactamente el mismo nivel que hoy. La proyección, que replica las pautas macroeconómicas del Gobierno nacional, se da en un contexto de alta volatilidad cambiaria, lo que encendió comentarios irónicos en la oposición y entre economistas.