PASO 2023

Entre ruidos, el peronismo de La Pampa también escenifica la unidad

Ziliotto buscar sellar las grietas que potenció la candidatura a dedo de Rauschenberger. Efecto UP, ola optimista y fantasmas del fuego amigo.

El peronismo de La Pampa llevó a la cumbre de gobernadores de este miércoles una foto de su propia “unidad” en el territorio: en el encuentro del consejo partidario local, esta semana el gobernador Sergio Ziliotto se puso al frente de esa cumbre con el candidato a diputado Ariel Rauschenberger a su lado y presencia de todas las líneas internas, incluso las que andan quejosas por la selección final de esa postulación.

Los gestos nacionales en pos del consenso derraman hacia la provincia, aunque el PJ pampeano viene de movimientos que sacudieron la interna de tal modo que todavía generan remezones, a veces generacionales, a veces geográficos, a veces directamente personales.

Ziliotto se golpeó el pecho con la unidad pampa, incluso ante sus pares. Este miércoles, tras la cumbre con la fórmula de Unión por la Patria, respaldó de modo contundente la postulación de Sergio Massa como presidente. “Lo venimos diciendo a gritos, nos une una Argentina federal, inclusiva, soberana y con igualdad de oportunidades", dijo el pampeano a la salida y exhibió como fortaleza la presencia de todas las gobernaciones en ese respaldo. La misma foto logró en La Pampa.

La Cámpora, que abrigaba ilusiones de posicionar al intendente de Telén Saúl Echeveste cuando empollaba la candidatura presidencial de Eduardo de Pedro, hizo los deberes. Echeveste se bajó rápido y con las palabras esperadas: elogios para Rauschenberger y aplausos a la “unidad”, pero el espacio se quedó con la espina. Tendrán que pasar algunos días, quizá semanas, para que la necesidad obligue a todos los mosaicos oficialistas a zurcir las heridas que quedaron.

El espacio que comanda el exgobernador Rubén Marín también manifestó descontento. De hecho, retiró a último momento a la integrante de la lista que iba a representar a la línea Convergencia.

Con todo, el sector que parece menos cercano a la cocina de la campaña es el ultravernismo: ya el conductor del espacio, el exgobernador Carlos Verna, le había sacado el cuerpo a la elección antes de todos los movimientos. Tras la designación de Rauschenberger, la plana mayor de sus leales le hizo una suerte de vacío al elegido de Ziliotto.

El gran ruido lo hicieron notar la reelecta intendenta de General Pico, Fernanda Alonso,y el intendente de la sureña La Adela, Juan Barrionuevo, electo como diputado provincial. Sus nombres estuvieron ausentes en la solicitada que recorrió todas las jefaturas comunales peronistas para explicitar el respaldo a Rauschenberger: se juntaron 50 firmas, pero no consiguieron las de esos dos soldados ultravernistas, que estimularon nuevas suspicacias.

Algo empezó a cambiar esta semana: ambos asistieron a la reunión partidaria, también con la vicegobernadora electa Alicia Mayoral, que forma parte del mismo espacio. Además, participaron de otros actos oficiales en concordancia con el gobernador. Esos fuegos de artificio son parte de una lucha entre esos dos sectores, paradójicamente parte de una misma línea, y marcarán los próximos años en el PJ: son parte de la pelea por la sucesión, ya que la Constitución local le impide a Ziliotto buscar otra reelección.

Mientras tanto, haciendo equilibrio o a punto de caerse, Verna y el gobernador comandan entre acuerdos y tensiones a esa mayoritaria línea Plural.

Optimismo y fantasmas

Aún en ese marco, el peronismo olió en las últimas semanas la posibilidad de que la elección que asomaba como una derrota en la provincia, finalmente sea remontable. Para llegar a esa mirada, el PJ espía el campamento contrario: la campaña de Juntos por el Cambio está fría y no despega. Los propios integrantes de la alianza reconocen que por una u otra razón no encontraron a sus mejores candidatos.

Esa es otra historia, pero además de espiar las debilidades de la oposición, el peronismo intenta recuperar su optimismo casi por inercia y obligación, pero también con datos racionales a mano. El triunfo ajustado en la elección provincial de mayo es todo un dato, que se volvió más importante a la luz de la caída de oficialismos peronistas en otros puntos del país: el derrumbe de San Luis y San Juan, el tropezón en Chaco.

Rauschenberger además es admitido como un buen candidato a partir de su buen nivel de conocimiento público, del reconocimiento que tiene su gestión en distintas áreas -su especialidad es la economía, pero ahora es ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad- y de la elección que en 2017 lo llevó al Congreso.

Ese comicio es inolvidable: el PJ pampeano había hecho en las PASO un papel de mediocre para abajo. Las candidaturas de Cambiemos sumaron más de 20 mil votos que las del oficialismo. Para la general, Verna en persona se puso la campaña al hombro y el peronismo la dio vuelta con lo justo: Rauschenberger ganó por 76 votos. El peronismo lo celebró como una jornada épica.

Esta semana, con lenguaje verbal y muchos gestos, Ziliotto confirmó que Rauschenberger es su hombre: lo sentó a su lado en la reunión del PJ. La boleta irá asociada tanto a la presidencial de Massa como a la de Juan Grabois.

A las pocas horas de la reunión partidaria, el intendente de Santa Rosa, el camporista Luciano di Nápoli, estaba colmando de elogios a Rauschenberger y agitando la “unidad”. No hay dudas de que el jefe comunal capitalino será uno de los principales alineados en la actividad proselitista, así como Wado es ahora jefe de campaña nacional.

El peronismo pampeano tiene además una pelea contra su propio fantasma: el de 2021. Esa estación legislativa es antecedente fresco: con asuntos nacionales en disputa -aunque sin cargos ejecutivos en juego- la UCR y el PRO aliados obtuvieron más votos que el oficialismo, también porque hubo sectores claves del PJ que hicieron la plancha o se borraron de la campaña. ¿Alcanzará la nueva ola de optimismo y unidad para pasar al archivo ese relato?

En La Pampa hay dos importantes plantas de biocombustible, en las localidades de General Pico y Catriló. Producen unas 100 mil toneladas anuales.
Luciano di Nápoli, intendente de Santa Rosa, la capital de La Pampa, puso en funciones en un área clave a Alfredo Carrascal.

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