El peronismo de La Pampa, invicto en la provincia en elecciones ejecutivas, siempre se jactó de su solidez y nunca renegó del verticalismo, pero sufre en las horas previas a las PASO de agosto una especie de efecto “derrame”: la ola nacional de incertidumbre y atomización parece haber atravesado las fronteras y sacude también al PJ pampeano.
La lista de trabajada unidad que el Frente Justicialista Pampeano logró el pasado 14 de Mayo para confirmar la reelección de Sergio Ziliotto parece un lejano recuerdo frente al panorama actual, en el que surgieron precandidatos para la Cámara de Diputados, incluso impensados, como consecuencia de una serie de circunstancias que describen un panorama extraordinario para el oficialismo.
Verna se corre
La primera sorpresa surgió de boca del exgobernador Carlos Verna, quien como líder de la mayoritaria Línea Plural anunció que el sector no llevaría postulaciones a los comicios nacionales que vienen. Sonó extraño, porque la banca que el peronismo pone en juego es justamente de la Plural: el 10 de diciembre vence el mandato de Hernán Pérez Araujo.
Más llamativa resultó esa actitud ante la aparente certeza de que el justicialismo conseguirá una banca: la elección pone en juego solo dos escaños (el otro mandato que termina es el del diputado radical Martín Berhongaray) y el oficialismo sólo se quedaría sin representación ante una verdadera catástrofe electoral, que implicaría salir tercero. Esa hipótesis no entra en ningún análisis racional que se trace del contexto electoral.
Se supone que para el peronismo el fantasma de la dura derrota de 2021 fue, en cierta medida, morigerado por la ajustada victoria de este año, desde ya que en otro contexto y con otras realidades, pero también soportando la mochila de la mala imagen de un gobierno nacional que no controla la inflación y que saca todos los días sus trapitos al sol.
Sin embargo, Verna dejó la sensación de querer sacarle el cuerpo a la elección nacional, a tono con su clásica impronta de “alambrar la provincia”, o separar al PJ pampeano de los destinos nacionales. Hoy para Verna esa postura es más sencilla, porque ya no tiene responsabilidades de gobierno ni de gestión.
“Horizontalidad”, ¿bien entendida?
Al día siguiente de las palabras de Verna, Ziliotto marcó con sutileza algunas diferencias y advirtió que el peronismo pampeano no podía hacerse el distraído ante las elecciones que se vienen, porque no sería lo mismo administrar la provincia con un gobierno central del mismo color político que con una gestión en la Casa Rosada que le retacee recursos y le ponga palos en la rueda.
Ese mismo día, y en afán de apostar a su construcción saliéndose de las órdenes de los viejos líderes partidarios, Ziliotto propició la novedad de la “horizontalidad” en el peronismo pampeano, una propuesta para generar consensos y escuchar a diversos espacios, algunos de los cuales ya habían pataleado porque se los tuvo poco en cuenta en el armado para el 14M.
La idea de la “horizontalidad” disparó reacciones que a lo mejor no estaban en el radar de la conducción oficialista: en pocos días aparecieron posicionándose candidatos de diversos sectores minoritarios, o incluso personales, envalentonados con lo que interpretaron como una promesa de atender las ambiciones de espacios más pequeños. Todos varones. No hubo mujeres entre quienes se anotaron en la grilla de largada.
La Plural agitó otra expresión que generó incertidumbres y facilita cierta disgregación de sus filas: se garantizó una suerte de “libertad de acción”, para que militantes o dirigentes por su cuenta fueran en busca del bastón de mariscal.
Candidatos precoces
El primero que apareció fue el intendente de la oesteña localidad de Telén, Saúl Echeveste (34 años): se anotó formalmente, aunque viene de ser reelecto como intendente y le tocaría reasumir el 10 de diciembre. Las tres veces que ganó ese cargo lo hizo con más del 65% de los votos. Es cara visible de La Cámpora, apadrinado por la secretaria Adminstrativa del Senado y mano derecha de Cristina Fernández de Kirchner, María Luz “Luchy” Alonso, tiene aval de otras intendencias y pretende que Eduardo de Pedro sea el candidato presidencial.
Otro que dio un paso al frente fue el diputado provincial Roberto Robledo, secretario general de la UOCRA local: aunque su sector, el Nuevo Espacio de Participación, ya accedió a los espacios prometidos tras la elección de mayo, se tiró a la pileta pidiendo garantías de que “no haya dedocracia”. Robledo ya fue diputado nacional y es amigo de Agustín Rossi, pero ve mejor posicionados como candidatos presidenciales a Sergio Massa o Daniel Scioli.
Otro sindicalista que deshoja la margarita antes de formalizar su lanzamiento es Rodrigo Genoni, secretario general del gremio del Comercio: se quedó con la sangre en el ojo porque no le tocó nada en la repartija de bancas provinciales, hace tiempo que construye sobre todo en Santa Rosa y aceitó últimamente líneas de diálogo con Verna. Ensaya un discurso ultracrítico del gobierno nacional: "no es peronista", define.
Un espacio minoritario de Santa Rosa, el Frente Peronista Barrial, también está decidido a presentar listas si consigue los avales necesarios para propiciar la candidatura del dirigente vecinal Néstor Fabián Avendaño.
Su hermano, el diputado provincial Leonardo Avendaño, es cara visible de otro espacio que analiza ir a las urnas y que reúne a sectores variados como el Movimiento Evita, la Corriente Clasista Combativa, el Partido del Trabajo y del Pueblo y algunas otras organizaciones sociales.
Reordenar a la tropa
Esas movidas se dan sobre todo en la capital provincial, donde es todo un tema la licencia que decidió tomarse el intendente Luciano di Nápoli, quien tras el triunfo electoral que le permitió la reelección se ausentará por un mes de sus funciones y vacaciona en Europa en plena rosca.
El espacio Identidad Peronista, que salió fortalecido por varios resultados en las elecciones provinciales, también dijo que no llevará candidaturas propias. A la vez, observan sin elevar la voz el marinismo nucleado en el sector Convergencia Peronista y el espacio que supo amucharse bajo el mote de “Compromiso Peronista” y que se había disgregado, pero recobró bríos con algunas victorias de sus representantes el 14M.
Ese panorama es impensado para un peronismo que hace tiempo está acostumbrado a definir estas candidaturas sin que haya tanto ruido, y que fue capaz de garantizarse unidad en las últimas elecciones aun con los viejos caciques fuera de juego. Semejante “libertad de acción” y “horizontalidad” se contrapone con la estrategia que el propio Ziliotto bancó esta semana a nivel nacional con sus pares: la exigencia de una lista de unidad del peronismo, que garantice competitividad a esa fórmula y que ahuyente ruidos en la economía.
Todo indica que en los próximos días la propia conducción del oficialismo pampeano buscará un modo de reordenar a su tropa para no llegar al cierre de listas para las PASO de agosto con una decena de aspirantes.