Doble alivio para Daniel Passerini en su año más difícil: balance aprobado y fondos frescos para obras
El intendente de Córdoba alineó su hoja de ruta con Martín Llaryora: déficit cero y descuento para tasas. Inversión millonaria en bacheo, desagües y luminarias.
En contextos de normalidad política y, sobre todo, económica, no se trataría de hechos destacables para una administración municipal, pero en sus dos primeros años, la gestión del exviceintendente de Martín Llaryora ha debido sortear varios obstáculos. Unos ajenos a su atribución, como los recortes de la motosierra de Javier Milei a las intendencias. Otros, derivados de internas que carcomieron áreas afectadas a prestaciones sensibles; y algunos heredados de su antecesor, que obran como pesados grilletes para quien intenta un camino propio. Claro está, el inventario no está exento de errores propios, potenciados por la interna desatada tempranamente entre los compañeros que intentarán sucederlo en 18 meses.
Sin tiempo para excusas o lamentos, al intendente le compete un rol esencial para la continuidad del proyecto de renovación cordobesista. Lo sabe de antemano, se lo ratificaron los resultados de octubre pasado, cuando la lista de La Libertad Avanza arrasó en la mayoría de los circuitos de la ciudad. Por si acaso, muchos lo refrescaron con el nombramiento deMiguel Siciliano como ministro de amplios poderes, pero con especial despliegue en la ciudad.
Una oportunidad para Daniel Passerini
Sobre el cierre de la pasada semana, el Concejo Deliberante de Córdoba aprobó tres convenios de cooperación entre la Municipalidad y la Provincia para ejecutar obras por $26.700 millones en infraestructura básica para la capital. El gobierno de Llaryora aportará casi la totalidad de dicha cifra, correspondiendo a su socio político una ínfima parte.
Entre las tareas a realizar se describen bacheos, obras de iluminación para 65 plazas y construcción de desagües en la zona sur de la ciudad.
Daniel Passerini junto a Miguel Siciliano, la secretaria de Cultura Soledad Ferraro y la ministra Laura Jure
En la presentación de los convenios, voceros oficialistas hablaron de la ratificación “de un trabajo conjunto en lo que respecta a ejecución y financiamiento de las obras de infraestructura para mejorar la calidad de vida de sus vecinos”.
En los hechos marca una referencia clara de lo que se espera para el año entrante del gobierno capitalino: obras públicas, revalidación del rasgo que identifica al peronismo, necesaria muestra de continuidad con la gestión llaryorista, aún en un contexto económico más restrictivo.
Se ha dicho ya, el proyecto de continuidad del peronismo tiene su principal territorio en la capital provincial, clave para los triunfos de Hacemos Unidos por Córdoba hace sólo dos años.
Déficit cero; descuentos de hasta 30% en las tasas de comercio e industria (un 85% de los 24 mil contribuyentes inscriptos); equilibrio entre ingresos y egresos; emergencia en algunos aspectos clave como transporte, son algunos de los conceptos replicados.
Voces opositoras presentan las similitudes como condición necesaria para los aportes que provienen de la sede de la gobernación. También advierten que el proyecto contempla el pago de los 50 millones de dólares restantes de la deuda externa tomada durante la segunda intendencia de Ramón Mestre y rolleada, con consiguientes intereses, por el actual gobernador.
En la intendencia no informaron aún de qué manera afrontarán ese compromiso. No obstante, destacan que las calificadoras de riesgo han elevado la calificación crediticia del municipio, permitiéndole contar con herramientas financieras a las que podrían echar mano, incluso para nuevos planes de obras.
El efecto Miguel Siciliano
Además de gestos necesarios de cara al electoral 2027, peregrinos del trayecto entre la gobernación y la intendencia piden atender otro aspecto que debería ser normal para gobiernos del mismo sello: el presupuesto fue votado favorablemente por todos los concejales oficialistas. Es decir, no hubo fisuras, tampoco exposiciones públicas de diferencias, tal como ocurriera en otras discusiones.
Ello se lee bajo el tamiz de los resultados de octubre, cuyo remezón parece haber obligado a deponer armas entre contendientes de una interna que apareció como trasfondo de las modificaciones que Passerini realizó en su gabinete. Aunque se presentó como reestructuración atenta al discurso de revisión del gasto público, también obró como mensaje del intendente, compartido tácticamente con el gobernador.
Voces aviesas linkean la llegada de fondos frescos a un gesto del emisario provincial. En la Municipalidad devuelven la bola envenenada y aseguran que aquellos convenios habían sido gestionados meses atrás y forman parte de la hoja de ruta que “sigue manejando Daniel”.
Por si acaso, recuerdan que el timón de conducción dentro de los límites de la avenida de Circunvalación no ha sido compartido, mucho menos delegado. Ni siquiera en aquellas semanas en que debió someterse a una extracción de la próstata, luego de detectarse la existencia de células tumorales malignas en un chequeo de rutina.