El poder de fuego de la dirigencia sindical petrolera en la política de la Patagonia crece y sus alfiles se convierten en actores estelares en las elecciones de este año. En Neuquén, Chubut y Santa Cruz adquirieron peso específico e influyen en el diseño del futuro mapa de gobierno para una región estratégica por sus recursos naturales.
Marcelo Rucci, Jorge “Loma” Ávila y Claudio Vidal protagonizan en forma diversa el entramado de poder de sus provincias, robusteciendo la base de sustento e influenciando en la dirigencia de los partidos patagónicos. Más lejos o más cerca del peronismo, hacen su juego y le dan forma a un bloque que traspasa las fronteras del sindicalismo en un país que mira a Vaca Muerta famélico de dólares y se esperanza con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner como la gran oportunidad argentina.
El de mayor tradición en la política patagónica es el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa. El mentor de la estructura es el antiguo jefe de la organización Guillermo Pereyra, hoy a cargo de la Mutual de Empleados y Obreros Petroleros Privados (MEOPP) y una caja millonaria. Desde que asumió en el poderoso gremio en los años 80, escaló peldaños en el Movimiento Popular Neuquino (MPN) a lugares de privilegio. El Caballo, como lo apodan a Pereyra, fue diputado provincial en el último de los gobiernos de Felipe Sapag y llegó al gabinete de Jorge Sobisch como secretario de Trabajo. Ya instalado en la mesa de decisiones, logró una banca en el Senado en 2013, luego de atravesar una cruenta interna contra el entonces gobernador Jorge Sapag, que candidateaba a su vicegobernadora Ana Pechen.
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Marcelo Rucci y Guillermo Pereyra. Dos pesos pesados del mundo petrolero en Neuquén y la Patagonia.
De la vasta experiencia de Pereyra aprendió Rucci, que supo dar los primeros pasos fuera del gremio como intendente de Rincón de los Sauces (2011-2019), donde fue reelecto por casi el 80% de los votos. En ese tiempo de gestión municipal, sumó músculo en las bases y logró sobreponerse para ser el candidato único a la secretaría general, que a su vez le permitió negociar lugares de privilegio para la Agrupación Azul y Blanca, la línea interna petrolera en el MPN, en la última elección neuquina.
Mientras tenía rodaje institucional, cultivaba un perfil duro que le valió varios cruces con el mandatario provincial, Omar Gutiérrez, a quien no tuvo pruritos en cuestionar cuando fue intendente. Hasta amagó con presentarse a la interna del MPN, escenario que finalmente no se concretó por la ruptura de Rolando Figueroa para conformar el denominado frente Neuquinizate, en el que coincidieron el PRO, radicales, peronistas díscolos del Movimiento Evita o el Frente Grande, e importantes sectores emepenistas.
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Mesa Sergio Massa presidente. Marcelo Rucci juega en favor de Unión por la Patria.
En ese trayecto, luego de bajarse y de que los petroleros acordaran respaldar al vicegobernador Marcos Koopmann, Rucci logró que su hija y concejala de Rincón de los Sauces, Daniela Rucci, encabezara la boleta a la Legislatura. Su última gran participación fue en la mesa blue que apuntala la candidatura presidencial de Sergio Massa, acompañado de buena parte del panperonismo que jugó con Figueroa en abril.
El próximo reto para Rucci será retener el municipio de Rincón de los Sauces, uno de los tres distritos neuquinos que todavía no definieron autoridades. La intendenta Norma Sepúlveda irá por un segundo mandato el 3 de septiembre. Su espacio es el favorito gracias al acercamiento con el gobernador electo, que piensa en aumentar el mapa de intendencias a su favor.
Los petroleros fueron socios en la caída histórica del MPN en abril, pero preservaron perfil propio y activaron los reflejos para no detonar los puentes con el gobernador electo de Neuquén. Una muestra del acuerdo entre Rucci, Pereyra y Figueroa se observó en los comicios de la comarca petrolera. La alianza permitió el triunfo de Comunidad en Plaza Huincul, aunque trastabilló en Cutral Co.
Loma Ávila, de Chubut al Congreso
De histórica pertenencia al justicialismo, Loma Ávila rompió el molde para saltar a Juntos por el Cambio (JxC) este año. El acuerdo con el senador y gobernador electo Ignacio Torres incluyó la candidatura a la Cámara de Diputados, además de un compromiso del sector de los trabajadores organizados en el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Chubut.
Ávila negoció el cierre de listas luego de sentarse con Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Con el alcalde porteño lo hizo a principios de año en la Ciudad de Buenos Aires; con la presidenta del PRO, en una visita a Comodoro Rivadavia. Se garantizó encabezar la nómina pegado a las dos boletas presidenciales, lo que prácticamente le asegura una de las tres bancas que la provincia pone en juego en octubre. Justamente en Comodoro es donde tracciona Ávila. El cacique conduce una poderosa estructura, que acompañó a Ana Clara Romero en su aventura por la intendencia de la ciudad más poblada el último domingo de julio. La diputada fue derrotada por Arriba Chubut, el frente panperonista que tenía como aspirante a la gobernación al intendente de la ciudad, Juan Pablo Luque. Sin embargo, el aporte petrolero pesó para que la ventaja sobre Torres no fuera tan holgada, lo que resultó determinante en el ajustado triunfo cambiemista.
“Vamos a empezar un camino distinto y nuevo. No es un camino de amigos, es para sacar algo en claro, defender la cuenca y traer una nueva Ley de Hidrocarburos para Comodoro Rivadavia”, justificó el dirigente, luego del acto que blanqueó el pacto con Juntos por el Cambio. Antes de las críticas, se atajó: “Jamás levantaré la mano para traicionar a un trabajador, para golpear las obras sociales ni para destruir lo que hemos construido”.
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Nacho Torres y Loma Ávila, un nuevo acuerdo para el futuro gobierno de Chubut.
Este movimiento es parte de una dilatada y cercana carrera a la política. Ávila accionó siempre en un esquema de poder que le permitió, entre otros, acordar con el fallecido gobernador Mario das Neves su arribo a Petrominera Sociedad del Estado, la empresa que completa el mapa empresarial en el Golfo San Jorge. La relación fue parte de la herencia política que recibió Mariano Arcioni.
Mientras duró, el amor entre Loma Ávila y Arcioni tuvo capítulos insólitos. El más recordado es el choque que integrantes del sindicato petrolero protagonizaron con una columna de docentes que protestaba ante el desmadre en la gestión provincial. Ese fue el punto de no retorno en la relación con otras organizaciones, que repelen a los petroleros. “El frente del gobernador Arcioni le va a dar el triunfo al peronismo de Chubut”, vaticinaba Ávila en 2019, poco antes de que la provincia se convirtiera en un polvorín.
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Loma Ávila y Arcioni, recuerdos de una sociedad política que ya fue.
Distanciado del PJ, sello con el que siempre coqueteó, empezó en el último tiempo un lento giro hacia el espacio que Torres expresa como renovación de la política. "Nos obligaron a buscar aliados y en ellos encontramos gente que quería trabajar y colaborar con nosotros. Necesitamos demostrar un cambio, siempre estamos poniendo el hombro y por eso queremos que el país nos ayude y apoye”, se sinceró el ahora precandidato.
Por fuera de los límites provinciales, es cultor de acuerdos con otros gremios, como los de las vecinas provincias patagónicas. En reiteradas oportunidades se lo pudo ver con Rucci, Pereyra y el santacruceño Claudio Vidal, hoy la máxima expresión en la política del movimiento organizado.
Vidal, el sueño de un obrero gobernador
Vidal es, quizás, la mayor de las promesas del sindicalismo petrolero. A poco de convertirse en diputado en 2021, el secretario general del Sindicato Petrolero y Gas Privado de Santa Cruz tiene la oportunidad de volver a competir por la gobernación de su provincia, experiencia que vivió en el viejo Frente de Todos en 2019. Las vueltas de la política lo posicionaron como opositor al gobierno de Alicia Kirchner, a pesar de sumarle sus votos -hace cuatro años- para que la cuñada de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner renovara su mandato.
El giro lo dio en 2021, cuando su fuerza Somos Energía para Renovar Santa Cruz (SER) desplazó al entonces Frente de Todos del segundo lugar en los comicios legislativos. Demostró capacidad para armar en el territorio con el pejotismo desencantado y sectores del radicalismo, que finalmente abrevan a ese esquema. En Santa Cruz, existe la Ley de Lemas y Vidal llegará a la elección del 13 de agosto acompañado por varios sublemas en el frente Por Santa Cruz, del que participan figuras emergentes como el periodista Mario Markic.
La jugada detonó la unidad de Cambia Santa Cruz, que se presentará a competir sin el PRO, mientras el peronismo tendrá a dos intendentes en un mismo lema: Pablo Grasso (Río Gallegos) y Javier Belloni (El Calafate), que va por la revancha de 2019, cuando sucumbió ante Alicia Kirchner.
“Tenemos una provincia inmensamente rica; no podemos permitir que sigan gobernándola aquellos que la desprecian y empobrecen día tras día”, dijo Vidal en una de sus últimas recorridas de campaña.
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Plan de gobierno. Claudio Vidal quiere ser gobernador de Santa Cruz.
El espíritu combativo y de negociación que forjó en los yacimientos lo posicionan como uno de los candidatos competitivos. “Por primera vez en 30 años, los santacruceños tenemos la oportunidad de terminar con lo que está mal”, entiende el diputado, que pretende hacer historia el próximo 13 de agosto.
Desde La Pampa a Tierra del Fuego, los petroleros ostentan una fortalecida y variada representación gremial y política. Rucci, Ávila y Vidal son emergentes de una energía que va del pozo a la política, de los yacimientos a la rosca en sus provincias. Este año son más protagonistas que nunca de la competencia electoral.