Chubutya tiene su foto electoral después de las elecciones provinciales del domingo, pero los vientos de cambio que soplan pueden convertir esa postal patagónica en la primera imagen de una película de terror para el peronismo: el desbande que se veía venir, después de la derrota y en medio de un furioso fuego amigo, amenaza seriamente la representación que el oficialismo tiene en el Congreso.
Juntos por el Cambio (JxC) desbancó al peronismo después de 20 años para instalar a Ignacio Torres como el gobernador más joven del país y aspira a darle nuevos manotazos al PJ en el Congreso. El gobernador electo por ahora no se juega: hace equilibrio entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich y cuida su construcción provincial. Su vice, el radical Gustavo Menna, sigue la misma senda.
Ante la ola que puede provocar un tsunami en el espacio local de Unión por la Patria, la oposición se relame con el sueño de seguir haciendo historia. Sería un record exprés, si se toma en cuenta que para 2021 el peronismo tenía dos bancas en Diputados y tres en el Senado de sus distintas facciones. La coalición opositora, que no tenía representación en la Cámara alta, le arrebató allí dos escaños. Si en octubre se repitieran los resultados del domingo pasado, JxC se llevaría otra banca que actualmente es del peronismo en la Cámara baja. Y si la Libertad Avanza se cuela en el segundo lugar, el PJ hasta puede quedarse con las manos vacías.
Aunque en voz alta se dice poco, porque la cautela y la paciencia han sido una de las improntas de la oposición local, los más osados se atreven a imaginar un escenario en el que el peronismo hasta puede salir tercero, si es que las PASO empiezan a transformar en realidad lo que muestran algunas encuestas sobre el crecimiento de Javier Milei. El candidato a diputado de ese espacio es César Treffinger, que como postulante a la gobernación sacó el domingo pasado un 13%. En las legislativas de 2021 había sido la novedad: fue tercero con el 15%.
¿Siempre fuimos compañeros?
El peronismo no pone esa hecatombe electoral en su radar, sobre todo porque aspira a que en el viaje de las PASO a las generales se acomoden algunos melones. No obstante, con tres listas en la cancha, el pase de facturas es la vedette de estas horas, en un espacio que ya estaba tan atomizado que llegó al colmo de que su candidato a gobernador, Juan Pablo Luque, hiciera campaña renegando del oficialismo.
En 2021 hubo dos facciones peronistas que compitieron en las urnas en las generals: la boleta que lideró Carlos Linares, amadrinado por Cristina Fernández de Kirchner (salió segundo, con un 28% contra el 38% de JxC), y la lista que armó el gobernador Mariano Arcioni y quedó cuarta, con el 10%.
Hay un costado que atenúa el pesimismo peronista: en la elección provincial, aun con un gobierno en severa crisis, con 20 años de desgaste y con JxC gozando de los recursos nacionales para la campaña, la derrota fue por una diferencia de apenas 1,6 puntos. Eso permite leer que hay una base peronista casi cautiva, aunque tampoco la boleta de Sergio Massa sea especialmente traccionadora en un contexto de conflicto económico permanente.
Renovación y cambio
En octubre, junto con las presidenciales, Chubut pone en juego tres bancas, las que ocupan actualmente Estela Hernández y Santiago Nicolás Igon, del peronismo; y el opositor Matías Taccetta, electo intendente de Esquel el último domingo.
Antes de que esa película pueda verse completa, vendrán las PASO, donde los principales espacios tendrán pujas internas, en principio bastante desiguales.
En Unión por la Patria, el caballo del comisario es José Glinsky, director nacional de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y representante de Juntos por Chubut. Es el único que lleva atada la boleta de Massa. Competirá contra dos listas que no llevan candidatura presidencial: el cooperativista Fabricio Petrakosky (Celeste y Blanca) y la concejala de Trelew Lorena Alcalá (Reconstruir Chubut). Prefirió bajarse por sugerencias nacionales el exdiputado Jorge Taboada, secretario general del Sindicato de Camioneros.
En JxC, la lista apadrinada por la cúpula es la que postula al secretario general del sindicato petrolero Jorge "Loma" Ávila, con quien Nacho Torres pactó para obtener un desempeño decoroso en Comodoro Rivadavia, bastión del intendente Luque en su fallida carrera hacia la gobernación. Ávila viene del peronismo y tiene adhesión a las candidaturas presidenciales de Bullrich y de Larreta. Competirá contra una lista radical de pura cepa que encabeza el exdiputado provincial Eduardo Conde: esa boleta no tendrá tramo presidencial, ya que el espacio se ilusionó hasta último momento con una postulación de Facundo Manes.
En el escenario local, JxC sabe que no la tendrá fácil para modificar estructuras heredadas tras dos décadas de panperonismo. Cuenta con ayuda de la ley: aunque ganó por apenas un punto y medio, el sistema chubutense le regala a la primera minoría legislativa una mayoría de 16 bancas sobre 27. Con esa tranquilidad arrancará en diciembre la gobernación de Torres, en una unicameral que se completará con siete bancas del peronismo, tres del sector cercano a Milei y una del debutante Frente de Izquierda.