Meca del folklore y, desde hace 20 años, cita obligada de las tribus rockeras, Cosquín se transforma cada verano en el escenario mayor de la rosca mediterránea. Un territorio donde dirigentes y aspirantes a un lugar en alguna boleta electoral buscan comenzar a proyectarse en el ámbito provincial y nacional. Este fin de semana, la jefa del PRO, Patricia Bullrich, llegará a Córdoba y tendrá sus fotos en el Cosquín Rock, que se desarrollará en el Aeródromo de Santa María de Punilla. Hace un par de semanas, Horacio Rodríguez Larreta estuvo en el Festival Nacional de Folklore, por el que también pasaron una treintena de referentes provinciales y nacionales. El vicegobernador Manuel Calvo; la senadora Alejandra Vigo; el diputado nacional Carlos Gutiérrez y su par Natalia De la Sota; la titular nacional del socialismo, Mónica Fein; el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela; y decenas de intendentes y referentes provinciales y nacionales pasaron por la ciudad durante las nueve lunas del festival. De hecho, aunque no pasó por el predio, hasta el mandatario cordobés Juan Schiaretti aprovechó el marco para recorrer obras en la ciudad.
Rodríguez Larreta y Musso.
Aunque la foto más celebrada en el entorno del alcalde porteño fue la que se llevó con La Mona Jiménez, el referente mayor de la cultura popular mediterránea, los movimientos en torno a la celebración anual en la segunda ciudad más importante del Valle de Punilla tuvieron como principal anfitrión al intendente Gabriel Musso. A diferencia de lo que puede ocurrir con el evento de este fin de semana, que tiene como responsable excluyente al empresario del espectáculo José Palazzo, lo que sucede año tras año en Cosquín dispara análisis políticos. En especial, en la previa de un año electoral en el que cada sector ya comienza a acomodar sus fichas.
“Más allá del peso específico que puede tener una foto o una presencia particular, no es fácil ir a Cosquín. Principalmente, porque no hay forma de prevenir la reacción de quienes circulan por la ciudad. Si bien hay una política clara en torno al cuidado del espacio, ningún político se sube al escenario y el marco del festival no se usa para bajar línea de ninguna índole, la gente se expresa de modo muy espontáneo”, explica a Letra P un dirigente que a través de los años experimentó el rol de anfitrión a la par de referentes de diferentes fuerzas que fueron a “probar suerte” en el verano coscoíno. “Es muy complicado exponerte ante la masa”, advierte quien destaca el papel que, en ese sentido, cumple desde hace seis veranos el actual mandatario municipal.
Del festival a la intendencia
La historia política de Musso está casi transversalmente ligada a la Plaza Próspero Molina, como la vida misma de la ciudad. A comienzos del nuevo siglo, la empresa Paisaje SRL, que tenía como principal referencia a Julio Mahárbiz, dejó de hacerse cargo de la organización del festival y las decisiones volvieron a estar a cargo del municipio. El actual intendente fue uno de los vecinos que ocupó un rol central en ese proceso, que lo llevaría a hacerse cargo de la secretaría de Hacienda de la Comisión Municipal de Folklore, que hoy preside.
En aquellos años, Musso era un comerciante con intensa actividad social. De hecho, entre otras cosas, llegó a ser presidente del Centro Comercial por dos períodos consecutivos. Quienes están a su alrededor aseguran que la figura del exgobernador santafesino Hermes Binner, en auge por aquella primera década de los 2000, fue la que lo sedujo para sumarse al Partido Socialista y proyectarse hacia la intendencia.
El salto definitivo llegó de la mano del proceso que derivó en la destitución del peronista Marcelo Villanueva, que tras 11 años en el poder local fue removido, vía referéndum, en 2014. Musso, desde el bloque de concejales de Proyecto Cosquín – Partido Socialista, había sido uno de los principales denunciantes en las causas que sindicaron a Villanueva como responsable de malversar fondos que deberían haberse destinado obras para fortalecer la red domiciliaria de gas natural y a la reparación de edificios escolares. También hubo denuncias relacionadas con la sustracción de fondos del erario público pertenecientes a la Comisión Municipalidad de Folklore. De cajón.
Musso, que en su perfil de Twitter se define como "Vecino e Intendente de Cosquín. A veces Músico", ganó las elecciones en 2015 con un frente integrado por fuerzas relacionadas con el arco social cordobés y unió a socialistas con radicales díscolos y sectores relacionados con la centroizquierda, como Libres del Sur. Desde entonces, comenzó un proceso de gestión (casi) inédito en la provincia, que fue revalidado en 2019. Para celebrarlo, el propio intendente celebró encabezando una caravana por la ciudad. En bicicleta.
El vicegobernador Calvo y Musso.
“Una de las cosas que signó la primera gestión de Gabriel fue acomodar los números del festival, que daba pérdidas permanentes”, cuenta a Letra P uno de los funcionarios de la primera administración del socialista. “Todos los fines de año, los vecinos terminaban subsidiando el festival porque había una serie de gastos innecesarios que tenían que ver con cualquier cosa menos con lo cultural. Gabriel cambió eso, volvió a tener respeto por los artistas y jerarquizó el festival. Eso le dio un prestigio grande, sobre todo en el mundo de los referentes culturales que llegan todos los años y ven cómo cambió Cosquín”, destacan en su entorno.
Hoy, el socialismo lo sostiene como uno de sus únicos referentes con capacidad de gestión y busca perfilarlo a nivel provincial. De hecho, fue el único que, sin ser parte del justicialismo, formó parte de la lista de candidatos de Hacemos por Córdoba para la Cámara de Diputados en las elecciones pasadas, ocupando un rol clave en el departamento Punilla, uno de los terrenos más complejos para el oficialismo provincial tras la partida de Carlos Caserio del espacio. Sin reelección en el municipio y en un contexto en el que el oficialismo cordobés deberá reinventarse en 2023, ya sin Schiaretti como candidato, el detrás de escena de las fotos del verano de Cosquín empiezan a tener un peso distinto en los tinglados de la política cordobesa.