Alejandra Gómez Sáenz milita activamente por los derechos del colectivo Lesbiana, Gay, Bisexual, Trans, Intersexual, Queer y otras identidades (LGBTIQ+) y logró llevar esa agenda al Concejo municipal de Rosario, donde ocupa una banca clave por el justicialismo. En contacto con Letra P, explicó el desafío de incorporar el colectivo a toda la agenda política, no sólo a la referida a la diversidad. A su vez, afirmó que el bloque del Frente de Todos es la real oposición en el Concejo luego de un acuerdo del oficialismo con varias fuerzas políticas, entre ellas, parte del peronismo. “Era momento de mantener la unidad”, explicó.
BIO. Cuando era delegada estudiantil secundaria en Concordia, corrió la combi que trasladaba al entonces presidente Néstor Kirchner, quien hizo frenar el vehículo, bajó la ventanilla y le aceptó un volante. Hoy resignifica aquel gesto del ex presidente. Activa participación en el movimiento LGBTIQ y fundadora del Centro Cultural, Social y Político La casa de las Locas. Alfabetizadora en centros comunitarios de Rosario. En diciembre de 2019 ocupó la banca en el Concejo por Roberto Sukerman, quien asumió como ministro de Trabajo de Santa Fe. Juró por “una patria libre, justa, soberana y diversa”.
-¿Cómo es llevar al Concejo de Rosario una agenda abierta de la diversidad y el colectivo LGBTIQ+?
-Es una construcción de militancia. Participo porque es un colectivo históricamente vulnerado y en la agenda política no tiene el lugar que merece. Hay que darle voz a las organizaciones y mi militancia es esa. El colectivo LGBTIQ+ es amplio y tiene demandas específicas de derechos: vivienda, salud, trabajo… pero también la solución a problemas como discriminación, exclusión de los hogares, el trabajo clandestino e informal. Son demandas que debemos lograr ubicar transversalmente en la política, no sectorizarlas ni formar guetos.
-¿Cómo se hace?
-En primer lugar, no hay que hablar de colectivos de minorías. Es un error y hay que discutir. La discusión también debe darse desde los feminismos. Por ejemplo, si bien se encaró, muy pocas veces se le da voz al colectivo trans, un colectivo con deudas históricas. Incluso habiendo una ley como la de Identidad de Género, hay muchos artículos que no se cumplen.
-¿Qué nivel de apertura existe hoy desde los partidos y frentes políticos?
-El colectivo LGBTIQ+ logró integrarse a otras luchas populares y ha sido un gran avance. Es un entendimiento de que para lograr los derechos es necesario aliarse con otros sectores. Pero hacia adentro de las organizaciones políticas no incorporan del todo al colectivo y a su agenda, sino que sólo lo reducen a sus problemáticas. “Que debatan lo suyo”, parece decirse. Son pocas las que abren la agenda completa.
-¿Qué es lo fundamental entonces?
-Que estén en la mesa de discusión en relación a las políticas públicas. Hay que dejar de diagramar sin los y las protagonistas. Las organizaciones tienen que tomar la voz y contar lo que están viviendo y de qué forma mejorarlo, porque a veces una propone y no soluciona lo que se está reclamando realmente.
-El PJ pasó de diseñar un enorme bloque con varias fuerzas a fragmentarse tras la elección de autoridades, donde algunos sectores peronistas llegaron a un acuerdo con el oficialismo. ¿En qué momento estalla la fuerza en el Concejo?
-Nosotros decidimos formar parte del Frente de Todos sosteniendo la coherencia de la campaña. Hay tres fuerzas políticas en nuestro bloque con tres concejales. Creo que era un momento importante para mostrar la unión que logramos en las elecciones a nivel nacional, provincial y en la ciudad. Más allá de las diferencias, era el momento de mantener la unidad.
-Su bloque parece ser el único opositor al oficialismo
-Sí. Estamos posicionados como oposición en el esquema del concejo. Pero oposición madura, a la altura, crítica sin poner palos en la rueda. Lo que va a ordenar el escenario es el proyecto de país que acompañamos. Hemos logrado consolidarnos como fuerza política en la provincia, no es menor. Y eso fue porque logramos un Frente de todes.
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Junto a Eduardo Toniolli y Norma López, compañeros de bloque
-¿Cómo analiza la gestión de Perotti?
-Es difícil hacer un balance sin la pandemia. Fue costoso asumir porque se mostraron muchas mezquindades de parte de la oposición. Se recibió una provincia con enormes deudas y tampoco se pudo lograr un presupuesto acorde a lo que quería el gobernador. El balance es en el contexto de pandemia: la gestión está muy bien con lo urgente. A la vez, hay que pensar en reformas estructurales en favor de las mayorías populares.
-¿Se podrá retomar la agenda habitual del concejo una vez pasada la pandemia o el trabajo será exclusivamente sobre lo que deje la pandemia?
-No sabemos de qué manera será esa nueva normalidad. El concejo no va a poder continuar con la misma lógica de trabajo, ninguna institución. Esto es crítico, pero también una oportunidad para ver cómo articular nuevas voces, e ingresar otras discusiones que ahora están afuera. Hay que discutirlo hoy, no después de la pandemia. Esta pandemia dejó ver herramientas que no existían y sobre eso se va a trabajar.