En Rosario, Juntos por el Cambio es una muestra fiel del estado de desorden de la alianza que se evidencia a nivel nacional. En el Concejo municipal de la ciudad, eje de discusión de la política local, existe una atomización de líneas macristas con el agregado de que, para las elecciones de medio término, deberán renovar seis de los nueve representantes distribuidos en tres bloques diferentes. Tachada la opción de una lista consensuada, se encamina a una interna feroz marcada por enfrentamientos y posicionamientos personales.
La carrera por renovar las bancas del Concejo ya largó y en Juntos por el Cambio no parece haber intenciones que esconder. Las tres concejalas y tres concejales a quienes se les termina el mandato son del PRO, fuerza que se partió en varios pedazos después de años de mostrarse consolidada en un solo espacio y hasta de aspirar a la intendencia. Ahora necesita mantener el espacio opositor logrado en 2017, cuando pintó de amarillo el recinto para no diluirse en una pequeña oposición sin peso.
La fragmentación que experimentó JxC en el Concejo rosarino se manifestará como nunca en las próximas elecciones: las seis bancas en juego están repartidas en tres bloques diferentes. Carlos Cardozo, Ana Laura Martínez y Germana Figueroa Casaspor el bloque Juntos por el Cambio, Roy López Molina y Agapito Blanco por el bloque Cambiemos y la solitaria Renata Ghilotti con su monobloque Propuesta Republicana.
El origen
El bloque mayoritario y original es el que lleva el nombre Juntos por el Cambio y pone en juego tres de sus cinco bancas: las de Cardozo, Martínez y Figueroa Casas. A sus otros dos integrantes, Alejandro Roselló y la radical Daniela León, les restan dos años en el recinto. Los tres serán candidatos y, probablemente, sea Ana Martínez quien encabece la lista en busca del protagonismo que logró en elecciones pasadas pero que fue perdiendo con el paso del tiempo.
El espacio descansa en el armador Federico Angelini, el diputado nacional que también puede jugar su partido en el Congreso para la senaduría. Cocina masa crítica todas las semanas, pero, al menos por ahora, los movimientos son de forma grupal sin que nadie se corte por la suya. Esto significa apoderarse de los temas de la agenda política, tensionarlos y bajarlos a Rosario.
Las demoras de la campaña nacional de vacunas, el vacunatorio VIP y lo acontecido en Formosa son los hits que los ediles no dejaron pasar para polarizar. Lo mismo practican en el plano provincial con la inseguridad y las andanzas del exministro de Seguridad Marcelo Sain. En cuanto a lo local, la carta es más amplia en busca de exponer a la gestión del intendente Pablo Javkin. Grieta por aquí y por allá: “En esta instancia es mucha masa crítica”, reconoció a Letra P un dirigente amarillo.
El que quiere renacer
En las elecciones también se medirá la disputa interna entre el mencionado Angelini y López Molina, quien, junto aBlanco, se abrió de su conducción y comenzó a jugar suelto dentro del Concejo. Mientras el angelinismo se mantiene opositor al oficialismo local, este sector cerró un ecléctico acuerdo de gobierno con el intendente Javkin, la centroizquierda y La Cámpora, que terminó de romper el espacio.
Javkin y Roy López Molina (derecha) cerraron un pacto en el Concejo
López Molina intentará competir para la diputación nacional, pero también esa categoría está enmarañada. Si no logra hacerse el lugar, seguramente apostará a renovar en el Concejo. Por su parte, Blanco afirmó a Letra P que buscará un mandato más como cabeza de lista, aunque si López Molina no compite en las nacionales probablemente sea él quien quede en el primer lugar de la lista. Se verá si López Molina logra recuperar la chispa que tuvo años atrás cuando arrasó en el Concejo en 2017 y se encaminaba a ser el intendente de la ciudad hasta que la gestión de Mauricio Macri se estrelló en 2019 y le hizo pagar también los platos rotos.
Su posicionamiento dentro del macrismo local tiene algo de incomodidad. Mucho tuvo que ver su distanciamiento con Angelini que lo colocó en búsqueda de otros consensos como el mencionado con Javkin, pero también con el radical y excandidato a gobernador, José Corral. Ambos mantuvieron una armoniosa línea con el gobierno de Omar Perotti, incluso con el ex ministro de Seguridad Sain cruzaron respaldos, algo que causó el rechazo del resto de Juntos x el Cambio.
La Bullrich de Rosario
La única que ya blanqueó sus intenciones de competir e incluso puso primera con una abundante cartelería en el centro es Renata Ghilotti. La concejala articula con el manual extremo de Patricia Bullrich, polariza al máximo contra el kirchnerismo y busca mostrar empoderamiento a través de un paralelismo con la figura de la exministra de Seguridad de la Nación.
Ghilotti tiene la particularidad de ser una especie de líbero en JxC luego de dar el portazo en el espacio de López Molina, pero sin separarse del todo del resto. Armó el monobloque Propuesta Republicana y busca posicionarse con el exdiputado nacional Lucas Incicco y el secretario político del PRO representante de jugadores Ricardo Schlieper. Apunta a armar una lista propia y competir en las internas si es que no logra acuerdos para encabezar alguna opción.
Fotos
En la diversidad interna del espacio, ningún concejal ni concejala le escapa al apalancamiento en figuras nacionales. Desde ya que pasaron por la alfombra roja de la presentación de "Primer Tiempo", el libro del expresidente Mauricio Macri. Buscan pegarse a los dirigentes nacionales cuando visitan Rosario, pero la disputa también pasa por quién organiza las actividades. Patricia Bullrich visitó la ciudad y el angelinismo acomodó sillas en la mesa en la que la exministra presentó hace un mes su libro “Guerra sin cuartel”, pero hubo fotos variadas. En tanto, la pata peronista de JxC le armó un encuentro con vecinos a Miguel Ángel Pichetto en un parque público.