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Hecha la ley, hecha la yapa: pierde Vidal y hay reelección para todo el mundo

Con 68 votos afirmativos se habilitó el tratamiento y Diputados sancionó el proyecto que cambia la norma. El FR, la CC y el vidalismo, en contra.

La Cámara de Diputados bonaerense sancionó este martes la reforma de la ley que limita las reelecciones en cargos ejecutivos y legislativos. Fue gracias a una alianza transitoria entre un sector del PRO y el PJ, que expuso además no sólo las diferencias internas en los dos principales bloques sino también la derrota manifiesta de María Eugenia Vidal, quien le ordenó al puñado de legisladores que todavía le responden votar en contra. Con esta aprobación, los intendentes que fueron electos en 2015 y reelectos en 2019 quedan habilitados para competir por otro periodo en 2023, al tiempo que tendrán un artículo cerrojo que busca evitar los atajos a la normativa sancionada en 2016. 

 

Al iniciar la sesión, el diputado del Frente Renovador autor del proyecto original que pone tope a los mandatos, Rubén Eslaiman, solicitó una votación nominal para acceder al tratamiento sobre tablas del proyecto que impulsó el senador del PRO Juan Pablo Allan, con el respaldo de la cúpula de intendentes del mismo partido. El pedido, parte del reglamento de la Cámara, pero inusual en los usos y costumbres, buscaba exponer de manera clara quiénes avalaban que los jefes comunales pudieran volver a presentarse en elecciones en dos años. 

 

La movida sirvió para visibilizar las diferencias en el espacio vidalista: en las horas previas a la sesión, algunos de sus diputados se mostraban dubitativos a la hora de rechazar el nuevo proyecto, tal como lo habían manifestado en un comunicado que firmaron junto a la exgobernadora días atrás. De hecho, finalmente y a contramano de lo expuesto en aquel comunicado que significó la sentencia de divorcio de Vidal con el intendentismo, el firmante Daniel Lipovetzky habilitó con su voto el tratamiento, aunque más tarde se abstuvo de acompañar el proyecto. La movida le dio la posibilidad a los intendentes de aprobar la normativa más tarde con la voluntad de sus legisladores.

 

Al mismo tiempo los diputados Fabián Perechodnik y Martiniano Molina que estaban en duda también levantaron sus manos para aprobar la iniciativa. Así, el exsecretario general de la Gobernación pareció optar en la interna por el lado del alcalde Julio Garro (La Plata), mientras que todo indica que el exintendente de Quilmes acompañó el proyecto por diferencias con Alex Campbell, incondicional a Vidal.  

 

La ley fue habilitada con 68 votos afirmativos, siete más de los necesarios, entre los que se contaron el del jefe del bloque de Juntos, Maximiliano Abad; del Frente de Todos, César Valicenti; y de Cambio Federal, Walter Carusso. También dos representantes del bloque libertario, Nahuel Sotelo y Constanza Moragues Santos, que, de todos modos, después votaron en contra de la sanción general. De esta forma, de acuerdo al artículo 4, “los mandatos de intendentes, concejales, consejeros escolares, diputados y senadores que se hayan iniciado como resultado de las elecciones del año 2017, 2019 y 2021 serán considerados como primer período a los efectos de la aplicación de la presente Ley”, por lo que los jefas y jefas comunales de los 135 distritos bonaerenses tienen ahora la chance de volver a presentarse a competir por el cargo en 2023. 

 

La otra modificación relevante que apunta directo contra la reglamentación que firmó Vidal es el artículo tercero que marca que los intendentes y concejales podrán estar en sus funciones cuatro años, con la posibilidad de ser reelectos sólo por un nuevo periodo, más allá de que hayan ejercido su segundo mandato de manera total o parcial. Este punto busca evitar en un futuro los atajos que tomaron numerosos dirigentes, que tomaron licencia dos años ante de terminar su segundo mandato para poder presentarse nuevamente en 2023. 

 

Por otra parte, 24 fueron los y las dirigentes que se opusieron: 12 legisladores y legisladoras que responden a Sergio Massa; los dos de la Coalición Cívica de Elisa Carrió; Guillermo Castello, que responde a José Luis Espert; siete que provienen del vidalismo, más Pablo Domenechini, que proviene de la UCR de Martín Lousteau, y Graciela Calderón, del monobloque Izquierda Socialista.

 

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