Detrás de escena | RETENCIONES

Campo de batalla

La Mesa de Enlace implosionó por el paro. Los grupos de Whatsapp de productores arden con los dichos de Grabois y Parrilli. El Gobierno, furioso con Pelegrina luego de entregarle el IPCVA.

La Mesa de Enlace estuvo lejos de pensar en ir a un paro al término de la última reunión con el ministro de Agricultura, Luis Basterra. En esa mesa se definió que sólo tendrían tres puntos más de retenciones los granos de soja y sus derivados. El resto, sin cambios o a la baja, como las economías regionales. Para los que pagarían más, el Gobierno estableció un esquema de reintegros. Se fueron de allí, consultaron con las bases y la conflictividad quedó entonces encapsulada. Pero pasaron cosas en el medio.

 

Confederaciones Rurales (CRA), identificada con los productores más perjudicados, los que están más lejos de los puertos, se cortó sola y anunció un cese de comercialización de cuatro días. Las demás entidades de la Mesa de Enlace, deslegitimadas ante las bases y con fuerte presión mediática de los autoconvocados, se obligaron a plegarse a un reclamo contrario a sus pedidos históricos. Los que conocen el sector aseguran que la Mesa sólo existe para hacer oposición y que no tiene otras funciones. Ese rol borroso no sólo erosionó al agrupamiento de la CRA con Coninagro, la Federación Agraria (FAA) y la Sociedad Rural (SRA), sino, también, a la autoridad de las cabezas de cada entidad.

 

El campo identifica a Parrilli y Grabois como enviados de Fernández a romper. 

 

 

La Mesa de Enlace es, en términos sindicales, un conjunto de entidades que hacen gremial empresaria y equilibran con el poder de turno. Pero la corrección política y la negociación no son activos que comprenda la mayoría del agro. En las últimas horas, mientras los dirigentes confederados se preservan de hacer declaraciones por fuertes cruces luego del paro, los grupos de Whatsapp de autoconvocados y de las bases de las mismas entidades dieron una muestra de cómo el campo más bullicioso lee el conflicto con el gobierno de Alberto Fernández. “Estos son los tipos que manda el Presidente a putearnos”, dijo un productor en un chat al que accedió Letra P. Allí se ven dos videos del senador Oscar Parrilli y el dirigente social Juan Grabois criticando con dureza al campo.

 

 

 

En este contexto, el Gobierno evalúa el conflicto desde lo numérico y no desde lo ideológico. Aseguran en el entorno de Fernández que el enojo es una movida de los pooles de siempre, parte del 26% de los afectados por retenciones. Recuerdan, también, que la segmentación y economías regionales fue un pedido histórico de FAA. Y que Sancor, la cooperativa láctea que es parte de Coninagro, recibió moratorias y beneficios fiscales para un salvataje del Estado.

 

 

Grigera Naon, el hombre de Pelegrina que sería el titular del IPCVA. 

 

 

Con la Sociedad Rural hay un dato aún más fuerte. Unas semanas antes del paro, Daniel Pelegrina, su titular, se sentó con enviados del Gobierno a negociar para colar un delfín en un lugar estratégico. Pidió que José Grigera Naón, secretario de la SRA, sea el presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA). Balcarce 50 le dio el ok como una prenda de negociación. Fue una movida con riesgos: Ulises Forte, presidente hasta 2019, ya estaba cerrado en su sucesión con el expresidente de la CRA, Dardo Chiesa, que hasta fue anunciado con foto en la página web. ¿Seguirá ese pacto?

 

Mientras tanto, el paro que se inicia el lunes con una movilización que esperan sea masiva coincide con la apertura de la muestra Expoagro en San Nicolás. Por ahora, el ministro Basterra está más cerca de faltar que de asistir.

 

 

Martín Menem y Karina Milei.
Javier Milei en una exposición de maquinaria agrícola, uno de los pocos sectores industriales con expectativas

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