A todo o nada. detrás de escena

Al choque: Moyano se hartó y le tira el camión encima al Gobierno

Rompió lanzas con todos los nexos de Cambiemos y decidió jugar a fondo en la alianza con el peronismo crítico y más de cien gremios combativos. El “ni” con Massa y el endurecimiento del discurso.

En el entorno de Hugo Moyano cuentan que la frase en la que afirmó que el presidente Mauricio Macri “quiere rajarse y está desorientado” se inspiró en un diagnóstico que escuchó de boca de un funcionario de Cambiemos. El evento que compartió con intendentes en la Federación de Municipios (FAM), que conduce Verónica Magario, jefa comunal de La Matanza, fue un hecho político que marcó cómo el líder camionero jugará de ahora en más en lo discursivo y en materia de alianzas: “No vamos a ser cómplices de nada”, les comentó a sus laderos más cercanos y pronosticó que la situación social y económica “va a empeorar”. Con Magario ya se habían visto el año pasado en su distrito, en un homenaje a Alberto Ballestrini. Y esta reunión con los intendentes fue, según los Moyano, una continuidad de la foto que el dirigente sindical se tomó con la la senadora Cristina Fernández.

 

 

En el encuentro con la FAM, el moyanismo consiguió, además, reforzar el poder propio congregando en la puerta a más de cien gremios entre medianos y grandes, como la UOM (Metalúrgicos), SMATA (Mecánicos) y La Bancaria.

 

Ese pelotón, que incluye por primera vez a Antonio Caló -un hombre que venía en plan negociador con el Gobierno-, es la nave insignia para atraer sindicatos que, aun estando dentro de la CGT, tienen diferencias marcadas con el triunvirato. “Vamos a construir con los que entienden qué les pasa a los trabajadores, no con los que están pensando cómo hacer equilibrio ante Macri”, contó a Letra P uno de los más fieles alfiles de Moyano.

 

Fue uno de sus hijos, Pablo Moyano, quien contó que hubo un plazo de un año o más de “comprensión” para con Cambiemos. Un tiempo que el sindicalismo consideró lógico para que la administración Cambiemos se acomodara. Pero la relación, luego de aquel hito inicial del oficialismo en el que Macri se fotografió con Moyano en la inauguración del busto de Perón, en el Bajo porteño, empezó a descomponerse rápidamente. La primera grieta la abrieron la crisis y los proyectos de ley de Reforma Laboral que planteó el Gobierno. La segunda herida al vínculo entre ambos fue la definitiva: el moyanismo sostiene que, apenas el poder político vio virajes críticos a la gestión, apuró las causas en su contra en la Justicia. Aun más: involucraron a toda la familia en esa situación, incluso a menores de edad.

 

 

Moyano junto a intendentes peronistas de la FAM. 

 

 

Esta alianza con intendentes y gobernadores del peronismo filo kirchnerista no parece ser el único objetivo de los Moyano. Cuentan en su entorno que, por ahora, “es eso”, pero, cuando se les pregunta por Sergio Massa, admiten que “eso siempre se habla”. El tigrense no es un límite en la construcción que el camionero busca: una unidad del peronismo de cara al 2019. Esa gran alianza sólo tiene dos límites: el salteño Juan Manuel Urtubey y el senador rionegrino Miguel Ángel Pichetto. Los ve muy cercanos a Macri, justo cuando la ruptura con Cambiemos empezó a estar tan expuesta que Moyano cortó las charlas que tenía con algunos referentes del oficialismo, los porteños Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.

 

 

Otros tiempos. Moyano ya rompió vínculos hasta con dirigentes porteños de Cambiemos. 

 

 

La radicalización del moyanismo incluye una separación de hecho de la CGT. “Hoy pensamos muy distinto”, confiesa uno de los miembros del triunvirato que encabezan Juan Carlos Schmid; Héctor Daer y Carlos Acuña. Si bien todos son peronistas, los triunviros mantienen con los jefes políticos críticos de Cambiemos una relación casi nula. Impulsados por Daer, juegan a negar al kirchnerismo en pos de negociaciones fluidas con el Ejecutivo. Schmid, que supo mantener una relación casi familiar con el camionero, hoy lee que “la oposición tiene que ser responsable”. El jefe de Dragado y Balizamiento entiende que esa postura les permite conseguir cosas, razón por la cual mantiene diálogos habituales con funcionarios como Guillermo Dietrich, Transporte, y Jorge Triaca, de Trabajo. Sin ir más lejos, hace 15 días y en silencio Schmid consiguió que se levantara una carpa de protesta en el puerto de Buenos Aires luego de obtener la reincorporación de 200 trabajadores despedidos de firmas navieras como Maersk.

 

En el triunvirato creen, además, que Moyano utiliza a Pablo como ariete “para vaciar la CGT”. Hugo, en cambio, destaca ante propios y extraños que su hijo negocia desde posiciones fuertes. Hoy en día, el dirigente camionero pondera, al igual que otros de los sindicalistas de peso fuera de la CGT, el rol de otro de sus hijos, Hugo Antonio, el abogado de la familia, que empezó a jugar con apariciones públicas y se cargó la resolución judicial de las multas al gremio por violaciones a la conciliación obligatoria.

 

Toto Caputo y Javier Milei.

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