Adrián Werthein, el titular del Consejo Interamericano del Comercio y Producción (Cicyp), nunca ocultó su respaldo a Cambiemos. Lo dice en privado y hace lo propio en público. “Este presidente no se va a ir. Se va a quedar. Y si después alguien no está conforme, tendrá su posibilidad en las urnas. Es el momento de apoyar”, le dijo al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, invitado al ciclo de almuerzos intitulado “Qué Momento”. Al convite que se realizó en el Hotel Alvear, el hijo del desarrollismo llegó en reemplazo de Nicolás Dujovne, en reposo por cuestiones de salud. El jefe de Interior llegó con retraso, cuando el salmón era una entrada que ya faltaba en los platos. Entró secundando por Werthein y el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, otro integrante del Cicyp. Recibió aplausos masivos y saludos de aliento que reflejaron el tono del evento. Un grupo nutrido del poder económico de la Argentina dispuesto a bancar a Macri y a Cambiemos incluso cuando arrecia una crisis de la cual el propio Frigerio no pudo precisar su final.
Lo puso en palabras el titular de Buquebús, Juan Carlos López Mena. “Voy a citar una frase de Menem. Estamos mal pero vamos bien”, contó en uno de los pasillos y respaldó a “Macri como el piloto de una tormenta que tenemos que pasar”. López Mena, que comparte nacionalidad a ambos lados del charco, es un hombre de extremo perfil bajo que admite haber votado casi siempre radicalismo. Cree ahora, como Werthein, que “es momento de poner el hombro” porque “se están haciendo cambios estructurales, a largo plazo”. Celebró, por caso, el corrimiento de la Corte Suprema de Justicia de Ricardo Lorenzetti y confió en Carlos Rozenkratz, el letrado que Macri nombró por decreto y que la mayoría de los CEOs conocen de su gestión empresaria. Compartió esa visión el particular y flamante Embajador de los Estados Unidos, Edward Prado, un simpático texano de ascendencia azteca que dijo a Letra P que “Argentina no es solo Buenos Aires”, la visión de que la realidad del país excede los límites del distrito central. “Tienen que salir de la crisis”, aseveró convencido Prado, quien se incomodó ante la pregunta de si observa similitudes entre la administración Macri y la de Donald Trump. “Mmm… tienen algunas cosas, pero nuestra economía está así y la de ustedes así”, cuenta alternando un pulgar para arriba y uno hacia abajo”.
"Estoy seguro de que les han dejado pocas herramientas a la administración. No estoy contento con las retenciones, pero lo tenemos que hacer", admitió Werthein antes de darle el paso a micrófono a Frigerio. Y dejó una definición que muestra lo que piensa el Círculo Rojo de Frigerio, en el marco de la crisis intra gabinete que dejó a Marcos Peña corrido de la actualidad más caliente, al menos por el momento. A pesar de su, no menor, confirmación en el cargo. “Usted llega a la gente que no piensa como usted, sin ahondar las diferencias”, le dijo el empresario al ministro.
Minutos antes, había sonado el Himno a Domingo Faustino Sarmiento, homenaje del Cicyp “al padre del aula”. En las mesas se ubicaban popes de los negocios como Gabriel Martino, jefe del HSBC; Eduardo Nougues (Ledesma), Jorge Brito hijo (Macro), Marcelo Figueiras (Richmond), Gustavo Weiss (Camarco), Nicolás "Nicky" Caputo, Martín Cabrales (Cabrales) Daniel Pelegrina (Sociedad Rural), Adelmo Gabbi (Bolsa), y algunos hombres del oficialismo como el intendente de San Isidro, Gustavo Posse; el rabino Sergio Bergman, secretario de Ambiente; y el ministro de Trabajo Bonaerense, Marcelo Villegas.
En medio de la contienda con los gobernadores peronistas por el Presupuesto 2019, Frigerio sacó a relucir la grieta con el kirchnerismo. “Tuvimos que desactivar bombas (…) hoy podemos decir que estamos un poco mejor, estamos haciendo todo lo humanamente posible para sostener la calma de las variables económicas", explicó y respaldó a Macri ante el auditorio: “Tenemos que demostrar que tenemos al mejor piloto de tormentas (Macri). Sin eso no hubiésemos conseguido respaldo internacional”, detalló resaltando la nueva metáfora oficial para explicar a quién pilotea el barco en plena marea. "Al pasado no volvemos nunca más. Quiero dejar ese mensaje. A pesar de las dificultades, estamos convencidos de que este es el camino”, explicó.
Frigerio tuvo una ponencia más centrada en sostener el statu quo y conservar ascendencia entre los CEOs que dar definiciones sobre política. “Tenemos que llegar al equilibrio fiscal. El estado debe gastar lo que recauda. No es habitual que los gobernadores digan que el presidente debe tener un Presupuesto equilibrado", dijo, y agregó que “ahora tenemos que demostrar que podemos salir de la crisis y volver a crecer”. La última frase que dejó fue una de las más relevantes: “Cuánto dure la recesión va a depender, en parte, de las incertidumbres que necesitamos despejar. Bajar el déficit, no tener que salir a pedir prestado... Pero hay que tratar de que dure lo menos posible", se sinceró.