En la solapa izquierda lleva un prendedor con una bandera mitad roja y mitad blanca. La insignia muestra una medialuna blanca y cinco estrellas que representan los ideales de Singapur, nación de la que es cónsul general. El resto del outfit, como es habitual en Nicolás Caputo, no tiene estridencias ni telas caras. El amigo de la infancia del presidente Mauricio Macri llegó al hotel Alvear bastante más temprano que el resto de los invitados a los almuerzos que comanda el titular del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp), Adrián Werthein. Interesado en escuchar al ministro del Interior, Rogelio Frigerio -que reemplazó al ministro Nicolás Dujovne, internado por un problema de salud-, Nicky se quedó en el lobby saludando a los CEOs de peso que ingresaban. O al revés: los CEOs le extendían la mano.
Nicky y su primo, Toto. Caputo. Tiene una visión de la economía atada al contexto internacional.
Aunque lo disimula de manera elegante, Caputo tiene poder dentro de la mesa chica de Cambiemos. El suficiente para conocer las internas y la realidad de Macri y el Ejecutivo. “Yo estoy igual que ustedes en ese tema, en todo este tiempo estuve en Italia”, contó “Nicky” en una breve charla que mantuvo con Letra P y otros dos medios, La Nación y Radio Nacional.
Generó risas socarronas esa respuesta, pero Caputo es hábil declarante y se encargó de radiografiar la gestión de su amigo en plena turbulencia.
-¿Lo ve fuerte al Presidente? ¿Es un buen piloto de tormentas?
-Sí, muy fuerte, yo no le pondría el brazo cerca a Mauricio porque te lo come. Lo veo bien parado.
Para Caputo, la situación del país cambió radicalmente desde el inicio de la gestión a estos días. “Mauricio empezó jugando como (Lionel) Messi, después el partido quedó empatado y ahora está como un arquero, atajando todo, defendiendo”, contó apelando a una metáfora futbolera.
El ex dueño de Caputo Construcciones y primo del titular del Banco Central (BCRA), Luis "Toto" Caputo, aseguró que “Macri tiene, desde hace mucho tiempo, un plan a largo plazo, a 18 o 20 años. Y estamos en esa línea, él tiene claro que es la mejor manera para salir adelante. Yo también”. En la misma línea, aseguró que “el mundo cambió, yo vengo de Italia y los bonos de ese país están cayendo. Todo el mundo está con problemas. Acá también hubo algo de mal praxis, pero el contexto es complejo”.
“Se dijo que usted estuvo al teléfono con el Presidente en aquel fin de semana de deliberaciones y rumores de cambio de gabinete en Olivos...”, se le consultó a continuación. “Yo estaba en Italia”, retrucó, se sonrió y afrontó otra repregunta:
-¿Cómo se sale de esta crisis?
-Para eso está el Presidente.
Dio la mano, saludó y abandonó amablemente la conversación para seguir charlando con sus pares en el lobby.