El diputado nacional y líder radical Mario Negri usó una de las mejores metáforas para graficar la situación que atraviesa la economía argentina. "Estamos a la entrada del túnel; todavía no llegamos ni a la mitad", graficó. "Creo que ahora viene una etapa difícil. No hay que caer en la depresión. Hay que ser realistas y tener un grado de comunicación muy franco con la sociedad. Es algo que nosotros a veces discutimos o hemos criticado", expresó el cordobés, uno de los que cuela grajeas de realidad en un gobierno que hasta hace unas semanas estaba cerrado herméticamente en la negación de la crisis.
El viraje comunicacional de la economía se inició luego de que llegaran a manos del presidente Mauricio Macri indicadores que reflejan problemas sectoriales. Sobre todo, tres puntos que Cambiemos regó como los brotes verdes más preciados: la desaceleración en las ventas de propiedades vía crédito, el descenso en la obra y el más reciente desplome de la producción y venta de vehículos cero kilómetro. A esto se le sumó el golpe de la sequía sobre los números de la producción agropecuaria, además de una cuestión casi anímica que era esperada con ansias y que nunca ocurrió. La referencia es la vuelta de capitales especulativos con posterioridad al acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Luego de un mes de rubricado el convenio con el organismos que conduce Christine Lagarde, los dólares no aparecieron.
Con estos datos, proporcionados en su mayoría por el ministro de la Producción, Dante Sica, el esquema de comunicación de la realidad abandonó el “lo peor ya pasó” para entrar en una instancia de sinceramiento, honestismo y dolor. Macri dio ese mensaje en dos oportunidades: en la conferencia de prensa en Olivos y en su entrevista con Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa de Comercio, en el aniversario de la entidad.
El mensaje fue pensado para resaltar el cambio general de condiciones más allá de la coyuntura. En el Gobierno apuntaron a todos los ministros en la construcción de un relato que perfore las noticias sobre tensión cambiaria y caída en la actividad.
En el caso de la inflación, fue el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el que puso sobre la mesa la estrategia: admitir que está más alta de lo esperado y que el Gobierno lo reconoció abriendo el juego para renegociaciones paritarias.
En paralelo, el libreto para comunicar la crisis en los medios incluye el reflejo espejo contra el kirchnerismo. Un neo aprovechamiento de la grieta, justo cuando la ex presidenta, Cristina Fernández, vuelve al ruedo público casi sin pronunciar palabra. Dujovne aseguró que la inflación es alta, pero aclaró que “es incomparable” con la de los últimos años del kirchnerismo, dado que Cambiemos dejó flotar el tipo cambio y aplicó fuertes tarifazos a los servicios públicos, reduciendo subsidios.
En este contexto, la Nación también sacó a la cancha el potencial de Vaca Muerta con datos sin sustento técnico, al igual que el desembarco de inversiones. “Sabemos que vienen meses largos, con la economía en problemas”, admiten en la Casa Rosada, pero grafican que casi todas las elecciones que ganó Cambiemos se instalaron en escenarios de actividad negativos.
Del otro lado del espejo del relato hay un mundo de cuestionamientos. El Círculo Rojo observa atentamente lo que ocurre con un diagnóstico diferente. Gustavo Weiss, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), explicó a Letra P que “el Presidente no le escapó a reconocer que estamos pasando un mal momento, que la situación sigue estando difícil”.
El salteño José Urtubey, dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), aseguró que “hay que ir a políticas concretas". "No veo cómo vamos a crecer el año que viene si no se dota de competitividad a la Argentina”, señaló. Y el textil Teddy Karagozian, de la hilandera TN Platex, usó su cuenta de Twitter para deslizar una visión internacionalista que se mezcla con el deseo de muchos de sus pares de un rol diferente del Estado argentino para con sus empresarios. “Los periodistas y la Inteligentia internacional se ríen de Trump. Pero él fue votado por una plataforma que está tratando de implementar. Desde ese punto de vista es más predecible q los q no lo hacen. Bajo impuestos, ataca de forma no ortodoxa los problemas. Veamos”, publicó.
En los núcleos de poder, la estrategia de comunicación amistosa sobre la economía es mirada casi con indignación. Los que más apoyan al Presidente dicen, en privado, que el sinceramiento es bueno, pero se transforma en artificio si no está acompañado de políticas que produzcan cambios. Respecto al kirchnerismo, casi que la obsesión de un regreso es potestad absoluta del Ejecutivo. Son pocos los rubros de la economía y los CEOs que se preocupan hoy por una posibilidad que es aún lejana.