El presidente Mauricio Macri volcó en la conferencia de prensa en Olivos un dato al menos arriesgado, en plena coyuntura de alta complejidad: aseveró el mandatario que la inflación va a bajar 10 puntos en 2019 y que cerrará el 2020 en un dígito. La apuesta, un pronóstico que a priori pareció en mensaje más esperanzador que real, encuentra sustento en la idea que los técnicos del Banco Central y el Ministerio de Hacienda tienen de la dinámica de los precios en los meses siguientes. En los pasillos de la cartera que conduce Nicolás Dujovne, asesores de su entorno le contaron a Letra P que el objetivo es que las condiciones generales de la economía sean distintas en 2019.
Sintéticamente, para reducir una inflación que hoy está cercana al 30% -admitida incluso por Dujovne en la conferencia de metas fiscales-, el Gobierno tiene en la cabeza un mix de planificación y voluntarismo. Por un lado, confían en que las tarifas de los servicios públicos tendrán actualizaciones menores a las de los últimos dos años y medio. Para lograr esto, el ministro de Energía, Javier Iguacel, trabaja en un esquema paulatino de alzas, que haga equilibrio entre la necesidad de reducir subsidios y lograr que los precios de la energía no queden desfasados.
Por otra parte, hay una apuesta de que “no haya devaluaciones tan fuertes como las que pasaron”. En Hacienda entienden que el tipo de cambio estuvo atrasado, pero que está en niveles que requerirán menos movimiento en 2019. De esta forma, le prenden velas a que el pass through del año electoral tenga un aterrizaje más suave en las góndolas. En paralelo, se sostendrá la idea de secar la plaza de pesos, lo que sumado a un proceso recesivo que el Gobierno tratará de contener, tendría un impacto positivo en la marcha de los precios.
En el ascensor del Palacio de Hacienda, dos movileros de TV planteaban que la inflación está igual o más arriba que en la era K. Uno de ellos le trasladó a Dujovne esa duda. El Gobierno decidió pararse en este punto en particular apelando al discurso de “la verdad sobre la mesa”. "El kirchnerismo logro bajar la inflación reprimiendo el tipo de cambio, destruyendo las exportaciones. Nosotros tenemos un cambio que flota, y eso dió inflación más alta (…). La principal diferencia entre la inflación con el kichnerismo es que la nuestra la podemos mostrar. Lo recalco porque hay que recordar el país en que vivíamos. Es cierto que nuestra inflación es alta, pero no estamos reprimiendo los precios de los servicios", expresó el ministro, acompañado por el secretario Rodrigo Pena.
Sin embargo, entre los imponderables, en Hacienda saben que hay indicadores del Índice de Precios (IPC) del Indec que encienden alertas de un proceso inflacionario prolongado. El más elocuente, la perspectiva de una inflación mayorista de junio por encima del 6%: eso redundará en dos o tres meses de precios en torno al 3%. En este contexto, hay además un problema directo que es que la inflación en alimentos estuvo por encima del 5%, y no da señales de retroceso, aún en un contexto de caída en el consumo. Así y todo, en el Gobierno no le temen a las metas de inflación pautadas, y niegan que se vaya a poner encima del 32%, el número que pondría en riesgo las condiciones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En este contexto, la incógnita más fuerte termina siendo el método para reducir la inflación. Cerca de Macri sostienen que es un fenómeno monetario la suba en los precios. Por esta razón y por pedido expreso de Casa Rosada, el único encargado de combatirla es el Luis “Toto” Caputo, el presidente del BCRA. Si bien hay algunos sectores dentro del Gobierno que creen que hay que lograr un compromiso mayor de otros ministerios, como el de la Producción, para aplacar los precios, Dujovne marcó la cancha fuerte sobre dónde hay que mirar para encontrar respuestas en este tema. "Las paritarias son libres, aceptamos que la tasa de inflación es más alta que la prevista cuando se firmaron los acuerdos paritarios (…), pero la meta de inflación y los números corresponden al Banco Central, hoy estamos en 29,5% interanual. Pero no me corresponde a mi hablar d eso", sentención en plena conferencia. Es esa la definición de fondo: todo el poder anti inflacionario al BCRA, el mismo poder que ya había tenido Federico Sturzenegger. ¿Los resultados serán diferentes? Es la pregunta del millón.