Se la había pensado como una conferencia de prensa destinada a despejar incógnitas, imprimir optimismo y reafirmar el rumbo. Se convocó con casi una semana de anticipación y se destacó el “gesto republicano” de que se respondieran preguntas, a contramano de las recordadas cadenas nacionales de Cristina Fernández de Kirchner. No alcanzó. El mensaje que emitió el miércoles Mauricio Macri desde la Quinta de Olivos dejó sabor a poco: no hizo anuncios, se montó a un discurso optimista a pesar de los rigores de la crisis actual y apeló nuevamente a la confrontación con el kirchnerismo.
En ese último aspecto, el discurso no fue tan explícito. Pero la tentación de subir al kirchnerismo al discurso como herramienta de confrontación o diferenciación siempre está a mano, aunque se la disfrace. De manera velada, y en escenario de dificultad en la gestión, Macri volvió a subir al ring a Cristina. “Jamás la sacó de escena”, destacó el politólogo Mario Riorda. Para Raúl Aragón, en tanto, Cambiemos “necesita revivirla”.
En su permanente diferenciación con el pasado reciente, el Presidente se somete a consultas periodísticas, tanto que acumula 60 conferencias de prensa desde que llegó a Balcarce 50, según la contabilidad de su entorno, algo que va a contramano de las eternas y aleccionadoras cadenas nacionales de la ex presidenta.
El martes, Macri había tenido otra conferencia, a través de Instagram, en la que habilitó preguntas y luego las respondió en vivo por medio de su usuario oficial. Este jueves hará lo mismo cerca de las 16. Y el sábado 28 encabezará un timbreo. Todo, bien a tono con el arsenal comunicacional del PRO, que prefiere aumentar su vinculación con los ciudadanos a través de un contacto directo, sin intermediaciones.
En la conferencia de prensa del miércoles, el Presidente respondió sobre la situación económica, pero siempre se inclinó por las generalidades y sin comunicar cifras concretas que reflejen la realidad económica. Insistió una y otra vez con dos términos: “tormenta” y “futuro”.
La tormenta es, por definición, algo coyuntural e imponderable, nunca autogenerado, un término seleccionado por Macri para alivianar la definición de la crisis cambiaria que azotó su gestión y que derivó en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El futuro es el ajuste. “El famoso 1,3%” de déficit fiscal prometido al Fondo para el año que viene, según dijo, entre risas, el jefe del Estado.
La única definición certera fue su negativa, al menos por ahora, a frenar la baja gradual de las retenciones a las exportaciones de la soja. Es un reclamo recurrente de la Unión Cívica Radical (UCR), pero en este punto el frente interno también está dividido: María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, que encabezan la negociación clave de cara al Presupuesto 2019, coinciden con Macri y confiesan en privado que ese tributo no debería tocarse y sería “lógico” cumplir lo acordado con el agro desde el inicio de la gestión.
En diálogo con Letra P, los analistas Mario Riorda, Gustavo Córdoba y Raúl Aragón coincidieron en señalar que la conferencia de prensa sirvió para adoptar un discurso de “campaña” y “sobrecargado de expectativas”.
“El Gobierno sigue cabalgando sobre un exceso en las expectativas. A la falta del control de inflación, se agrega un alza general y sostenida de las promesas”, consideró Riorda.
En efecto, la segunda palabra repetida hasta el hartazgo por Macri fue “futuro”. La insistencia con el término estuvo acompañada de la esperanza sobre un rebote de la economía para 2019, pero la realidad golpea en lo inmediato con el salto la inflación, los aumentos tarifarios y un sendero inexorable, al calor de las sugerencias del FMI, de ajuste.
En la conferencia de prensa del miércoles “se sobrecargaron las expectativas cuando lo que se reclama son certezas. El Gobierno sigue desperdiciando oportunidades para encontrar una recuperación de la confianza”, analizó Córdoba, de la consultora Gustavo Córdoba y Asociados.
Para el analista, el Presidente bajó un mensaje que “trató de generar buenas ondas” cuando, “en el contexto actual, la mayoría de los argentinos quiere saber cuáles son los pasos para salir de la crisis”.
“No encuentra un argumento o decisión. Reitera esquemas pasados. La comunicación de la campaña electoral es mucho más cómoda que en la gestión porque te basás en una promesa; en la gestión tenés que tener los pies sobre la tierra”, agregó.
Para Aragón, la conferencia de Olivos fue “un intento de relanzamiento de la gestión que no funcionó”. Eso es así “porque ese relanzamiento requiere nuevos atributos y él prometió lo mismo. Habló del futuro y no del presente”, destacó el titular de la firma Raúl Aragón & Asociados.
“El Presidente negó el efecto fatal de la situación económica sobre la sociedad. Habló de la tormenta, pero no admitió la crisis”, consideró Aragón, quien comparó el mensaje de Macri con el de Vidal, también realizado el mismo día.
“Vidal no habló del futuro, habló del presente y reconoció la situación de la inflación, además de que lanzó medidas para paliar la crisis. Fue una diferencia total, una conferencia 180° diferente”, sostuvo.