EL PAÍS DE CAMBIEMOS

Un presidente de espaldas a la realidad económica

El mandatario centró el discurso en factores anímicos, casi de campaña, que obvian una crisis que ya alcanzó hasta los brotes verdes. Datos ficcionales sobre exportaciones, inflación y empleo.

El entrenamiento comunicacional previo a la conferencia de prensa del presidente Mauricio Macri fue el eje de la apuesta pública del Gobierno para salir sin problemas de los cuestionamientos de la prensa. De las diez preguntas sorteadas entre los medios presentes en Olivos, casi la totalidad tocaron temas económicos. Inflación, retenciones a la soja, crecimiento, empleo y tarifas. En todos los casos, Macri se inclinó por las generalidades y medias verdades, sin cifras concretas que reflejen el escenario real que atraviesa la economía nacional. Una descripción anímica de un proceso de descomposición que, a diferencia de la visión oficial, parece recién estar iniciando.

 

En el caso de la inflación, Macri consideró que “el objetivo es bajarla”, y hasta arriesgó llegar a “un dígito” en 2020. Un cálculo arriesgado cuando los precios del año, proyectados, podrían llegar a subir entre 34 y 35%, dos o tres puntos por encima de la inflación que el Fondo Monetario (FMI) acepta como tolerable para que no se caiga el financiamiento pactado con Argentina. Fue el argumento más ficticio de toda la conferencia. Incluso si se produjera una recesión global que llevará a una crisis profunda, los precios no podrían llegar a incrementos de un dígito anual en menos de dos años, considerando los niveles actuales.

 

“No creo que esto termine con una crisis como las del pasado”, respondió a otro de los periodistas sorteados para poder preguntar. Y se entusiasmó con que en 2019 “vamos a volver a crecer”. La definición está cargada de esperanza si se observa, por caso, la perspectiva en la que entró la industria y la dinámica nula del mercado interno. La Unión Industrial Argentina (UIA) dio a conocer que la actividad de las chimeneas se contrajo 1,9% interanual en mayo, y que junio seguirá con el derrumbe. La entidad fabril consignó que ya no suman datos positivos la construcción ni el agro, afectado por la sequía. Mientras que los autos, uno de los tres brotes verdes en los que se apoyó el Gobierno en los dos años y medio de gestión, tendrá un desplome importante en junio, tanto en ventas como en producción.

 

La única expectativa con la que cuenta el Estado para reactivar en 2019, año electoral, es que haya una súper cosecha como la que se espera, pero el resto de las variables acompañarán de manera dispar o moderada.

 

 

 

Varios industriales que vieron la conferencia por televisión se asombraron y se preguntaron cómo el país va a crecer sin mercado interno, sin financiamiento y tasas récord. En paralelo, Macri aseguró que “las exportaciones están creciendo” y se centró en el ejemplo de la carne. En general, la mejora sectorial de exportaciones es parcial y responde a la caída en las ventas internas. En ese contexto, y tras las bruscas devaluaciones de los últimos meses, algunos rubros ganaron competitividad para exportar, pero no se trató esta mejora contable de un nuevo perfil exportador del país.

 

Hubo, en otro plano, dos afirmaciones dudosas, como la que afirma que “en tres años vamos a exportar energía” y la que refirió a “700 mil puestos de trabajo creados en 2017”. Nadie dentro del Gobierno pudo explicar, ante la consulta de Letra P, de dónde surgen esas afirmaciones.

 

Luego incursionó en una oda al éxito del turismo como generador de actividad. En parte cierto. Y apeló a lo emotivo al decir que “hay una Argentina que se sigue moviendo más allá de la tormenta”. Agregó en esta línea que “hay una Argentina que quiere crecer, el año que viene vamos a crecer. Necesitamos otra actitud”. Ese argumento, el enfoque de que hay que comunicar que hay un proyecto más allá de la coyuntura de dólar, inflación y caída en la actividad, fue un punto hablado por Macri con muchos ministros. Casi una exigencia para todos a la hora de describir la realidad.

 

 

 

Quedaron en la nada las especulaciones en torno a anuncios para el consumo, que en horas previas a la conferencia se habían disparado desde dentro de Cambiemos. Concretamente, la referencia es a créditos de ANSES para jubilados y el regreso del reintegro del IVA a compras con tarjeta de débito. Así, la única afirmación concreta, sin datos pero con la carga política suficiente para cerrar el debate, fue sobre la posibilidad de instaurar un freno en la baja de retenciones. Confirmó que no habrá cambios, algo que ya había cerrado en diálogo con los empresarios del sector agropecuario.

 

En síntesis, la conferencia de prensa fue la visión de un presidente en su mundo. Mientras el mundo real dispara una situación que el poder político, como en muchos otros gobiernos, decidió soslayar. Una apuesta política de campaña que ya especula con que 2019 será un año donde la economía aportará poco o nada para una reelección que es clave para la supervivencia política de Cambiemos como fuerza nacional. 

 

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Pobreza

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