“Sabemos que ofrezcamos lo que ofrezcamos, vamos a tener un comienzo de clases con paro de 48 horas”. La frase se repite en los despachos de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Al igual que en 2017, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal deberán pagar el costo político de la huelga docente nacional contra Mauricio Macri y el techo salarial del 15% impartido por la Casa Rosada.
CTERA anunció un paro nacional para el 5 y el 6 de marzo y la mayoría de los gremios docentes de los 24 distritos de la República Argentina adhirieron. En la Jefatura de Gobierno porteña y en PBA advierten que la huelga es “irreversible” más por la situación nacional que por la oferta que hagan a ambos lados de la Avenida General Paz.
La secretaria General de CTERA, Sonia Alesso, cristalizó la situación. En conferencia de prensa, responsabilizó “al Gobierno Nacional y al ministro de Educación por derogar la ley de financiamiento educativo y la paritaria nacional docente”. Además, sostuvo que desde la Casa Rosada “hubo una fuerte presión sobre los gremios provinciales para imponer el 15% en cuotas”.
“Exigimos que el Gobierno Nacional escuche este reclamo”, rugió Alesso, flanqueada por Eduardo López y Roberto Baradel, titular de los dos gremios más fuerte de la Capital y la provincia, UTE y SUTEBA, respectivamente.
Los gobiernos de Larreta y Vidal continuarán con gestiones informales con los sindicalistas durante el fin de semana. “Estamos abiertos a dialogar, una y otra vez”, dijo a Letra P un funcionario provincial. Sin embargo, ambas administraciones advierten que la negociación no llegará a buen puerto producto de la situación nacional.
En Ciudad las clases comenzaron el jueves 1 de marzo, como señalizó Rodríguez Larreta durante la apertura de sesiones ordinarias, aunque hubo maestros que igual fueron a la huelga, como los afiliados a Ademys. No obstante, los docentes porteños le dieron tiempo al alcalde hasta el paro de 48 horas para avanzar hacia una nueva oferta. Hasta ahora, el Ministerio de Educación porteño ofreció un incremento del 12% sin cláusula gatillo, tres puntos por debajo del techo impuesto por el gobierno de Macri. En tanto, Vidal planteó tres veces un aumento del 15% y sin cláusula gatillo.