Con el revés al DNU, avisó que no usará esos fondos reservados. El 80% ya estaba comprometido. Dos gobernadores radicales, sus nuevos enemigos públicos.
Santiago Caputo, autor intelectual de la nueva SIDE.
Santiago Caputo, el asesor presidencial que reestructuró la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), avisó que el organismo que en los papeles dirige Sergio Neiffert devolverá cada uno de los $100 mil millones para gastos reservados que le había otorgado un decreto presidencial, que fue rechazado por el Senado en la madrugada de este viernes.
El DNU 656/2024, publicado en el boletín oficial el 23 de julio y con la firma del presidente, Javier Milei, le había otorgado $100 mil millones al organismo para gastos reservados para hacer inteligencia. Ambas cámaras del Congreso forzaron su derogación, a pesar de los esfuerzos de la Casa Rosada por evitarlo: en medio de la novela, la oposición denunció que Caputo ya había gastado la mayor parte de esos fondos.
Si bien la administración libertaria negó esa acusación, sí admitió que el 80% de esos 100 millones de dólares ya tenían un destino comprometido. Esa información incluso figura en el portal oficial de datos de Presupuesto Abierto.
Según el desagregado presupuestario oficial, de los $ 650 millones originales de gastos reservados pasaron a ser más de $103 mil millones, de los cuales $81 mil millones figuran devengados. ¿En qué pretendía Caputo gastar ese dinero? En la Casa Rosada nadie lo revela, mientras que la sospecha de la oposición es que el Gobierno pretendía adquirir un sistema de espionaje israelí.
Después del revés parlamentario, la Casa Rosada todavía no tiene en claro qué sucederá con la nueva arquitectura de la SIDE, que se dividió en tres grandes agencias y, tal vez con parte de los fondos comprometidos, pretendía adquirir nuevos edificios para albergarlas. Igual, fuentes libertarias tratan de verle el lado positivo al desenlace en el Senado: con la votación, dicen, "quedó en claro dónde están parados algunos dirigentes".
La afirmación hace referencia a que la mesa política libertaria había llegado a un acuerdo con un sector de la Unión Cívica Radical no sólo para evitar que el rechazo al DNU llegara al recinto, sino también, en el caso de que eso ocurriera, de que no estuvieran los votos necesarios para voltear el decreto.
En los despachos más encumbrados de Balcarce 50 señalan como "traidores" a los gobernadores Gustavo Valdés (Corrientes) y Alfredo Cornejo (Mendoza), quien incluso estuvo el 14 de agosto reunido con Caputo y el presidente del bloque radical en la cámara alta, Eduardo Vischi.
"Nos cagaron", se le escuchó decir a un funcionario inobjetable de la administración libertaria. Notablemente ofuscado, intentó explicar la maniobra de último momento de los radicales al enojo que venían manifestando Cornejo y Valdés por los canales de diálogo preferenciales entre La Libertad Avanza y los gobernadores de otros espacios.
El asesor presidencial llegó a la Casa de Gobierno pasadas las 10 y no participó, como suele ser habitual, de la reunión de gabinete ampliada. De hecho, luego de un breve paso por su despacho en el Salón Verde del primer piso, Caputo mantuvo un encuentro con la mesa chica política integrada por Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados; Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete de Interior; y Lule Menem, subsecretario de Gestión Institucional.
Se especula que de estas conversaciones podría surgir algún tipo de alternativa a los fondos perdidos para el organismo de inteligencia. Sobre todo porque, tal como dio cuenta Letra P, con los cambios que tenía planificado Caputo en el organismo, y la purga política que había iniciado en la planta permanente de los espías, pretendía reforzar la seguridad nacional, en especial la del jefe de Estado.
"Tenemos amenazas reales contra el país y contra la integridad del Presidente. No se trata simplemente de un mensaje en Twitter", comentó una fuente inobjetable que está al tanto de cada una de las charlas de la mesa chica de Balcarce 50.