El asesor presidencial Santiago Caputo se anotó este miércoles un triunfo en la cámara baja: por rechazo del grueso del bloque UCR, presionado por los gobernadores de esa fuerza, se levantó la sesión convocada para este jueves para tratar el DNU que aumentó en $100 mil millones de pesos los fondos reservados de la SIDE.
La citación la había impulsado el diputado Nicolás Massot (Encuentro Federal), junto a su bloque, de la Coalición Cívica y a siete integrantes de la UCR, que eran los únicos de esa bancada dispuestos a contribuir con el cuórum, pese a que la totalidad de sus miembros difundió un comunicado hace 15 días en rechazo a los fondos reservados.
Este miércoles, los gobernadores radicales movieron las fichas para olvidar ese texto. Ya habían dado un mensaje el jueves pasado, cuando los dos miembros de esa fuerza que integran la bicameral de DNU rechazaron tratar el referido a los fondos reservados de la SIDE. Uno era el diputado Francisco Monti.
El diputado de la CC, Maximiliano Ferraro, anunció que Caputo está aprovechando el paso del tiempo: denunció que la SIDE -que funciona bajo el control de Caputo- ya comprometió el 80% de esos $100 mil millones de fondos reservados, aún antes de que el Congreso debatiera el DNU.
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Como explicó Letra P, para bajar la sesión del jueves, el radicalismo negoció con el Gobierno constituir la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia, donde podría quedar como presidente el senador radical Martín Lousteau.
Esa gestión provocó que el grupo de Evolución que hay en Diputados, la línea interna que el economista lidera junto a Emiliano Yacobitti, aceptara demorar el debate de los fondos reservados, al menos por un tiempo.
La rosca de Santiago Caputo
La presión de los gobernadores radicales para bajar la sesión fue liderada por Alfredo Cornejo, quien no tiene intención de pelearse con Caputo por temas de espías. Tan ansioso estaba el mendocino en garantizarle la paz legislativa al Gobierno que le cedió el lugar de la bicameral de inteligencia a Lousteau. La elegida anteriormente era Mariana Juri.
El encargado de sellar el acuerdo con la UCR para frenar la sesión fue el presidente de la Cámara baja, Martín Menem.
Con ese dato, Massot salió a quemar las naves. Primero pidió votar una moción para pedir un cuarto intermedio en la sesión hasta la semana próxima, que de esa manera le hubiera permitido ganar tiempo para negociar el cuórum hasta las 10, hora de la convocatoria.
La moción fue rechazada con lo justo: 115 votos a 122. Tuvo respaldo de Unión por la Patria, EF y algunos partidos provinciales. La UCR le dio la espalda al tema. "Si los que votamos a favor nos íbamos, no había cuórum", se lamentó el santacruceño Sergio Acevedo.
Ferraro (CC) hizo un último intento para debatir sobre los fondos reservados de la SIDE, al pedir incorporarlos en el temario de la sesión, para lo que se requería tres cuartos del recinto. La moción ganó 135 a 100, insuficiente para llegar a esa mayoría.
En esta oportunidad, hubo 18 radicales que votaron a favor, pero sabían que era una postura testimonial, casi engañosa: con el respaldo de la UCR y el PRO, los tres cuartos del recinto no eran posibles.
Plata para espías
El cambio de postura del radicalismo no fue gratis: Massot y Ferraro los acusaron de asociarse a prácticas espurias del Gobierno y advirtieron que volverán a citar a la sesión.
"No hubo plata para los jubilados, para los docentes, para los 250 mil despedidos por la obra pública, para las cajas jubilatorias de las provincias. Sólo hubo para aviones de guerra y para espías. Ese no es el cambio al que yo pertenecí", dijo Massot, en alusión a sus exsocios del PRO.
Ferraro fue más específico. "Estamos en condiciones de cumplir nuestro deber de contralor constitucional" sostuvo el lilito. El debate seguirá la semana próxima, con final incierto.