Javier Milei no tuvo ni 24 horas para festejar que la Cámara de Diputados sostuvo el veto a la reforma previsional: el Senado derogó el DNU 656/24, que había aumentado en 100 mil millones de pesos los fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).
La votación fue posible por un pacto entre Unión por la Patria y la UCR, donde fue decisiva la presión de Martín Lousteau. Cuando las cartas estaban echadas, se sumaron a la embestida contra el Gobierno figuras del PRO: fue otro mensaje de Mauricio Macri a Milei. Como la Cámara de Diputados ya lo había rechazado, el DNU quedó derogado definitivamente. Es la primera vez que el Presidente pierde un decreto.
No podrá disponer de los fondos y, lo que es peor, deberá dar explicaciones en la Justicia en caso de haberlos gastado, como sugiere la oposición, que adjudica el control de esos recursos al asesor Santiago Caputo. Victoria Villarruel, una vez más, se ausentó de la votación para no poner la cara en la derrota.
El DNU tuvo sólo 11 votos a favor y 49 en contra, que surgieron de la fusión de 30 miembros de Unión por la Patria, 11 de UCR, Natalia Gadano y José María Carambia (Santa Cruz), el exlibertario Francisco Paoltroni, Alejandra Vigo (Unidad Federal) y Edith Terenzi (Cambia Federal). Se sumaron Guadalupe Tagliaferri, Alfredo De Angeli y Victoria Huala (PRO). Las dos últimas figuras no estaban en las cuentas en rojo del Gobierno. Se abstuvo el macrista-bullricista Martín Goerling Lara.
Los desesperados llamados desde la Casa Rosada para frustrar la votación sólo lograron que abandonaran el recinto los aliados del radicalismo de Mendoza (Mariana Juri y Rodolfo Suárez), partidos provinciales (Misiones y Río Negro) y el salteño Juan Carlos Romero (Salta). Entre los positivos, a los seis libertarios se sumaron Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero (PRO), Beatriz Ávila (aliada PRO), Edgardo Kueider y Carlos Espínola (Unidad Federal).
La UCR, clave
Villarruel no supo ver el traspié porque terminó el miércoles convencida de haber demorado una semana el tratamiento del DNU, luego de una reunión en la Casa Rosada junto a Milei y los jefes de bloque. En efecto, sólo se desmarcó Eduardo Vischi (UCR) a partir de una fuerte presión de Lousteau, quien en la mañana de este miércoles pidió una votación en el bloque para definir si se sostenían los fondos reservados de la SIDE.
La vicepresidenta había excluido el DNU del temario a partir de un acuerdo de jefes de bloque, que no tuvo la firma de UP ni de Vischi, a la espera de un consenso interno que no llegó. Nueve de los 13 miembros de la UCR aceptaron la propuesta de Lousteau de tratar y derogar el DNU durante este jueves y no esperar una semana más, como pedía el Gobierno, con la promesa de explicar con los funcionarios la necesidad de disponer de esos recursos.
Tanta era la desesperación del Gobierno que el miércoles había ofrecido una sesión secreta en el recinto, con la presencia de Sergio Neiffert (SIDE), Patricia Bullrich (ministra de Seguridad) y Luis Petri (Defensa). Son quienes tienen a cargo las áreas de inteligencia del Estado, aunque el primero de ellos, en los papeles, es quien debe controlarlas.
Cuando el Gobierno creía que había ganado una semana, se encontró con una votación adversa al principio de la sesión para incorporar el DNU al temario. Durante la jornada hubo una fuerte presión a la UCR para dejar la sesión sin cuórum, pero no prosperaron. Los gobernadores de todas las fuerzas recibieron llamados y algunos que andaban por la Ciudad circularon por los despachos.
Los desertores
El debate llegó al final de la sesión, cuando el Gobierno había perdido las esperanzas de torcer la historia. Oscar Parrilli, de UP, explicó que el interés de Bullrich por sostener el DNU se debía a que, por resolución, creó un comando unificado de "seguridad productiva" con el que intenta "unir a las fuerzas federales por supuesta peligrosidad y aplacar cualquier reclamo".
El radicalismo justificó su rechazo a través de Pablo Blanco, de Tierra del Fuego, quien calificó a Milei como "un degenerado institucional", porque la "metodología de los DNU parece moneda corriente", se molestó. Recordó que los fondos reservados son restringidos y no pueden aplicarse por esa vía.
Paoltroni confirmó que no hay peor astilla que la del mismo palo y votó negativo. Influyó su enfrentamiento con Caputo, por los ataques que sufrió de los trolls en las redes sociales, que la oposición cree que están financiados por la SIDE. "Si los países con mayores inteligencias del mundo, como Estados Unidos e Israel, no pudieron prevenir los desastres del terrorismo, ¿qué queda para un país empobrecido como el nuestro?", se preguntó el formoseño.
"Tenemos que tener un orden de prioridades. Si la situación mejora, empecemos por los jubilados y sigamos con las universidades. Pero la SIDE, para espionaje interno y manejos políticos de la caja, no", cerró el exoficialista.
Juez sorprendió al contar que Bullrich y Petri le reconocieron que utilizarían una parte de los fondos reservados y esperaba escucharlos en una reunión privada antes de votar. Por el oficialismo abrió y cerró el corto debate Juan Carlos Pagotto, porque no quiso hacer el cierre el jefe de la bancada, Ezequiel Atauche.
"El hecho de que el servicio de inteligencia se haya usado mal no quiere decir que tenemos que actuar como si siempre fuera así. Los gastos reservados deben ser discutidos y tratados con el máximo de reserva porque, de lo contrario, atentamos contra la seguridad nacional", sostuvo Pagotto, quien advirtió sobre "un mundo volátil" donde la "inmigración masiva se convirtió en un arma". Nadie lo tuvo en cuenta.