Llamen a Guillermo Francos: el ministro encabeza la negociación por la ley ómnibus tras el fracaso de Rolandi
Llamó a senadores para repasar la letra chica del proyecto. Cumbre el martes y ronda con gobernadores. Otro borrador. Las firmas que faltan. Lousteau, el enemigo.
Según informaron a Letra P fuentes de la cámara alta, el ministro del Interior propuso una reunión con autoridades de las bancadas para el martes, con el objetivo de ver dónde está parado el oficialismo. El miércoles, el oficialismo citó a las comisiones para intentar una vez más juntar las firmas para dictaminar. Este viernes, además, llegó a los bloques dialoguistas un borrador con correcciones a la ley ómnibus, de sólo doce carillas.
En su diálogo con senadores, Francos aclaró que no tenía más cambios para ofrecer, pero está dispuesto a hacer la última ronda de llamados a gobernadores para intentar sumar los votos que faltan.
El primero no ejerce de jefe con la dupla de representantes de su provincia conformada por José María Carambia y Natalia Gadano. El neuquino es socio de Lucila Crexell, quien no recibió instrucciones para colaborar.
La firma de Crexell y la de Carambia son necesarias para firmar la ley ómnibus, que se trata en tres comisiones: Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales. Fueron citadas a las 15 del miércoles.
La reforma fiscal sólo pasa por presupuesto, - convocada a las 17- dónde el oficialismo aún no pudo lograr las rúbricas Pablo Blanco (UCR) y Guadalupe Tagliaferri (PRO), además de la de Martín Lousteau (UCR), a quien ya consideran en el bando opositor.
En sus conversaciones telefónicas, Francos explicó que la demora se debió a la resistencia de Javier Milei en seguir recortando la versión original de los proyectos. “Hay voluntad de corregir, pero ya no de reducir o ampliar los textos”, explicó a Letra P un senador que pudo hablar con el ministro.
Este viernes, se distribuyó en la oposición un miniborrador con correcciones a los textos enviados el miércoles. Están la mayoría de los pedidos de la UCR. Hay una modificación al artículo referida a la cuota sindical, pero sin la prohibición del cobro compulsivo. Sólo se permitiría desistir de forma previa y expresa. Los cambios serían suficientes para lograr la firma de Blanco, aunque luego no pase el recinto.
A Lousteau le temen por su influencia en los indecisos cada vez que argumenta en las audiencias. Su activismo para bloquear los proyectos no tiene pausa. Llamó a los negociadores para recriminarle que Milei haya responsabilizado al Senado por la suba del dólar. Usará ese ataque para su cruzada.
Además de cerrar los dictámenes, Francos quiere hacer con lo jefes del Senado una simulación de la votación en el recinto, para saber qué capítulo se caerían y cómo evitarlo. El primer paso sería un llamado a los gobernadores.
Según supo Letra P, el segundo de Nicolás Posse sólo habló con el jefe de la UCR en la Cámara baja, Rodrigo De Loredo, quien no tiene control pleno de su bloque. No se comunicó con Hacemos Coalición Federal y la Coalición Cívica, que fueron claves para aprobar los proyectos el 30 de abril.
La promesa de Rolandi no es menor: Diputados puede aceptar modificaciones del Senado o ratificar la versión original. Sin garantías de coordinación, la oposición de la cámara alta puede frenar las negociaciones.
El martes, la vicepresidenta prestó la oficina y no fue. El miércoles se enteró que Rolandi enviaba borradores y visitaba despachos sin avisarle, junto a la mano derecha, María Ibarzabal Murphy Murphy. Villarruel tuvo su agenda propia: recibió al jefe de la UCR, Eduardo Vischi, y a Víctor Zimmermann, para saber las propuestas que enviarían a la Casa Rosada.
Los dos grandes dilemas sin resolver son las privatizaciones y la reversión de Ganancias. En el primer caso, en el Gobierno no quieren excluir Aerolíneas y Correo Argentino y arriesgan todo el capítulo.
La reversión de Ganancias sigue siendo rechazada en la Patagonia, por la cantidad de trabajadores que estarían alcanzados. Pero es reclamada en el norte del país, favorecidos por el reparto de coparticipación.
Una alternativa que plantean en la Cámara alta es que la baja de alícuotas no se aplique en la Patagonia, pero que los Gobiernos de esa región tampoco sean favorecidos con la coparticipación. Difícil que pueda ser aceptada.
Francos fue perdiendo peso en esas semanas porque no consigue un respaldo explícito de miembros del bloque UP, que le permitan bajarle el precio a los dialoguistas.
En Unión por la Patria están confiados. Dicen que la dupla Edgardo Kueider y Carlos Espínola no votan a favor. Junto a Lousteau y a los 33 propios, quedarían a un voto del rechazo.