El grupo rebelde lo integran los radicales Pablo Blanco, Martín Lousteau y Maximiliano Abad; Guadalupe Tagliaferri (PRO), José María Carambia (Bloque Santa Cruz) y Edgardo Kueider (Unidad Federal). Blanco y Lousteau desconocieron las negociaciones.
Como explicó Letra P, después del tropiezo de este martes, cuando se trató el paquete fiscal, el Presidente dio vía libre para retocar los proyectos y alcanzar dictámenes que al menos pudiera exhibir el sábado en el acto que liderará en el cabildo de Córdoba. El mensaje le llegó al jefe del bloque, Ezequiel Atauche, a través de Lule Menem.
Para el aniversario patrio, Milei esperaba tener ambas leyes sancionadas en el Congreso y firmar un pacto de mayo con los gobernadores, pero desde la semana pasada supo que no era posible, porque no hubo acuerdo para dictaminar y el Senado requiere siete días entre la firma y la sesión. Llegará al sábado sin siquiera haber completado el primer trámite en la Cámara alta para tener las leyes que pide.
Ley ómnibus, en espera
Este miércoles fue otro día de negociaciones desordenadas, sin referentes claros y con improvisadas reuniones de comisión. La primera fue en plenario, a las 10.30, para debatir la ley ómnibus, coordinada por el oficialista Bartolomé Abdala, quien dijo sin vueltas que tenía expectativas de dictaminar.
Al poco tiempo chocó contra los planteos de Edith Terenzi, la senadora radical de Chubut que integra el bloque Cambia Federal. Si bien hace un mes anunció que votará a favor, exigió modificaciones en el articulado que no están en los planes del Gobierno.
Propuso incorporar la Administración de Parques Nacionales entre las empresas públicas que no se pueden disolver y quitar del listado de privatizaciones a Aerolíneas, Radio Nacional y Correo Argentino.
Abdala interrumpió el plenario en forma abrupta a las 12.30 para pedir un cuarto intermedio de dos horas. Habían llegado los borradores del Gobierno, con algunas de las modificaciones pedidas. “Las tenemos que encontrar con lupa”, dijo al salir un referente de los partidos provinciales con votos decisivos en el recinto.
Fueron dos horas de rosca y el Gobierno volvió a naufragar. Blanco se molestó por no tener el borrador y advirtió que si no leía los cambios no firmaba. Tagliaferri se fue. Ambos definen si el Gobierno tiene mayoría en la comisión de Presupuesto. Kueider tuvo una reunión con sus excompañeros de Unión por la Patria, donde fue junto al jefe de la bancada José Mayans, quien confía en sumarlo para el rechazo.
Los textos no están
Como había adelantado Letra P, en el borrador que llegó a autoridades de los bloques, el gobierno aplica medias para proteger a la industria local en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y resguardar las autonomías provinciales.
No se toca el capítulo de privatizaciones, que no tiene los votos para aprobarse. Se incorporan organismos protegidos de la disolución, como el Banco Nacional de Datos Genéticos, el Senasa y la Administración de Parques.
En el paquete fiscal, Milei concede que no puedan beneficiarse hermanos de funcionarios, ni a quienes hayan dejado sus cargos en los últimos diez años (el proyecto aprobado dice cinco). Incorpora el monotributo social y deja sin modificar la reversión de Ganancias, rechazada por los patagónicos. Prefiere que se defina en el recinto.
El plenario retomó sin orden y con las peculiaridades que tiene este debate, como que ningún oficialista haya anunciado las modificaciones aceptadas en los borradores que circulaban por las mesas. Esa inacción sumó problemas. Kueider, por caso, pidió un largo listado de cambios, que incluye borrar Aerolíneas, Radio y TV y Correo de las privatizaciones.
El entrerriano también reclamó proteger más organismos, eliminar el capítulo del RIGI, el de procedimiento administrativo y el artículo que deroga la moratoria previsional, un planteo de su compañera de bloque Alejandra Vigo.
Propuesta radical
La sorpresa fue que la UCR trajo un largo listado de modificaciones, anunciadas por Víctor Zimmermann. Algunas estarían acordadas con el oficialismo, como la protección de organismos, otras son parte de una apuesta del bloque para quedar como excesivos dialoguistas. En el oficialismo observan con impotencia como Lousteau les corre el arco.
El pliego de condiciones del radicalismo influye nuevas demandas para la ley ómnibus, como garantizar rutas de Aerolíneas que puedan no ser comerciales y algunas dependencias del Correo Argentino, en caso de que sean privatizadas; o eliminar la cuota sindical y aumentar penas por bloqueos a empresas, dos artículos que LLA aceptó quitar del texto en Diputados, por pedido de un sector de la oposición dialoguista.
Zimmermann también propuso que las mujeres mantengan la edad de retiro en 60 años y revisar la continuidad de la obra pública, en el capítulo que habilita al Gobierno a no respetar los acuerdos transaccionales. Además, planteó proteger el fondo fiduciario para la industria bovina, otro reclamo patagónico.
El oficialismo no respondió. Para ese entonces, no estaban en el Senado Tagliaferri, Carambia (quien nunca llegó) y Abad. Lousteau y Blanco no querían firmar un texto sin leerlo y el dictamen fue imposible.
Abdala pidió un cuarto intermedio y Blanco exigió precisiones. “¿Cuándo va a ser? ¿Mañana? ¿En Junio? ¿Julio? Falta la fiesta de agosto”, ironizó. Abdala dijo que los plenarios serán “martes y miércoles” de la semana que viene. La nota de color fue que el oficialista Juan Carlos Pagotto, jurista de profesión, sugirió correcciones de forma.
Minutos después, el libertario Ezequiel Atauche abrió la Comisión de Presupuesto y pidió cuarto intermedio, “sin fecha ni hora”. Queda mucho por negociar.