Mientras los focos del panic show guían el camino de los primeros movimientos tras las PASO, cortesía del terremoto minarquista encarnado en Javier Milei, en Córdoba la rosca por la sucesión provincial sigue. A velocidad crucero, pero sigue. En este TEG cordobés, el intendentismo tendrá un rol de contrapeso en la próxima gestión de Martín Llaryora, ya que su Legislatura será muy distinta a la que deja el candidato presidencial Juan Schiaretti.
Cerca del Panal, apuntan a Letra P, que el Ministerio de Gobierno tendrá “una gestión muy política” en el nuevo organigrama. "Queremos un fuerte ida y vuelta. Es un lugar con mucha carga simbólica”, adelantan. La influyente cartera tiene bajo su órbita la importante Mesa Provincia–Municipios, donde se cocinan las relaciones entre el poder central y los distintos centros urbanos. Territorialidad pura y dura.
En ese tablero, emergerá un actor central: Julián López quien continuará en el nuevo esquema. A su cargo tendrá sólo el ministerio de Gobierno y no de Seguridad, como ocurre en la actualidad. Con 45 años, López ganó terreno en 2022. Fue una de las caras nuevas tras el traumático segundo semestre que surfeó el gobierno provincial que incluyó renuncias disfrazadas de refresh.
El conocimiento territorial y cintura para lidiar con un mapa provincial dividido tras las elecciones lo avalan para ser uno de los dos funcionarios que linkearán al gabinete que viene con el que se va. El otro funcionario clave será Sergio Busso, ministro de Agricultura, quien fue confirmado antes de las elecciones, merced al buen vínculo con el campo.
¿El plus? Los dos fueron intendentes de sus ciudades: Busso de Serrano (4.200 habitantes) y López, de Melo (1.200). Separados por 18 kilómetros, ambos pueblos forman parte de "la redonda" de Laboulaye, cabecera del departamento Roque Sáenz Peña, el único bastión de Hacemos Unidos por Córdoba en el sur. Lealtad con lealtad…
El virtual empate técnico en la Unicameral obliga a Llaryora a ensayar creatividad para solidificar el apoyo por fuera de las estructuras tradicionales. Entiende que la vinculación de López con el interior profundo será clave para encontrar el equilibrio entre una gestión sin mayoría legislativa y un recinto colmado de figuras con pasado de gestión municipal. De hecho, la UCR colocó en su lista a varias espadas del interior profundo. "Saben cómo es gestionar los pueblos y creemos en los consensos”, explican a Letra P.
¿Más entes?
La segunda pata del plan de vinculación se hará con las referencias municipales "afines". Prueba de esta apuesta se encuentra en las flores del intendente de Villa Allende, Pablo Cornet (PRO), tras el previsible triunfo en una de las ciudades más importantes del Gran Córdoba: “Hemos tenido buena relación y creemos va a continuar así. A ellos se le suma que (la vicegobernadora electa) Myrian Prunotto, es amiga. Nos va a convenir a ambos”.
Con un número ajustado, la apuesta al balanceo pasará por la descentralización de la gestión hacia el interior con Entes Intermunicipales. Desde adentro, reconocen que se trata de una posibilidad que todavía no está del todo conversada.
No se trata de un terreno desconocido para Llaryora. Con el traje de candidato a estrenar, se adelantó a ese movimiento con la creación del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana, su propio think thank. Fue el primer paso para la construcción del “partido cordobés”. Los frutos llegaron cuando la radical auténtica Prunotto, presidenta del Ente e intendenta de Juárez Celman, lo acompañó como vicegobernadora.
El tercer polo de poder será el futuro Ministerio de las Cooperativas. En el “interior del interior”, el asociativismo pisa fuerte con la prestación de servicios básicos como luz, agua, cloacas, TV e Internet.
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Como adelantó Letra P, Gabriel Frizza corre con ventaja para el estratégico puesto. Antes de ser diputado nacional por Cambiemos, el larretista fue intendente de Jesús María. Otro matcheo.
Guiño correspondido
En ese “ida y vuelta” político que plantean desde Casa de Gobierno, desde los distintos pueblos saben que la relación será diferente a la mantenida con Schiaretti. “Está bueno que así sea. El debate político hace falta. En todos los ámbitos”, explica Agustín González, intendente de la localidad de Cruz Alta, en el límite con Santa Fe. Sin embargo, también muestra las cartas: “La relación seguirá siendo buena, más allá de las divergencias que se pueda tener en torno a la cuestión electoral”.
La referencia de González toma en cuenta lo actuado por algunos intendentes de la zona, que en las provinciales trabajaron para Llaryora, pero en las nacionales lo hicieron por Sergio Massa, militando el corte de boleta. Particularidades al margen, no serán pocos los jefes comunales que aguardan “un centro” de Llaryora. Sobre todo si hubo trabajo electoral de por medio.
Más allá de la creatividad, los números se encargan del baño de realidad. Eso muestra que importantes ciudades quedarán el 10 de diciembre en manos de la oposición y aportan otro motivo más a Llaryora para tender puentes en el interior profundo. Golpes de efecto como La Calera, Cosquín, o Río Ceballos, más la situación en Villa María, donde Martín Gill sigue sin resolver la sucesión, complejizan el panorama.
A ello hay que sumarle que Río Cuarto, capital alterna, tampoco las tiene todas consigo, aunque será un tema de preocupación para el año próximo. En San Francisco, cuna del gobernador electo, Damián Bernarte salva la ropa, al igual que Carlos Paz, mientras que en Alta Gracia, Marcos Torres tiene el camino allanado para continuar la dinastía en la ciudad más importante del departamento Santa María. Además, está la capital provincial. La gran patriada del próximo gobernador.
Bonus track
Aunque está de licencia por dos semanas por un viaje a Estados Unidos con su familia, el intendente y gobernador electo cranea la relación con la llamada “Generación X”. El grupo, que tomó forma el año pasado, aglutina a los llamados dirigentes sub 50 que reclamó renovación y espacio en el tablero provincial. De hecho, las cuentas le dan al sanfrancisqueño para considerarse integrante del grupo. Aunque como primus inter pares.
En todos los casos, la construcción se hará a la manera de un orfebre, con delicadeza. Pivotando entre las obras, los nuevos espacios de poder y la Unicameral. Todo bajo la bandera del nuevo partido cordobés que sabe que necesita de varias patas, más aún cuando el panorama nacional se presenta incierto.