Los socios de Juntos por el Cambio reivindican esa alianza, pero con intereses encontrados. Tironeos y tensiones en ambas fuerzas. Un candidato agazapado.
Los popes de la UCR y el PRO de Juntos por el Cambio, en sus días más felices en La Pampa. Ahora barajan y dan de nuevo.
La elección porteña golpeó en el campamento opositor de La Pampa. El PRO admitió el peso de la victoria de Javier Milei y la UCR relativizó el alcance del triunfo de Manuel Adorni. Los partidos que integran la alianza Juntos por el Cambio coinciden, ahora, en reivindicar esa herramienta y hacer el intento de “fortalecerla”, pero tienen intereses diametralmente opuestos.
En la provincia, y a la luz de los últimos desempeños electorales, el espacio amarillo suelta al aire su idea de fusionarse con el violeta, mientras el sector boinablanca ya se da por despegado definitivamente de La Libertad Avanza, al menos para las legislativas de octubre.
Ninguna de esas orientaciones es terminante, porque en los dos partidos tienen sus propias tensiones y tironeos, pero al menos los portadores de las lapiceras fueron este lunes bastante claros en sus miradas y se pararon en veredas diferentes.
A la vez, el espacio libertario tiene sus propios dimes y diretes. Lo sacude una interna feroz, con episodios bizarros, que se juegan en el despacho de Karina Milei pero también en la Justicia Federal y en ámbitos locales.
El presidente de la UCR, Federico Guidugli, no modificó demasiado la mirada que tenía hasta la semana pasada. El radicalismo pampeano no tiene en su radar plegarse en lo inmediato a LLA, si bien hay sectores partidarios que evaluaron incluso en voz alta esa opción, como el jefe del bloque legislativo provincial Poli Altolaguirre.
El radicalismo huele que ni siquiera hay interés libertario por forzar una coalición de ese tipo y en todo caso terminará apostando a que el exdiputado Martín Berhongaray acepte ser candidato y arrastre los votos que a lo mejor no tiene el sello, pero sí parece tener él por su cuenta.
Con todo, la UCR sí está a la caza de los puntos que puede sumar el PRO. Por eso agita su idea de “fortalecer” o “relanzar” Juntos por el Cambio. Para que cierre el análisis, Guidugli dice que justamente un error de la UCR porteña fue abandonar esa construcción, como lo hicieron otras fuerzas partidarias.
“Esa estrategia equivocada es un mensaje para el resto de las provincias. Profundiza la idea de fortalecer Juntos por el Cambio. Hemos sido claros en que en muchos aspectos no coincidimos con La Libertad Avanza, hay que hacer una propuesta superadora”, afirma Guidugli.
La UCR definirá su destino en la Convención partidaria de fines de junio o principios de julio. Para el presidente boinablanca, ya hay alguna certeza. “Es una cuestión definida que La Libertad Avanza vaya sola en la provincia y tienen derecho a medirse en La Pampa. La UCR en La Pampa está sólida, con una visión puesta en 2027. Este año el radicalismo debe encabezar lista y fortalecer Juntos por el Cambio. Sería un error dinamitarlo”, resumió.
En la vereda de enfrente, o de al lado, según se mire, el diputado Martín Ardohain, que es presidente del PRO en La Pampa, se encuentra ante su enésima oportunidad de coquetear con el espacio libertario.
Ardohain funcionó como ariete fundamental del gobierno de Milei. Votó todo lo que pidió La Libertad Avanza y llegó a conseguir la cucarda de “héroe”, homenaje salido de la boca presidencial, cuando respaldó el ajuste a las jubilaciones.
Ardohain pivoteó todo este tiempo entre el gobierno nacional, la figura de Mauricio Macri en el PRO y la de Patricia Bullrich en su transición del amarillo al violeta. Tras los resultados en Buenos Aires, “Cato” llenó de elogios a Milei y le atribuyó el mérito de haber “nacionalizado” la elección.
Dijo que en La Pampa Juntos por el Cambio puede “reflotarse”, pero a condición de que se “amplíe” y le abra la puerta, o le tienda una alfombra roja, a La Libertad Avanza. “No dejaría a nadie afuera, hay que hablar con todos. Tenemos una gran oportunidad y hay que estar a la altura de la circunstancias”, insistió.
La voz de Ardohain no es la de todo el PRO. La dirigencia más cercana a Macri soporta la derrota en silencio. Carlos Javier “El Colo” Mac Allister, su hermana Marita Mac Allister y la diputada Laura Trapaglia vienen sosteniendo puentes con la UCR y miran muy de reojo una fusión con el espacio libertario.
Martín Maquieyra, que termina el 10 de diciembre su mandato en Diputados y antes fue el delfín de Horacio Rodríguez Larreta, ha tenido grises y vaivenes, pero construyó junto a otras dos diputadas provinciales, Noelia Viara y Celeste Rivas, un discurso más proclive a la lógica libertaria. Las dos legisladoras presenciaron la puesta en escena del economista Adrián Ravier, uno de los preferidos de Milei para ser candidato.
El PRO pampeano sí huele un ocaso parecido como el que asoma en otros puntos del país. Haga lo que haga, a Maquieyra le será muy dificultoso mantener la banca que cede en el Congreso. En ninguna de sus hipotéticas alianzas se ve encabezando la lista.
Martín Matzkin, mano derecha de Bullrich en el Ministerio de Seguridad, mira agazapado todo ese proceso.
El 26 de octubre La Pampa pone en juego tres bancas: además de Maquieyra, terminan sus mandatos la peronista Varinia Marín y la radical Marcela Coli. El electorado asoma como probablemente dividido en tercios, al menos si la UCR consigue una candidatura fuerte. La última encuesta marcó que el peronismo sigue siendo el espacio más votado, seguido de La Libertad Avanza y con una presencia muy lejana de las otras dos marcas partidarias, justamente las que quieren “reflotar” y “fortalecer” Juntos por el Cambio.