El Gobierno anuló la licitación para la reparación de la Ruta Nacional 152, abandonada por las gestiones anteriores. Economía paralizada, turismo en riesgo y siniestros viales fatales.
La Ruta Nacional 152 de La Pampa tiene 290 kilómetros de extensión y hace años que presenta precarias condiciones. Foto: diario Río Negro.
La motosierra de Javier Milei hizo blanco también en la Ruta Nacional 152 de La Pampa: se pierden vidas y recursos económicos.
La histórica Ruta Nacional 152 de La Pampa, corredor turístico y productivo y comunicación estratégica dentro de la provincia y con el resto de la Patagonia, sigue la suerte de cualquier obra pública durante la gestión del presidente Javier Milei: ¡afuera!
La gestión libertaria volteó la licitación que preveía la repavimentación de una arteria fundamental desde el punto de vista socio-productivo y que llega hasta el único parque nacional que hay en la zona.
La ruta, que por momentos se volvió directamente intransitable, tiene una larga historia de desidias oficiales y retardos en obras imprescindibles para el tránsito hacia el valle rionegrino y hacia zonas turísticas como los Siete Lagos o la región andina. Quedaron incumplidos todos los compromisos oficiales de distintas gestiones nacionales para afrontar las ineludibles mejoras.
No sólo hay mermas económicas como consecuencia: también se pierden vidas. La sucesión de siniestros, incluso fatales, es advertida por las organizaciones que agrupan a familiares de víctimas del tránsito.
El reclamo para esa mejora es unánime: hasta la oposición política al gobierno peronista pampeano es uno de los espacios que más reclamó sobre el punto. En la zona circulan numerosos camiones y también hay animales sueltos. Los vuelcos y otros violentos accidentes son moneda corriente.
Entre la cantidad de siniestros viales que se producen, el que ocurrió el último 10 de marzo fue conmovedor: murieron cuatro personas en el choque frontal entre un camión y un automóvil, en el kilómetro 252, cerca de la localidad pampeana de Casa de Piedra.
Silvia González, fundadora de la Fundación Estrellas Amarillas, lamentó la desidia del gobierno nacional y alertó sobre las consecuencias del ajuste en la obra pública y en el área de Vialidad. “Preocupa la cantidad de obras que habíamos logrado activar en la gestión anterior y que ahora están paralizadas. Hay una situación muy riesgosa si se toca a la gente que está destinada al mantenimiento de las rutas”, alertó.
La situación en que se encuentra esa ruta obliga a cualquier conductor a bajar la velocidad, como mínimo. Hay quienes prefieren circular por la banquina. Además de siniestros viales, una posibilidad concreta es destrozar los neumáticos. Esas condiciones empeoran en días lluviosos.
Todo pese a que es una ruta central, con una extensión total de 290 kilómetros. La 152 une, por ejemplo, a General Acha, que es la ciudad más importante del sur de La Pampa, con el Parque Nacional Lihué Calel. La ruta original se construyó entre 1938 y 1941. El recorrido comienza en Padro Buodo, cruce con otra ruta fundamental como la Nacional 35, y llega hasta el límite con la provincia de Río Negro, frontera marcada por el río Colorado. Es una de las rutas lógicas para ir desde Buenos Aires a Bariloche.
Hoy, en algunos tramos la ruta está literalmente hecha pedazos: hay baches y pozos que directamente son cráteres.
Durante largo tiempo, los presupuestos provinciales alcanzaron únicamente para afrontar algunos “parches”, cortar el pasto de las banquinas, hacer cortafuegos y señalizar la zona para que se circule con precaución.
El jefe del Distrito 21 de Vialidad Nacional, Martín Izaguirre, recordó las sucesivas demoras para reparaciones de fondo. En septiembre de 2022 se dio un paso que parecía alentador: el proyecto de repavimentación fue avalado en un encuentro con el entonces administrador general Gustavo Arrieta, el gobernador pampeano, Sergio Ziliotto, y el gerente ejecutivo de Comunicación y Política, Federico Stiz. Se estableció la fecha de apertura de licitación para abril de 2023.
Ese plazo no se respetó, pero apareció después una promesa y una gestión concreta para la reparación, donde se hizo visible el exministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis.
La motosierra de Milei rebanó la posibilidad de continuar con las mejoras. El Gobierno directamente hizo caer la licitación para la repavimentación del tramo más crítico, de casi 50 kilómetros, entre El Carancho y Puelches. La apertura de sobres se había hecho el 26 de diciembre del año pasado, con un presupuesto de casi $9.000 millones, que incluía mejoras en otras rutas cercanas, pero la gestión libertaria la borró de un plumazo.