Cumbre de intendentes de distintas líneas: respaldo a Sergio Ziliotto y repudio a Javier Milei. Por lo bajo, hay tironeos feroces y varios focos de fuego amigo.
El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, junto a peronistas del grupo "no alineado": la intendenta de Winifreda, Adriana García; el intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, y la jefa comunal de General Pico Fernanda Alonso. La foto es de archivo.
Una imagen y mil palabras intentaron meter bajo la alfombra la basura interna del peronismo de La Pampa. Una foto para la paz y un documento que hizo equilibrio en su respaldo al gobernador Sergio Ziliotto y confrontó con el presidente Javier Milei fueron insumos de las intendencias de distinto signo para mostrar “unidad” y disimular el fuego amigo que calienta al PJ provincial.
El gran dato de la cumbre ceelebrada este miércoles en la oesteña Santa Isabel fue que la reunión de jefaturas locales consiguió la asistencia de las principales referencias del sector “no alineado” con Ziliotto: el intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli; la intendenta de General Pico, Fernanda Alonso; y quienes comparten su moderada rebelión en la granja le pusieron el cuerpo al convite.
A cambio, el documento final bautizado “Defender a La Pampa” aceptó la existencia de matices y derribó la idea de una homogeneidad total. “La unidad, solidaridad y convivencia aún a pesar de las diferencias, con un carácter humanista, debe ser la base para el sostenimiento y dignificación del pacto democrático”, resumió el texto.
La cumbre convocó a más de 40 autoridades municipales. En el encuentro anterior habían brillado las ausencias: las caras visibles “no alineadas” ni aparecieron en esa primera reunión en la oesteña Luán Toro. Esa disidencia fue más nafta para una interna donde el fuego amigo es potente y el horno no está para bollos.
El exgobernador Carlos Verna metió la cola y bendijo a los “no alineados” con Ziliotto y le puso a esa confrontación tanto picante que a veces parece que es una disputa que no tiene retorno. Verna y Ziliotto son amigos-enemigos íntimos: conducen a la mayoritaria Línea Plural, porque el gobernador prefirió no armar formalmente el ziliottismo para no darle al ultravernismo el gusto de acusarlo de converso.
Esa sorda disputa, que lleva años, está en su punto culminante: hay razones personales, casi anecdóticas; intereses sectoriales en disputa y también cuestiones políticas de fondo. Los entornos más íntimos de cada uno de los líderes no se aguantan mutuamente y el horizonte sin reelección que tiene Ziliotto abre una grieta respecto de la continuidad: cada quién tiene sus soldados preferidos para ocupar la sucesión, en el caso de que el PJ pampeano pueda sostener el invicto que tiene desde 1983.
Una de las cuestiones de fondo que sacude la interna es la relación con el gobierno nacional. Ziliotto se puso a la vanguardia de la resistencia y no da el brazo a tocer, pero ya escucha el rumoreo de algunos compañeros que sugieren que es momento de tender algún puente porque no aparecen obras ni recursos ni programas.
La deuda de la Nación con la provincia supera los $60.000 millones. Ziliotto sostiene, con ejemplos a mano, que lo único que lograron los gobernadores dialoguistas que pactaron con el poder libertario fue resignar formalmente recursos y derechos, sin obtener nada a cambio. Desde ese lugar, el Ejecutivo interpreta que dentro del peronismo local hay planteos "funcionales a Milei".
El guiño de Verna a favor de que la mayor inversión de YPF cayera en Río Negro y no en Buenos Aires fue también un modo de blanquear que hay sectores del PJ que militan que se aceite una adhesión al RIGI. No es azaroso ni casual que el bloque de la UCR haya pedido justamente esta semana que se avance en ese mismo sentido: el presidente de ese espacio, Hipólito Altolaguirre, viene usando a Verna como ejemplo cuando quiere chicanear a Ziliotto y los suyos.
El gobernador reafirma que está en la vereda opuesta, paso a paso y sin dobleces. Tanto que la semana anterior anunció medidas en espejo del gobierno nacional: mientras Milei vetó las mejoras de los ingresos previsionales, Ziliotto determinó que los jubilados que tengan viviendas sociales construídas por la provincia quedarán exceptuados del pago de la cuota durante un año; frente al nuevo aumento de la energía dispuesto por la Casa Rosada, La Pampa reafirmó un subsidio provincial que congelará las tarifas en el territorio.
Dentro del propio peronismo suenan advertencias respecto de que el mentado fondo anticíclico es finito y se va deshilachando, también porque la parálisis económica reduce los índices de recaudación.
El documento intendentista tiene una línea que puede leerse con doble sentido: propicia “bregar por el mantenimiento del orden y equilibrio de las cuentas provinciales y municipales”. También reclama apertura a la hora de las discusiones sobre políticas públicas y estrategias partidarias y pide “implementar ámbitos de discusión y elaboración de propuestas”.
Desde ya que el texto fue un fuerte respaldo al gobernador y una crítica caracterización de las políticas nacionales, pero se adivina que algunas sugerencias “no alineadas” fueron tenidas en cuenta para aludir a la meneada falta de apertura.
Ahora metida bajo la alfombra, la interna está latente y es por momentos furiosa. Las desconfianzas llevan a acusaciones mutuas de que hay un objetivo de “romper el peronismo”. El PJ afronta su momento más difícil: se acumulan la extraordinaria derrota en la legislativa de 2021, el triunfo con lo justo de Ziliotto el año pasado (aunque en un contexto del peronismo derrotado en el país), una Legislatura empardada y una caída también en la presidencial del año pasado.
La oposición huele esa sangre y, pese a enormes diferencias, rosquea para armar un rejunte ampliado en 2027.
Con buenos números de imagen positiva, seducido en las grandes ligas por la CGT para reorganizar el PJ a nivel nacional, convencido de que no hay todavía quien conduzca la bronca, Ziliotto ni habla de cuestiones partidarias locales, pero percibe que hay movidas dirigenciales del peronismo que tienden a la autodestrucción. En la intimidad agita ejemplos recientes de peleas que empezaron por pequeños asuntos y terminaron con la entrega del Estado en manos de contrincantes: San Juan, San Luis, Chaco, Chubut.
La trayectoria de Verna se caracteriza por algunos comportamientos particulares y extraños, pero en su momento, como gobernador, fue el primero que se puso en la vereda de enfrente de Mauricio Macri, cuando maltrató a sus pares acusándolos de estar “más cerca de Macri que de Perón”. El gobierno provincial espera ese mismo respaldo ahora, en que la confusión y el nuevo tiempo impulsan a algún compañeraje a encontrar más enemigos fronteras adentro que en las trincheras contrarias.