En la bitácora de su flamante rol de armador oficial de La Libertad Avanza, Franco Mogetta no contempla la edificación de nuevos puentes hacia el peronismo de Córdoba. No al menos uno que conduzca directamente hacia el gobernador Martín Llaryora.
El cometido podría parecer curioso para quien hasta hace 18 meses reportara como dirigente de un gobierno provincial, entonces liderado por Juan Schiaretti, apegado a la realización de obra pública. Hoy aparece como firme indicio para prefigurar el escenario electoral de octubre: el partido libertario quiere competir contra todos, sin especulaciones.
La definición suma a la compleja relación entre la administración nacional y el Partido Cordobés. Como contara Letra P, en el círculo de poder libertario no olvidan el apoyo brindado por los diputados cordobeses al proyecto para interpelara a funcionarios por el escándalo por la criptomoneda $Libra.
También se ajusta al concepto de acudir con listas propias con que Karina Milei ha planificado las elecciones de este año. Consecuentemente, también enfría las posibilidades de acuerdo con socios que le ofrecen alianzas, ya Rodrigo de Loredo líder del radicalismo dialoguista, ya Luis Juez con su remozado Frente Cívico.
Un socio para Gabriel Bornoroni
Hasta este lunes secretario de Transporte de la Nación, Mogetta firmó este martes su afiliación formal a La Libertad Avanza. Los registros de rigor son inequívocos y lo muestran junto a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados y corresponsable de la estrategia karinista, y a Gabriel Bornoroni, presidente del bloque libertario en el mismo recinto.
Junto a la difusión del acto, desde el entorno del abogado catamarqueño, cordobés por adopción, se apuraron a aclarar que vuelve a la provincia para reforzar la construcción en tierras mediterráneas, no para pulsear con las autoridades del partido en la provincia.
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En otras palabras, despejando otra de las incógnitas que rodean su regreso, no habrá doble comando en la provincia. Bornoroni seguirá siendo el líder del espacio, al que corresponderá la ejecución de definiciones que establezca “El Jefe” y el trazado de estrategias de construcción local.
Mogetta, a quien ese mismo entorno define como un dirigente “alineado”, o directamente un “soldado”, se sumará a la huella ya trazada, intentando capitalizar para su nueva fuerza el conocimiento adquirido durante años de gestión política en el peronismo de Córdoba. No se puede descartar, golpeará puertas de socios que cuentan acciones en ambos proyectos de gobierno.
Puentes con Martín Llaryora
“Franco va para trabajar en el territorio. Para acelerar la construcción allí. Va a dialogar con todos los actores, pero como referente de LLA. Le han pedido que se sume a eso, por eso deja el cargo”, explican desde el gobierno nacional.
Las mismas voces piden valorar el reconocimiento expresado por el ministro de Economía, Luis Toto Caputo, un gesto inusual para quienes salen del gobierno, especialmente aquellos que provienen de otros espacios. Correlato de la cortesía, la disciplina con que Mogetta acepta su nuevo rol.
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Franco Mogetta junto a Toto Caputo y Javier Milei en la Casa Rosada
En esta sintonía resaltan su presencia, aún como funcionario nacional, en el acto de presentación de la tarjeta SUBE en la ciudad de Córdoba, ante la plana mayor del gobierno municipal, el pasado viernes.
No obstante, se apuran por ratificar las diferencias con un proyecto provincial al que consideran opositor. “No hay puentes con Llaryora. Como ha dicho Franco en redes, lo que queremos es fortalecer el proyecto que encabeza el presidente Milei”, confían a Letra P.
Las alianzas en Córdoba
La ratificación del rol del exsecretario de Transporte no sólo busca despejar dudas sobre la centralidad de Bornoroni. También marca coordenadas para quienes especulan con debilidades en el tejido libertario como condición para ofrecer servicios propios.
Entre ellos se ubican los referentes de Juntos por el Cambio en Córdoba. También dirigentes de otras fuerzas que intentan mantenerse en rango de radar y pueden ofertar la territorialidad de la que aún carece el armado “León”.
Conocedor de esos recovecos, Mogetta volverá a recorrerlos con otro formulario en su maletín. No sólo deberá rebatir sospechas sobre conexiones subterráneas con los compañeros cordobesistas. También deberá encarnar el aplomo con que Karina Milei y Martín Menem sostienen el purismo como condición para la continuidad de la gestión minarquista.