Toto Caputo también ganó: Javier Milei será más Javier Milei que nunca.
El triunfo irrefutable de La Libertad Avanza(LLA) en las esperadas elecciones legislativas nacionales celebradas este domingo le permitirá a Javier Milei encarar la segunda mitad de su mandato reforzado en sus convicciones, modelo y relaciones con la política y el mercado.
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Que la abstención haya llegado al 32%, un nivel históricamente elevado, dice mucho sobre el descrédito general de la dirigencia, pero no le resta un ápice de legitimidad al éxito del oficialismo. Quienes optaron por Milei en el ballottage de 2023 y esta vez se quedaron en sus casas no se sintieron seducidos por opciones opositoras que deberán bregar mucho todavía para volver a ser.
Javier Milei pintó casi todo el mapa de violeta
Los datos de la victoria de la extrema derecha son elocuentes:
Obtuvo casi el 41% de los votos a nivel nacional, apenas un punto y medio menos que Mauricio Macri en 2017, lo que le permitió aventajar a la suma de todos los peronismos, que se quedó con el 33%.
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Casi consiguió el objetivo de "pintar el país de violeta", imponiéndose en 15 de los 24 distritos del país.
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Se hizo con 64 bancas en la Cámara de Diputados y con 13 en el Senado. En la Cámara Baja superará, incorporando a aliados, al peronismo y no le debería resultar difícil obtener quorum propio. En la Alta, tendrá 18 propios y también facilidades para lograr mayoría, mientras que la principal oposición se reduciría a un mínimo sin precedentes desde 1983 de apenas 28 curules. Por eso, sugestivamente trajeado, en su discurso de victoria llamó a las fuerzas afines a sumar voluntades para lo que viene.
Crucial: se impuso por la mínima en la provincia de Buenos Aires, sorprendiendo severamente al peronismo e imponiéndose sin sufrir un rasguño al escándalo del presunto financiamiento narco de la campaña de 2019 de José Luis Espert. Un dato añadido: no existen en la Argentina más pretensiones de superioridad moral de un sector político y social por encima de otro.
La ciudadanía está partida. Casi la mitad, de hecho, no quiere saber nada con el modelo económico, con la "batalla cultural", con la represión callejera, con el autoritarismo imperante, con el acoso que sale de la boca del Presidente y de la pútrida trolera de Twiter. Sin embargo, una cantidad de ciudadanos incluso mayor no soporta la idea de volver al pasado conocido, por más narrativas sepia que se le pretendan imponer sobre años que, se ve, no son recordados por todos como tan felices.
Un voto de confianza a Javier Milei y al ajuste
De modo notable, el éxito se concretó apesar de los avatares de una campaña en la que todo le fue adverso al Gobierno.
La referencia apunta, por un lado, al modo en que el Congreso le marcó la cancha al ajuste dramático del gasto público y a los modos elegidos por Milei y Toto Caputo –y, en la calle, por la futura senadora Patricia Bullrich– para aplicarlo.
Por el otro, también alude a lo que han sido errores propios, como el rigoreo excesivo a eventuales aliados, el armado de listas con personajes de calidad discutible, el ingreso de personas vinculadas al cuco del narcotráfico –el bonaerense Espert y la rionegrina Lorena Villaverde –; la porfía del Presidente en sostener –por motivos nunca aclarados– al diputado saliente en uso de licencia; escándalos como el Libragate, el Karinagate y el aludido Narcogate, la política de atraso cambiario; un modelo que provocó recesión y desplome del consumo y al que le cuesta perforar la inflación mensual del 2%; el capricho de no acumular reservas para despejar de incertidumbre el horizonte financiero y un doble salvataje en un solo semestre: el del FMI y el neocolonial de los Estados Unidos. Ni siquiera pesaron, una vez más, las inquietantes peculiaridades de la personalidad del mandatario.
milei espert beso en la frente
El escándalo de José Luis Espert no impactó en las urnas del 26-O.
Todo eso, queda claro, es motivo de escándalo para la Argentina moderada y progresista, pero pasa mayormente desapercibido para la mayoría relativa que ha pasado a votar a una derecha extrema y de convicción democrática discutible. Incluso la fundación de un Protectorado Estadounidense del Río de la Plata, en el que tallarán nombres como el de Trump, el del virrey Scott Bessent, el del lobista Barry Bennett y el del embajador Peter Lamelas.
¿Entonces? El voto fue a Milei, aval de una amplia primera minoría ciudadana para comprobar si, como dice el Gobierno, al otro lado del río hay orilla y no más y más agua. Incluso, podría decirse que fue un voto a favor de la motosierra.
El resultado sorprende a quien mira la realidad con ojos críticos, pero coincide con los niveles de respaldo popular al mandatario, que en ningún momento cayeron demasiado por debajo del 40%.
Se trató, en definitiva, de un aval personal al Presidente, pero también de un mensaje inequívoco a un peronismo al que ya no habrá mayoría que le tolere su internismo, su falta de autocrítica y su falta de renovación de cuadros e ideas.
Javier Milei le dice adiós a la autocrítica
¿Autocrítica? ¿Qué autocrítica? El Milei problematizado que llegó con lo justo al 26-O se sentirá reivindicado y reforzado en sus convicciones.
La motosierra no tendrá por qué detenerse ante los jubilados, las personas con discapacidad, los médicos del Garrahan y los docentes de las universidades nacionales, entre otras categorías. Así, Toto Caputo se erigió en uno de los vencedores políticos de la jornada, blindado como queda además por el respaldo del Tesoro estadounidense.
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Toto Caputo y Scott Bessent.
Si las inconsistencias del plan financiero fueron la principal causa de las tensiones cambiarias de los últimos meses, los dólares que pongan el Tesoro estadounidense y el pool de bancos que capitaneaJ. P. Morgan pueden ser por varios meses el sucedáneo de las reservas que se debieron acumular y no se acumularon.
Por discutidos que hayan sido, en especial en la interna, los armados locales de Karina Milei –con el paquete del clan Menem incluido– le permitieron a LLA mandar como principal –acaso único– partido nacional. No por nada, la secretaria general de la Presidencia primereó, bastante antes de que se conocieran los resultados, con una aparición pública de inusual locuacidad, junto a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados que probablemente no encontrará motivos para levantarse de su silla.
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Karina Milei, al frente como vocera de Javier Milei en la tarde noche del domingo de euforia libertaria.
Así las cosas, bajan las acciones de Santiago Caputo para convertirse, por encima de esa interna permanente, en el representante local excluyente del take over estadounidense. La apertura del gabinete a otros sectores podría ser mucho menor que la fantaseada, lo mismo que el eclipse –verdaderamente imposible– de Karina M. y la facción menemista.
Donald Trump y Scott Bessent, otros vencedores
El mencionado arribo de Milei con la lengua afuera al día de las urnas se explica, en gran medida, en el apoyo que el jefe de Estado "anarcocapitalista" –sic– recibió de los también vencedores Trump y Bessent, otro aporte de campaña, como los del Fondo Monetario Internacional de 2018 a Macri y el de abril último al propio Milei, que terminará pagando la sociedad en su conjunto.
Esto es una pena. La reunión en la que este domingo Luiz Inácio Lula da Silva observó con satisfacción el modo en que Trump se bajó de su presión a favor de Jair Bolsonaro –hasta prometió negociar para dar marcha atrás con aranceles y sanciones– demuestra que hay modos más dignos de lidiar con las pretensiones de Washington.
javier milei en la casa blanca con donald trump
Javier Milei con Donald Trump en la Casa Blanca. Estados Unidos seguirá siendo generoso con la Argentina.
Como se sabe, esos actores extranjeros piden incluso más que lo mucho que LLA consiguió en el Congreso.
También reforzados en su convicción de sostener su apuesta en la hincada Argentina, reclaman, al igual que el Círculo Rojo, la consolidación del modelo. Por un lado, con un ajuste que se sostenga y reduzca de modo estructural el peso del gasto sobre el PBI. Por el otro, la triple reforma impositiva, laboral y jubilatoria, ninguna de las cuales es pensada en beneficio de las mayorías.
Milei podrá olvidarse del karma de no contar con el tercio de los diputados que le permita sostener vetos. El juego, sobre todo en la Cámara de Diputados, será el conocido, con las diferencias notables de contar desde el 10 de diciembre con más fuerzas y, encima, más bien propias y no mercenarias, tal la recomendación del asesor de campaña florentino Niccolò Machiavelli.
Javier Milei y las elecciones del lunes 27
Despejada –por el resultado y el salvataje de Trump– la incógnita sobre los próximos pagos de la deuda, el riesgo país y el dólar se desplomarán este lunes y la calma debería volver por días o semanas. Sin embargo, una vez más el Gobierno corre el riesgo de caer en la trampa de la jactancia.
Las inconsistencias macro no se resuelven con un rescate cada seis meses y nada asegura que, sin las debidas correcciones de fondo, la intervención estadounidense sobre la economía y la política nacionales se revelen pronto como recursos insuficientes.
Milei será más Milei que nunca, pero haría bien en pedirle a Macri el único y mejor consejo que podría darle: un triunfo en una elección de mitad de mandato no es un seguro anticrisis ni una garantía de reelección.
Las negras, como dice el propio Milei, también juegan y, después de las elecciones del 26, comenzarán las del 27.