El quiebre total entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, sellado este lunes con la decisión del gobernador de adelantar las elecciones en Buenos Aires, justamente a contramano de lo que exigía la expresidenta, es el desenlace de una relación bienparida que comenzó a resquebrajarse hace exactamente tres años y medio.
Por el espesor de los protagonistas -una, dos veces presidenta y figura central del peronismo de las últimas dos décadas; el otro, gobernador reelecto de la provincia que concentra el 40% del padrón electoral nacional-, el estruendo de la ruptura acaso sea solo comparable con el de 2005, cuando Néstor Kirchner se quitó de encima a Eduardo Duhalde.
Sin embargo, sería un error endilgarle la responsabilidad de lo sucedido a uno solo de los actores. La saga, en la que se destacan siete capítulos, incluido el de este lunes, fue escrita a varias manos aunque de un lado y otro de la grieta se esfuercen por negar la incidencia que tuvieron sobre un final que -Letra P lo viene advirtiendo- estaba más cantado que Despacito, el hit rompe récords de Luis Fonsi y Daddy Yankee.
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CFK y Kicillof discuten mucho más que la fecha de una elección. Disputan el liderazgo de un peronismo que sigue a los tumbos después de la traumática experiencia del gobierno de Alberto Fernández y la derrota frente a Javier Milei, un panelista imitador de Leonardo Favio recién llegado a la política que no para de romper el Estado.
La emancipación de Axel Kicillof, capítulo a capítulo
Axel Kicillof y Verónica Magario.
Axel Kicillof y Verónica Magario.
Primer acto. En septiembre de 2021, la derrota por cuatro puntos en las primarias sirvió de argumento a la sociedad Máximo Kirchner - Sergio Massa para intentar una colonización por goteo del Gabinete cien por ciento kicillofista armado por el gobernador dos años antes. Por ese entonces, los intendentes se quejaban de no tener lugares. El gobernador resistió hasta que pudo, pero acató la orden de CFK y Martín Insaurralde desembarcó como jefe de Gabinete, desplazando ni más ni menos que a Carlos Bianco, el hombre de mayor confianza de Kicillof. Leonardo Nardini entró en lugar de Federico Simone en Infraestructura.
Segundo acto. En junio de 2023, el cierre de listas de candidaturas para las elecciones generales en las que Kicillof iba por la reelección fue traumático para el peronismo y desató una guerra entre el gobernador y el jefe de La Cámpora. En una nota titulada La trama íntima de la pulseada frenética que ganó Kicillof, Macarena Ramírez contó con pelos y señales aquel sábado de superacción. El camporismo, que mucho antes empujaba al gobernador a una candidatura presidencial, pugnaba por poner al otro integrante de la fórmula bonaerense, intentando correr a Magario. El gobernador defendió a capa y espada a su vice y selló un acuerdo ¿inquebrantable? con La Matanza de Fernando Espinoza.
Tercer acto. En septiembre de 2023, el gobernador dio el paso más notorio en su derrotero hacia la emancipación. En un acto junto a Juan Grabois en la facultad de Psicología de La Plata, invitó a “componer una nueva canción, no una que sepamos todos”. Dijo: “Perón, Evita, Néstor y Cristina son los momentos más gloriosos de nuestro país”, pero “hay que darle un carácter de época nuevo” al movimiento que condujeron esas figuras centrales del peronismo. Poskirchnerismo, tituló este medio. El camporismo trinó.
Cuarto acto. En la primavera de 2024, Kirchner volvió a escena. En el microestado del Club Atenas de La Plata, donde fue único orador, disparó con munición gruesa contra el gobernador. “La autoridad no se construye frente a Cristina”, vociferó ante a la militancia que un rato antes le había dedicado cánticos al gobernador: “Yo siempre te voy a seguir, no me importa lo que digan, y si queres otra canción, vení, te presto la mía”.
Quinto acto. En enero de 2025, la pelea por la presidencia del Partido Justicialista (PJ) que enfrentaba a CFK con el gobernador riojano Ricardo Quintela fue otro capítulo en la guerra interna. Kicillof se declaró prescindente en la pelea y nunca le dio apoyo explícito a la expresidenta. Ya no había retorno.
Sexto acto. En febrero de este año, Kicillof lanzó Movimiento Derecho al Futuro, la agrupación en la que se encolumnaron decenas de intendentes, legisladores y los gremios bonaerenses y que podría ser la base de sustentación para una pelea en las urnas que del otro lado tendría a Cristina encabezando una boleta en la Tercera sección electoral.
Séptimo acto. Este lunes, arguyendo la imposibilidad de celebrar elecciones concurrentes -el 26 de octubre- porque “sería un caos” hacerlo con dos sistemas al mismo tiempo (el de Boleta Única de Papel y el clásico), Kicillof anunció el adelantamiento de las elecciones y que se votará el 7 de septiembre. La Cámpora tilda de “suicida” al gobernador y afirma que “es el responsable del desmembramiento de un proyecto nacional”.