Este viernes en La Plata volvieron todos los Kirchner. Volvieron Néstor, CFK y su hijo Máximo. Apoyado en su padre y su madre, el líder de La Cámpora dio un discurso dedicado casi enteramente a la interna del peronismo. “Nada sin Cristina” dijeron las banderas de la militancia y dijo el diputado sobre el escenario.
“La autoridad no se construye frente a Cristina”, vociferó Máximo Kirchner y repartió palos para todos los rincones de la ancha avenida del peronismo: cobraron Alberto Fernández, Martín Guzmán, Daniel Scioli y el gobernador Axel Kicillof, decidido a dar la batalla por la conducción del peronismo y la candidatura presidencial en 2027. Para el presidente Javier Milei y Mauricio Macri, sólo unos minutos de la hora y piquito que duró la alocución.
“Hay que construir desde abajo, desde el pie. Ya hicimos la prueba del acuerdo por arriba y nos salió mal. Que el acuerdo lo construya el pueblo”, invitó al final, parado sobre el escenario 360 y ante la platea enardecida que reventó el microestadio Atenas de la capital bonaerense.
Contra Javier Milei
Fueron pocos los tramos que Kirchner le dedicó a Milei en su discurso, aunque hizo eje en algunos puntos claves como el rechazo al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) al cual calificó como “un saqueo”, el veto a la reforma de la movilidad jubilatoria y la intención del Gobierno de privatizar Aerolíneas Argentinas.
Máximo Kirchner en La Plata - Atenas
Las principales críticas quedaron a la vista al inicio del acto, cuando fue proyectado un video donde se desarrolla la historia del endeudamiento de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y quedan expuestos tanto Milei como Macri; también Fernández y el exministro de Economía Guzmán. Todos recibieron el silbido de la militancia presente.
“¿Cómo puede ser que haya dirigentes y presidentes que no quieren cuidar a su pueblo, si es el pueblo el que los vota, si es el pueblo el que los pone ahí?”, dijo mientras hacía alusión a la situación social y económica y vaticinó: “Estas políticas van a afectar cada vez más a los argentinos y a las argentinas”.
El bastón de mariscal se queda en casa
El mensaje central del acto, en el que Kirchner fue único orador, estuvo basado en las discusiones internas del peronismo. Las pasadas y las presentes. Intentó dejar en claro que el bastón de mariscal que CFK ofreció en 2022 se queda en su casa. Es ella la que conduce.
Desde unas gradas ubicadas sobre uno de los extremos del polideportivo lo escuchaba el camporismo, pero también de otros sectores; algunos que juegan en la interna codo a codo con Kirchner, como Martín Sabbatella, y otros que hacen equilibrio, como un amplio grupo de intendentes entre los que se encontraban Mariano Cascallares (Almirante Brown), Mariel Fernández (Moreno), Andrés Watson (Florencio Varela), Gastón Granados (Ezeiza), Gustavo Menéndez (Merlo) y Federico Achával (Pilar), entre otros. Varios de ellos habían estado también en el acto de Kicillof en Mar Chiquita.
Máximo Kirchner en La Plata - Atenas
Kirchner hizo un extenso recuento de los hechos políticos de los últimos veinte años y reivindicó en todos los casos las decisiones tomadas por su madre y dio claros y fuertes mensajes a la interna, en la que enfrenta al mandatario bonaerense. El discurso fue acompañado por la esfervecencia de la militancia pese al calor agobiante que hizo que en varias oportunidades tuvieran que parar el acto pedir un médico.
En el relato de Kirchner cobraron Fernández, Guzmán y el excandidato presidencial y ministro libertario Scioli. Con él fue contundente cuando dijo que fue quien no militó su propia postulación a la Casa Rosada y cuando retomó su figura para graficar algo que fue leído como un adelanto de la estrategia por venir: “Basta de Sciolis”, dijo; también, de "diputados y senadores que después se dan vuelta como una media".
“Algunos compañeros piensan que lo único importante son los lugares”, afirmó en alusión a la pelea por quién tendrá la lapicera para armar las listas legislativas para la elección de medio término. “Los que fueron señalados por el dedo de Cristina se quejan. ¿Qué nos queda a los que no fuimos señalados por el dedo de Cristina?”, lanzó para luego hacer una fuerte defensa de la decisión de la expresidenta de darle lugar a “miles de pibes y pibas” y destacar entre ellos a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, a Wado de Pedro y a Anabel Fernández Sagasti, tres cristinistas de pura cepa.
Después dijo que que no es La Cámpora “un factor de división”, que en el peronismo “hay muchos dirigentes con miedo” y que en la provincia de Buenos Aires también hay quienes dicen “peleate con Cristina”. “Cuando se tiene conducción, se acepta la conducción”, dijo para más adelante volver a retomar esa línea: “Hay dirigentes que creen que se construye la autoridad enfrentando a Cristina. No”.
Máximo Kirchner en La Plata - Atenas
Sobre el final, después de criticar a quienes dicen que “Cristina no tiene que hablar porque eclipsa a otras figuras”, afirmó que los documentos de la expresidenta son el inicio del debate que hay que dar para volver a representar a las mayorías. Pidió “generar la esperanza”, “mantener viva la llama” y cerró: “Ustedes me conocen y saben: acierto y erro como cualquiera, pero boludo, defeccionar y traidor nunca”.
La previa de Máximo Kirchner en Atenas
La previa del acto tuvo todos los condimentos, empezando por los cruces que llenaron las redes sociales entre quienes le reclamaban a La Cámpora que acompañe a Kicillof y la respuestas de algunos de sus principales dirigentes, como la intendenta de Quilmes, que le recordó a un militante que no es “Kicillof conducción” como el militante había posteado, sino “Cristina conducción”.
La previa siguió con un paso rápido de Kirchner por el escenario montado afuera del microestadio, sobre la avenida 13, para saludar a la militancia. Una gran bandera desplegada adelantaba el discurso que se vendría: "Nada sin Cristina", se leía en el trapo.
Máximo Kirchner en La Plata - Atenas
El otro condimento, acaso el más resonante, lo dio la difusión de una nueva canción que se estrenó este viernes en Atenas. Circuló como reguero de pólvora entre los chats de los presentes. Mendoza se la enseñó a Menéndez y fue el hit de la noche sobre la melodía de la banda de cumbia Amar Azul. El mensaje, de nuevo, quedó claro. La letra parece estar dedicada a Kicillof, el dirigente que hace exactamente un año llamó a componer una nueva canción:
La Banda más grande de Argentina,
Que va con la jefa a todos lados
Yo no soy gorila libertario
Son pingüino hasta morir.
Aunque algunos quieran imitarnos
Este amor con nada se compara,
Queremos que el Fondo Monetario
Se vaya de este país.
Cristina es la conducción,
Vamos a ver si lo entienden,
Somos soldados de Perón,
Y la Patria no se vende.
Yo siempre te voy a seguir,
No me importa lo que digan,
Y si queres otra canción,
Veni, te presto la mía.