En el contexto de la política en Modo Showque agitan desde la Casa Rosada, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, comparó la situación de las provincias con Lali Espósito, la artista preferida para los ataques presidenciales, y advirtió: “ No hay que pelearse con la buena gente y no hay que pelearse entre los estados provinciales y el Estado nacional”.
En medio de la guerra total entre libertarios y federales, Torres le hizo una nueva advertencia al presidente Javier Milei. El gobernador había estado reunido pocas horas antes con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el marco de las negociaciones para atar una alianza más formal entre el PRO, su partido, y La Libertad Avanza.
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Con ese pacto frizado y pisado, Torres recuperó el tono de los momentos de mayor tensión con el gobierno nacional. Incluso está atado que Chubut será escenario de otra cumbre de gobernadores patagónicos, diagramada para el próximo 8 de marzo.
La grieta versión Javier MIlei y las listas negras
“Lali Espósito, por decir algo, es una laburante, genera trabajo, paga muchos más impuestos que muchos de esos cortesanos alcahuetes prebendarios que aplauden al Gobierno sistemáticamente y que, puedo asegurar, tienen el CUIL virgen. No hay que pelearse con la buena gente y no hay que pelearse entre estados provinciales y estado nacional”, completó Torres su comparación.
Aunque tiene aceitadísimos los puentes con Bullrich para, en conjunto, renegar de los sindicatos pesqueros y coquetear con que el FBI investigue los incendios en la provincia, Nacho Torres no se traga las reacciones de Milei en tono escrache.
“Se dan peleas inconducentes en un momento donde la Argentina necesita firmeza y coraje, pero liderazgos que tiendan a unir a los argentinos y a generar esperanza. No se puede liderar generando miedo o amedrentando”, advirtió Torres.
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Ignacio Torres se distancia de Javier Milei
La “lista negra” de “traidores” que el Presidente difundió después de la ley ómnibus incluyó el nombre de Jorge Ávila, conocido como “Loma”, diputado nacional que llegó al Congreso de la mano de Torres y de Juntos por el Cambio después de un trabajoso acuerdo: Ávila es sindicalista del sector petrolero y peronista de toda la vida, pero acordó con Torres frente a la decadencia de la gestión de Mariano Arcioni. Torres teme que los ataques de Milei puedan dinamitarle esa alianza, en la que el legislador votó contra el capítulo petrolero, pero alzó la mano incluso a favor de los “superpoderes” exigidos por el Presidente.
Torres insistió en que “el enemigo es el narcotráfico, la corrupción... esas son las cosas con las que hay que pelearse con nombre y apellido”.
Ignacio Torres, anfitrión de otro scrum sureño
Torres mantuvo un encuentro con Bullrich por asuntos de gestión, pero también para poner en el foco cuestiones políticas. Por eso, estuvo otro de los gobernadores del PRO, el entrerriano Rogelio Frigerio.
Ahora, el chubutense, siempre hiperactivo, tiene en el radar otro de los escenarios de su construcción, que tiende cada vez más a “provincializarse”: el acuerdo con las provincias patagónicas. En la región reina una especial diversidad de alineamientos políticos, pero ya dio sus primeros pasos en la conformación de un bloque que defienda intereses comunes más allá de las particularidades. Y fue con éxito.
El vicegobernador Gustavo Menna, radical, confirmó que el 8 de marzo Puerto Madryn será sede de la segunda cumbre patagónica, después del puntapié inicial que esa conformación dio en Villa La Angostura. No disimuló las intenciones de posicionar a Torres, como en general hacen todos los gobernadores involucrados. “Torres ha relanzado y liderado el tratado de la Patagonia”, dijo.
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La aspiración de Torres es que haya asistencia perfecta. En el primer encuentro pegó el faltazo el santacruceño Claudio Vidal, el peronista que venció al kirchnerismo y que aparece como socio cercano por su vínculo con el sector petrolero.
El peronista tradicional de La Pampa Sergio Ziliotto tiene diálogo fluído y pretende liderar un juego parecido en el peronismo. Desde sus propias identidades, el neuquino Rolando Figueroa y el rionegrino Alberto Weretilneck vienen marcando la cancha diariamente. Desde Tierra del Fuego, el radical de Unión por la Patria Gustavo Melella también hace tronar su descontento.
En distintos tonos, los jefes territoriales están en pie de guerra: además del ajuste general, la quita de subsidios al transporte y la motosierra podando el incentivo docente, que afectan a todos por igual, a cada cual le toca, además, algún espanto distinto como para pararse de manos ante el gobierno nacional en este contexto. “El deber de un gobernador es defender los intereses de la provincia y a su gente”, insistió Menna como escudero de Torres.