AJUSTE Y BOMBA DE HUMO

Javier Milei contra Lali Espósito: violencia machista para disciplinar

Con el ataque a la cantante, el Presidente pretende atemorizar a artistas, mujeres con voz pública, feministas. Correr el foco de la agenda económica, el plan.

El hostigamiento hacia la cantante y actriz no es nuevo: se trata de una estrategia sostenida que comenzó antes de su asunción como primer mandatario. El silencio atronador –cómplice- de los tres “entrevistadores” de La Nación+ no implicó, claro, réplica ni repregunta.

La elección de Lali como blanco, mientras el país se despedaza, no es casual. En principio, el Presidente se comporta como un troll y uno de sus principales objetivos es marcar agenda, una que se aleje de lo real y haga centro en lo virtual, el espacio que domina con soltura.

Javier Milei en su salsa

La consultora Ad hoc midió la conversación digital entre el miércoles y el jueves en redes sociales. Las conclusiones no sorprenden: “Tres de los cinco conceptos asociados a Javier Milei en el día de ayer refieren a sus dichos sobre Lali Espósito. Ni el dato de inflación ni la carta de Cristina Fernández de Kirchner modifican la agenda de conversación pública propuesta por el Presidente”, dice el informe y concluye: “El oficialismo recupera el control de la agenda y logra evadir hablar de las clases, la inflación o de los vaivenes en el Congreso”.

Milei entrevistado por Majul, Trebuq y Rossi
Javier Milei en LN+ disparó contra Lali Espósito.

Javier Milei en LN+ disparó contra Lali Espósito.

Lali Espósito cumple con todos los requisitos para convertirse en target para Milei y su séquito de seguidores varones incels. Es mujer y feminista; es artista y no se calla. La cantante ya había sufrido ataques feroces en redes sociales cuando, luego del resultado de las PASO, posteó en Twitter: “Qué peligroso. Qué triste”, a propósito del triunfo del hoy presidente.

Lo que hace Milei con ella se llama discurso de odio y, se sabe, es habilitante de la violencia no sólo digital –en sí misma, brutal- sino fuera de las redes sociales. Diversos estudios –desde trabajos del Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos de la UNSAM hasta de Naciones Unidas- coinciden en que las mujeres –mucho más, las feministas- están entre los objetos de odio privilegiados para los autodenominados “libertarios”. El efecto buscado es claro: disciplinamiento, miedo, deshumanización.

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Lali Espósito y la violencia libertaria

Milei tiene una trayectoria de misoginia comprobada: en enero, luego de su participación en el Foro de Davos, donde definió al feminismo como “una pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer”, llamó “mentirosa” a Luisa Corradini, corresponsal del diario La Nación. Antes, había usado el mismo calificativo para Silvia Mercado y también usó recursos violentos para referirse a las periodistas María O’Donnell, María Laura Santillán, Jesica Bossi, Laura Serra y la salteña Teresa Frías.

Algunos medios influyentes titulan Milei Vs. Lali. ¿Cómo comparar los ataques del Presidente de la Nación con las canciones de una mujer artista? No hay paridad en la pelea en la que, además, una de las partes implicadas sólo recibe los golpes, aunque sabe defenderse.

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El ataque sostenido a Lali Espósito, profundizado en la charla televisiva del miércoles y continuada este jueves con el argumento machista autojustificatorio de la violencia (“Ella empezó”) generó la conversación pública que el Presidente se había propuesto, pero también una reacción que unió a personas de puntas opuestas del arco político: desde “la traidora” –como la llamó él- Carolina Píparo y Amalia Granata hasta Vilma Ibarra y ¡la CGT! El modelo Milei, como el de Donald Trump –obsesionado con denostar a Taylor Swift- y el de Jair Bolsonaro con su avanzada conservadora y voraz contra, por ejemplo, el artista drag Pabllo Vittar, sólo confirman que los feminismos y el movimiento LGBTIQ+ son sus grandes enemigos.

A pocas semanas del 8 de Marzo, el Presidente se arriesga a que la conversación pública virtual y real se le dé vuelta.

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