El intendente Othar Macharashvili se bajó de la pelea partidaria acuciado por la gestión municipal. Ruidos con su vice y neutralidad en la puja Fita vs. Béliz.
Chubut: el bastión peronista de Comodoro Rivadavia pierde peso en la interna del PJ
Comodoro Rivadavia es la ciudad más poblada de Chubut. De allí surgieron gobernadores como el dasnevista devenido kirchnerista Martín Buzzi, que había sido intendente de la ciudad, y el massista Mariano Arcioni. Bastión peronista, hoy tiene al mando a Othar Macharashvili, quien sonó para conducir el PJ y terminó fuera de escena rumbo a la interna del 29 de septiembre.
Macharashvili apoyó en 2023 la fallida campaña a la gobernación de su antecesor, Juan Pablo Luque. La derrota del peronismo a nivel provincial dejó al “hombre del sombrero” al frente del municipio y parado como el intendente peronista del distrito chubutense más populoso.
Así, lo que parecía un recorrido llano hasta ser oficializado como candidato a presidente del PJ de Chubut finalmente terminó en un duro revés que se cocinó en los últimos meses, luego de que afloraran problemas históricos en la ciudad petrolera, más algunos nuevos que se tradujeron en movilizaciones de municipales en el marco de una fallida negociación paritaria.
Al conflicto salarial con el personal del municipio se sumaron el aumento en el boleto del transporte público, la inseguridad y la profunda crisis habitacional que sumergió al Concejo Deliberante en un debate caliente sobre la urgencia de regularizar la tenencia de tierras. Como si no alcanzara, se visibilizó una serie de chisporroteos entre Macharashvili y su viceintendente, Maximiliano Sampaoli.
Sampaoli reconoció, recientemente, que durante los primeros meses de la gestión “no se estuvo a la altura de las circunstancias”, en lo que políticamente fue entendido como un tiro por elevación a su jefe directo.
A la vez, vecinos, cámaras de comercio e instituciones intermedias criticaron la presunta “tibieza” de la gestión municipal ante los aumentos en las tarifas de los servicios públicos, una medida del gobierno de Javier Milei que repercutió de manera directa en la vida cotidiana de la ciudadanía. Si bien Comodoro Rivadavia es una de las ciudades con mayor poder adquisitivo por efecto de la industria del petróleo y los altos salarios que paga el sector privado, lo cierto es que hubo hogares y comercios que se preguntaban cómo podrían afrontar facturas de hasta un millón de pesos.
La combinación de problemas heredados de la gestión anterior y las batallas emergentes dentro del propio Ejecutivo municipal sumieron a Macharashvili en un período de reflexión, durante el cual su nombre poco a poco dejó de sonar como eventual candidato a conducir el Partido Justicialista provincial.
En diálogo con la prensa, Othar fue determinante al expresar los motivos para desistir de su candidatura. “Con Maxi Sampaoli entendimos que, como parte de un proyecto político que es la gestión municipal, y en la coyuntura que estamos viviendo, la responsabilidad que nos toca hoy nos tiene en otro rol", señaló el intendente. No obstante, envió un mensaje de cara a la interna: "Sí vamos a enfocarnos en acompañar partidariamente, pero sin perder el foco en la tarea diaria del municipio”, expresó, sin dejar en claro si apoyará a la lista del diputado Gustavo Fita o a la del dirigente mercantil Alfredo Béliz.
En paralelo y perdido en su laberinto, el peronismo ha transitado un año sumido en pases de factura, reproches internos y algunas traiciones. Las dos listas que competirán en la interna del 29 de septiembre, encabezadas por el kirchnerista Gustavo Fita y el peronista clásico Alfredo Béliz, parecen destinadas a una encrucijada judicial que evoca al clásico del cine de terror y ciencia ficción La invasión de los usurpadores de cuerpos (1978). Aquel film evocaba la llegada a San Francisco de unas semillas alienígenas que permitían replicar a las personas, aunque sin emociones. Al igual que gran parte del cine comercial durante la Guerra Fría, trazaba una premisa de fondo: “Algunas personas no son quienes dicen ser”.
Ocurre que, de un tiempo a esta parte, aquellas semillas invadieron buena parte del justicialismo y hubo quienes acusaron de “alienígenas” a aquellas figuras que, interesadas por presidir el partido que en Chubut cuenta con unas 35 mil personas afiliadas, comenzaron a acercarse a la gestión provincial. Fue el caso de Macharashvili, de buenas migas con el gobernador Ignacio Torres y al cual distintas voces de peso en la dirigencia señalaban como el favorito para encabezar un peronismo más dialoguista, lejos de ejercer una oposición intransigente.
Ahora, con Macharashvili fuera de la contienda para presidir el PJ y una pelea entre dos listas que se dirimirá probablemente en la Justicia si no bajan los decibeles de la interna, existen probabilidades de que el resultado electoral ubique al ganador en el “tren fantasma” opositor al que Torres varias veces hizo referencia: un rival ideal para polarizar, principalmente porque el justicialismo ha venido perdiendo elecciones, una tras otra, durante los últimos años.
La radiografía sobre la actualidad del PJ exhibe además fracturas y también desplazamientos hacia Despierta Chubut, el frente que Nacho Torres sigue construyendo como una topadora que derriba estructuras de la vieja política y renueva los vínculos entre espacios ideológicamente diferentes.
El peronismo de Comodoro sentirá la pérdida de no tener a Macharashvili al frente del PJ. Es que la victoria de Torres tras dos décadas de hegemonía panperonista en la provincia consolidó aún más a Trelew como la capital política de Chubut. Además, en las últimas elecciones, la diputada del PRO Ana Clara Romero quedó cerca de ganar y llegar a la intendencia.
Unos seis mil votos separaron a Romero del máximo cargo municipal. La legisladora oriunda de la ciudad petrolera chubutense logró construir una base política firme que le permitiría volver a competir por la intendencia en 2027. Un desafío que parece lejano, pero que enciende las alarmas en el PJ local.