El 29 de septiembre más de 34 mil personas podrán votar a la nueva conducción del PJ. Una grieta y un alerta tras derrotas varias y mandatos prorrogados.
El Partido Justicialista de Chubut elegirá a sus autoridades el próximo 29 de septiembre, tras una jornada a contrarreloj en la que una segunda lista ingresó a la sede ubicada en Rawson, minutos antes de la medianoche, confirmando que finalmente habrá interna en el peronismo local.
No hubo “humo blanco” en Irigoyen 41 y finalmente dos figuras dirimirán la conducción del espacio que cuenta con poco más de 34 mil personas afiliadas: el diputado provincial Gustavo Fita y el dirigente mercantil Alfredo Béliz.
Oriundo de Comodoro Rivadavia, Gustavo Fita es presidente de la CGT Saúl Ubaldini y forma parte del riñón del senador y actual titular del PJ de Chubut, Carlos Linares, el referente kirchnerista en la provincia.
El candidato de la lista “Volver a Perón” es un ferviente opositor a la gestión de Ignacio Torres en la provincia. Apunta a un 2025 en el que ambas fuerzas afiancen sus posiciones y polaricen en las elecciones intermedias, con vistas a los comicios provinciales de 2027, ante un peronismo que ha comenzado a ser absorbido por el frente provincial que construye el gobernador y que incluye figuras justicialistas, libertarias y radicales.
En la vereda de enfrente se encuentra Alfredo Béliz, histórico secretario general del Sindicato Empleados de Comercio (SEC). Presidió años atrás el justicialismo en Trelew, ciudad en la que reside.
El gremialista, que también se desempeñó como parlamentario del Mercosur y encabeza la lista “Peronismo Federal”, cuenta con un importante apoyo de organizaciones con asiento en el Valle Inferior del Río Chubut y en Puerto Madryn, donde recibió la bendición de los hermanos Sastre.
Otro de los actores que impulsó a Béliz como candidato es Miguel “Coné” Díaz, congresal nacional del PJ y uno de los que impulsó, meses atrás, una profunda ruptura con la mesa chica del partido, bajo la consigna de acelerar una urgente renovación para dar lugar a referentes más jóvenes. La movida le valió un pedido de expulsión durante el último congreso del justicialismo que se llevó a cabo en Comodoro Rivadavia el pasado mes de abril.
Con las cartas sobre la mesa, el peronismo irá a las urnas a fines de septiembre para definir cuál será la tendencia de la herramienta electoral del PJ en 2025. La llegada de Nacho Torres al poder rompió con dos décadas de hegemonía panperonista en la provincia y, desde la gestión, comenzó a aspirar intendentes e incluso algunos referentes provinciales que no descartaron integrar el frente Despierta Chubut, que será presentado en octubre.
Una de esas figuras fue nada menos que el intendente de Comodoro Rivadavia, Othar Macharashvili, uno de los favoritos que algunas voces del PJ candidateaban para la conducción del partido, pero que gradualmente fue bajando el perfil para atender problemáticas emergentes de la ciudad de administra.
A partir de la presentación de ambas listas, la interna del PJ se abrió casi tanto como la grieta que divide al justicialismo de la vieja escuela con eje en las bases y que propone Béliz, con el peronismo new age más vinculado a La Cámpora, propuesto por Fita.
Ahora, la ventana de tiempo que divide los actos administrativos con las elecciones ubica a este miércoles 4 como fecha de vencimiento del plazo para impugnar las listas y sus integrantes. El 11 de septiembre se oficializarán las nóminas y finalmente el 29 se celebrará la votación.
El verdadero desafío, según se debate puertas adentro del PJ, no es quién triunfará en las urnas este año, sino quién logrará amalgamar a los heridos para evitar llegar a 2025 y a 2027 con el peronismo dividido: ese escenario permitió el triunfo de Torres y de otras fuerzas en un abanico de municipios de Chubut y dejó reproches y heridas abiertas a lo largo y ancho de los consejos de localidad.
Un dato central es que los mandatos en el PJ se encuentran vencidos y fueron prorrogados hasta diciembre. En consecuencia, el partido no dispone de más tiempo para dilaciones y, en caso de no lograr presentar todos los papeles en regla a la Justicia electoral, podría incluso ser intervenido.