CÓRDOBA (Corresponsalía) La disputa por la “mejor estrategia” del Frente de Todos en Córdoba va tomando temperatura con eje en el territorio, a partir de una serie de movimientos que ponen sobre el tapete las diferentes lecturas respecto de cuál debe ser la construcción para plantear una alternativa que le permita al peronismo referenciado en el Gobierno ocupar lugares centrales a partir de 2023 en la provincia. Con el cordobesismo o contra él, esa es la cuestión. Este jueves, mientras el villamariense Martín Gill reunía a un centenar de intendentes en el Hotel Amerian, a las afueras de su ciudad, Carlos Caserio recibió a otra docena a la Ciudad de Buenos Aires, donde se realizaron una serie de audiencias en diferentes sedes ministeriales nacionales.
El debate interno tiene por estas horas el eje en el peronismo provincial. Mientras Gill sostiene una relación que lo aleja de cualquier movimiento que signifique una ruptura definitiva con el espacio de Juan Schiaretti, el vicepresidente del Banco Nación entiende que el diálogo ha llegado a un punto de no retorno y, sin correrse del PJ, discute a la conducción de Hacemos por Córdoba (HxC) con una construcción referenciada centralmente en ese armado difuso pero siempre latente, el albertismo.
“Estamos muy agradecidos con el Presidente y cada uno de sus funcionarios, que trabajan y nos acompañan en resolver los problemas de nuestras localidades. Siempre al lado de cada uno de las y los vecinos”, señaló Caserio en medio de la recorrida de porteña la que participaron Federico Alessandri (Embalse), Fabricio Díaz (Capilla del Monte), Francisco Francioni (Leones), Marcelo Oliva (Biallet Masse), Natalia Sayas (Cabalango), Jorge Caserio (Valle Hermoso), Mara Albelo (Mayu Sumaj), Raúl Ovelar (La Cumbre), Daniel López (La Cumbrecita), Silvio Quiroga (Villa Huidobro) y Norberto Magni (San Bartolome).
Casi en su totalidad habían formado parte del grupo de 31 referentes locales que hace un par de semanas elevó el pedido a la Mesa Provincia-Municipios para desprenderse de Hacemos por Córdoba y armar el bloque Frente Peronista Cordobés. En diálogo con Letra P, algunos de los integrantes de ese espacio habían advertido que la jugada no debía ser entendida como un gesto de "ruptura" y anticipaban movimientos en pos de una construcción a la par de Gill, un “referente” para el intendentismo provincial que no comparte la estrategia separatista.
Por eso no sorprendió la presencia de un buen número de integrantes del caserismo en la reunión de Villa María, en donde hubo unos cien jefes y jefas comunales, entre otras espadas intendentistas que, según dicen, terminó redondeando una representación de 150 municipios cordobeses. Un número nada despreciable para una expresión política que tropezó en la contienda electoral de 2021 y ni siquiera llegó a arañar el 10% de los votos. Entre los más importantes para el armado histórico del espacio hoy referenciado en el Frente de Todos (FdT), Gabriel Fernández (Viamonte), Rodolfo Filipponi (Pascanas) y Oscar Musumeci (Villa Yacanto) se destacaron entre la docena de referentes municipales que había participado de la ruptura con el bloque schiarettista y dijeron presente en el Amerian.
Desde hace tiempo, Gill y Caserio asumen abiertamente no compartir los movimientos del otro, pero se entienden y, todavía, se respetan. Desde la aparición del FdT, ambos se erigieron como los referentes del peronismo mediterráneo en la cruzada que defiende la necesidad de que el PJ cordobés se alinee con la conducción nacional.
Los dos tienen un pasado en Unión por Córdoba, renombrado Hacemos por Córdoba cuando Schiaretti fue por la reelección en 2019. Mientras el villamariense tuvo una participación activa durante los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Caserio supo forjar esa relación durante los últimos años de su paso por el Senado, en donde se convirtió en un actor estratégico para el oficialismo en la Cámara alta. A pesar de su ligazón kirchnerista, Gill logró su reelección como diputado en la boleta del peronismo provincial y rápidamente empezó a erigirse como uno de los nombres para la renovación partidaria que finalmente llegará a partir de las elecciones del año próximo.

La juntada intendentista de Gill en Villa María
Después de ser recibidos por Caserio en el Banco Nación, lo primero que hizo la docena de intendentes que arribó a Buenos Aires fue reunirse con Carlos Rodríguez, el reemplazante de Gill en la Secretaría de Obras Públicas, para avanzar en los proyectos de Argentina Hace. “Fue una reunión muy positiva, tomamos decisiones importantes para concretar obras y servicios que generan desarrollo local”, dijo Caserio que, en ese punto, comparte la mirada estratégica con el villamariense respecto de la territorialidad que ofrecen los armados locales.

Los 12 apóstoles de Caserio en el Banco Nación
Mientras las reuniones se continuaban en las oficinas nacionales, Gill invitaba en Villa María a sus colegas "a expresar esta voluntad que desde el interior del interior quiere ser protagonist de los tiempos que vienen". Desde hace tiempo viene advirtiendo que las discusiones por venir estarán centradas en la capacidad propositiva de cada uno de los espacios y que la elección del año próximo se definirá a partir de lo que se pueda proyectar, por sobre la valoración de lo que la actual administración ya hizo durante el último cuarto de siglo al frente del poder provincial.
La lectura también pone sobre la mesa “el riesgo” que puede correr HxC si no ensancha su base electoral, sobre todo a partir de la avanzada de Juntos por el Cambio, que intenta mantenerse unida y aprovechar el envión del triunfo en las legislativas del año pasado. En ese escenario, el peronismo referenciado con la Casa Rosada muestra su musculatura y sale a disputar de manera bifurcada la referencia territorial. La discusión puede terminar en la construcción de una tercera vía, aunque no cierra del todo las puertas a un posible debate que cambie las reglas del juego en el peronismo mediterráneo.