TUCUMÁN (Corresponsalía Norte Grande) El renunciamiento de Cristina Fernández de Kirchner a una candidatura en 2023 le puso luz al laberinto sinuoso en el que se encontraba Juan Manzur. El jefe de Gabinete ya tiene vía libre judicial y un acuerdo político cerrado para integrar la fórmula del peronismo en la provincia y acompañar como candidato a vice al gobernador interino Osvaldo Jaldo en los comicios provinciales del 14 de mayo próximo. Sin embargo, tiene entre sus planes formar parte de la fórmula oficialista que buscará darle continuidad a la estadía del Frente de Todos en la Casa Rosada en las elecciones de octubre del año que viene. Aunque no lo haya verbalizado en público, el médico sanitarista alimenta desde hace más de un año una red de vínculos para alcanzar ese objetivo que, de máxima, lo ubicaría como candidato a Presidente apalancado por la Liga de provincias peronistas, "los gordos" de la Confederación General del Trabajo (CGT) y sectores del empresariado con poder real.
Desde 2019, cuando logró la reelección como gobernador, en la provincia se rumoreaba que el próximo paso que buscaría dar Manzur sería mudarse a Balcarce 50. Esos tiempos se aceleraron dos años más tarde, cuando tras la derrota del oficialismo en las PASO, una carta-bomba de la vicepresidenta lo catapultó a la Jefatura de Gabinete. Aunque por un margen estrecho, Tucumán había sido uno de los pocos distritos en los que se impuso el peronismo en las legislativas de 2021.
Asumir como ministro coordinador implicó para Manzur cerrar un acuerdo de gobernabilidad en la provincia con Jaldo, su enemigo íntimo, a quien venía de vencer en la interna luego de una guerra abierta y ahora debía ocupar su silla. Manzur en Buenos Aires, Jaldo en Tucumán fue la fórmula de la pax armada del oficialismo tucumano, un doble comando que se mantiene en equilibrio por los fondos que la Nación gira para la obra pública provincial y que robustecen la gestión del mandatario interino y el vínculo con referentes de la Legislatura y el territorio. Desde que Manzur está en la Casa Rosada, a Tucumán le correspondieron $10.766 millones de fondos nacionales, una variación interanual positiva del 225,4%, según una publicación de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
Apenas puso un pie en Balcarce 50, Manzur hizo sentir que llegaba para poner en marcha un nuevo estilo de gestión, con la idea de darle más presencia a la política, más allá de las acciones propias de la administración pública. Las reuniones con ministros comenzaron a primera hora y por su despacho desfilaron gobernadores e intendentes. La hipótesis Manzur 2023 empezó a circular y provocó ruidos internos en el albertismo de la Casa Rosada. Las ínfulas iniciales se fueron apagando. De a poco fue desplazado hacia los márgenes en un Ejecutivo desarticulado y en crisis política.
Como buen tiempista, el tucumano esperó una nueva oportunidad que no tardó en llegar. Cuando a fines de 2021 la oposición rechazó el proyecto de Presupuesto, cobró aún más poder la facultad del jefe de Gabinete para reasignar partidas. No se tomó vacaciones ni perdió tiempo. La lapicera de Manzur se transformó en una herramienta de construcción política.
Entre inversión real directa y transferencias de capital, firmó el envío de $402.000 millones a provincias y municipios. Santiago del Estero, Salta, Catamarca y La Rioja fueron los distritos más beneficiados en 2022, después de Tucumán, con variaciones interanuales superiores al 75%. Le siguieron La Pampa, Mendoza, Buenos Aires, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Chaco y San Juan, que registraron incrementos cercanos al 35%. Excepto el distrito cuyano que gobierna el radical Rodolfo Suárez, todas provincias peronistas o aliadas. Por eso, cuando la Liga de Gobernadores y Gobernadoras oficialistas propone impulsar un nombre propio para 2023, el nombre del médico sanitarista aparece siempre mencionado. Mucho más desde que Jorge Capitanich decidió buscar la reelección en Chaco.
En paralelo, Manzur mantiene con CFK y La Cámpora un vínculo fluctuante, reflejo fiel del estilo de relación que sostiene con los espacios que sabe que necesitará en algún momento, aunque reconozca que no forman parte de su círculo de confianza. Por ejemplo, en medio de la relación congelada con CFK, de quien había dicho que su ciclo estaba "terminado" en 2017, empujó el desembarco de referentes camporistas tucumanos en organismos nacionales. Además, en 2021 ubicó en el segundo lugar de la lista para la Cámara baja a Alejandro Melo, un alfil de la agrupación que lidera Máximo Kirchner. Desde su llegada al Gabinete nacional, producto de las paces que hizo con la vice, esa relación se hizo más fluida en tierras tucumanas, aunque a nivel nacional mantiene una cautelosa distancia.
"Desde hace muchos meses trabaja por la unidad nacional de nuestro partido, no descansa. Todos los fines de semana hace reuniones en la provincia con intendentes, legisladores y comisionados comunales. Además, mantiene una excelente relación con la conducción nacional de la CGT, que podría apoyarlo en sus aspiraciones, si se decide", le dijo a Letra P Renée Ramírez, legislador provincial peronista y secretario general en Tucumán del poderoso gremio de la Sanidad que lidera Héctor Daer, uno de los capos cegetistas que compartió días atrás una reunión con la Liga Federal.
Un intendente manzurista contó a este medio que los últimos movimientos en el justicialismo tucumano para acomodar el frente interno y dar por terminados los cortocircuitos que llevaron al callejón sin salida de 2021 van en concordancia con la pretensión de Manzur de llegar a la Casa Rosada. Lo ejemplificó con una señal. Aun cuando la renovación de autoridades en el PJ local está prevista para el 18 de febrero, en los primeros días de diciembre la junta electoral partidaria ya recepcionó una lista de unidad que lleva como candidatos a presidente y vice a Manzur y Jaldo. Así, la elección de febrero será una mera formalidad y en la elección provincial de mayo el jefe de Gabinete buscará la vicegobernación pero, sobre todo, la oportunidad de aspirar a suceder al presidente Alberto Fernández. Un triunfo holgado en el sexto distrito electoral del país y el más importante del norte es vital para luego hacer valer los apoyos políticos, gremiales y del Círculo Rojo.
Desde otro ángulo, un legislador enrolado en el jaldismo agregó otro condimento para impulsar el salto nacional del médico sanitarista y admitió que sería extraño que, aun ganando los comicios del 14 de mayo, Manzur asuma en una función subalterna a Jaldo. "La relación entre ambos está en su mejor momento porque ambos se necesitan mucho y son conscientes de ello, pero otra cosa sería gobernar la provincia con ambos aquí", respondió a la consulta de Letra P.