La guerra fría entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner escaló a dimensiones inimaginables este jueves con la explosiva carta que publicó la vicepresidenta, en la que contó con pelos y señales la crisis del Gobierno y le pidió al jefe de Estado que honre su decisión de convertirlo en candidato mientras el primer mandatario estaba recluido en Olivos analizando un plan de salida tras el diálogo con gobernadores que lo apoyan.
"Cuando tomé la decisión, y lo hago en la primera persona del singular porque fue realmente así, de proponer a Alberto Fernández como candidato a Presidente de todos los argentinos y las argentinas, lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi Patria. Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión", dijo Cristina en el texto que publicó este jueves y cayó como una bomba en la Casa Rosada, todavía paralizada por la repentina ola de renuncias de funcionarios del gabinete que responden a la vicepresidenta.
El diálogo entre el Presidente y Cristina está completamente dinamitado. Tras la reunión del martes por la noche, en Olivos, que la propia vicepresidenta relata en su carta, y el cimbronazo del miércoles, no volvió a haber comunicaciones entre el primer mandatario y el Instituto Patria. Recluido en la Quinta presidencial, por la mañana, el primer mandatario publicó un comunicado en su cuenta de Twitter en el que plantó bandera sobre las definiciones.
"La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido", dijo el Presidente. Después, intentó poner paños fríos al decir que seguiría "garantizando la unidad del Frente de Todos", desactivó la marcha que habían convocado en su respaldo los movimientos sociales y se dedicó a pensar un nuevo gabinete con presencia de los gobernadores.
Durante todo el día, Fernández mantuvo reuniones en la Quinta presidencial, Cristina estuvo en silencio, Máximo Kirchner se instaló en la Cámara de Diputados y Sergio Massa evitó dar señales sobre sus movimientos. Pasadas las 19, Cristina decidió volver a contar sus diferencias en público, mediante una nueva carta. "La coalición está muy rota en términos electorales, pero no en términos de gobernabilidad. Ella no se va de la coalición", apuntó un asesor de la Casa Rosada.
Refugio federal
La primera señal salió desde Olivos el jueves por la mañana, donde Fernández recibió al gobernador Sergio Uñac. El gobernador sonó como eventual reemplazante de Eduardo de Pedro en el Ministerio del Interior.
Hace tiempo que Uñac busca nacionalizar su figura. Durante el gobierno de Mauricio Macri fue un activo armador del peronismo no kirchnerista y en 2018 insinuó una candidatura presidencial dentro del peronismo federal que quedó trunca tras la postulación de Fernández por parte de Cristina.
Junto con Gustavo Bordet (Entre Ríos), Omar Perotti (Santa Fe) y Juan Manzur (Tucumán), Uñac constituyó en la campaña 2019 la liga de gobernadores más cercano al Presidente. Ya entonces, los mandatarios le propusieron a Fernández que se apoyara en las provincias para contrapesar el poder del kirchnerismo. Fernández prefirió hacer equilibrio y la gestión y la distancia que impuso la pandemia enfriaron los vínculos.
A principios de agosto, después del cierre de listas, los mandatarios hicieron un nuevo intento por armar algo parecido a un sector que respondiera al Presidente. Uñac y Perotti lanzaron “Argentina Avanza”, una iniciativa a la que sumaron los ministros albertistas Nicolás Trotta y Claudio Moroni, y de la que participaron Manzur y Cecilia Todesca, entre otros. Fue coordinada por Fabiana Aubone, ministra de Gobierno sanjuanina. Fernández también intentó bajarle el tono y evitó que se comunicara como el lanzamiento de un espacio.
Las relaciones se reactivaron durante los días de crisis. Uñac visitó Olivos el jueves por la mañana. Más tarde se sumó Manzur. También estuvo el chaqueño Jorge Capitanich, un puente en el vínculo con Cristina. Las conversaciones con los gobernadores sugirieron diferentes versiones. El desembarco de Uñac tomó fuerza, pero el de Manzur quedó casi desactivado en el momento. El gobernador tiene una interna feroz con su vice, Osvaldo Jaldo, y no puede descuidar su territorio.
Pasado el mediodía, el Ministerio del Interior tuvo su propia novela. Desde la Casa Rosada se filtró la versión de que el Presidente le había aceptado la renuncia a De Pedro. El rumor duró menos de una hora, hasta que la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, apareció en el Patio de las Palmeras exclusivamente para desmentirlo.
El resto de los funcionarios mantuvo estricto silencio. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, trabajó en la Rosada y se retiró a la tarde rumbo a Olivos para definir con el Presidente el paquete de medidas económicas que el Gobierno lanzará en los próximos días.
Fernández, en tanto, confirmó su agenda del viernes. A las 9.30 participará de manera virtual del Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, convocado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Por la noche tenía previsto volar a México, donde el sábado deberá asumir la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), pero decidió suspender el viaje.