Diego Santilli se ajusta con precisión al modelo de campaña diseñado por la usina PRO para esta primera etapa de desembarco en el territorio madre de todas las batallas, rumbo a las PASO, en la que se medirá en interna con el radical Facundo Manes: visitas a distritos con gobierno amarillo, reuniones con vecinos organizadas, paseos por centros comerciales acompañado por el intendente y alguna figura nacional y centralidad del discurso en inseguridad y educación, sus caballitos de batalla. Todo, combinando presencialidad con virtualidad.
Así fue este miércoles en La Plata, donde el precandidato a ocupar una banca en la Cámara de Diputados de la Nación fue acompañado por el jefe comunal, Julio Garro; la jefa del PRO, Patricia Bullrich, el también postulante a ingresar al Congreso Gerardo Milman y otros aspirantes a cargos legislativos provinciales y locales.
Lo sucedido en el arranque de la visita a la capital bonaerense fue un ejemplo concreto de esa campaña bimodal que marida presencialidad modelo pandemia y redes sociales. A las 9, en el Centro de Fomento, Social y Deportivo José Hernández, en las afueras de la ciudad, se reunió con unos 75 vecinos y vecinas y con otras 200 personas que se conectaron virtualmente vía Zoom. La propuesta fue casi una reedición de las características reuniones 360º que impulsaron Mauricio Macri y María Eugenia Vidal durante la campaña de 2019, pero sin multitud.
Con look informal -borcegos, jeans, polera y campera con cierre-, marca registrada del PRO, el Colorado busca empatizar con el vecino de a pie e instalar un tema que conoce bien de su gestión porteña y puede reciclar fácilmente para la provincia. “Hablamos de los temas que le duelen a la gente, como la inseguridad, el haber padecido durante un año y medio la falta de clases y el desarraigo de miles de jóvenes que se quieren ir a otro país para construir un futuro mejor”, dijo Santilli frente al puñado de platenses invitados al encuentro que duró una hora, y del que también participaron el precandidato a senador por la Octava Fabián Perechodnik y el senador Juan Pablo Allan.
Pese a que la mayoría de los dirigentes manifiestan que hay que cerrarla, la grieta rinde a un lado y otro. La crítica al adversario directo, el Frente de Todos, es parte del proselitismo amarillo, sobre todo, en boca del ala dura. Bullrich cuestionó al gobierno nacional por haber “generado una enorme angustia social y una idea de que el país no tiene futuro”, e instó a las personas presentes a “pelear y no rendirse” ante el kirchnerismo en el poder. El tono del discurso giró alrededor de una suerte de llamado de participación partidaria, aunque de una forma más dialoguista y sofisticada, al menos de acuerdo a los mensajes que solía exponer el ala dura de la oposición antes del cierre de listas.
En este sentido, si bien buena parte de las personas presentes siguieron la línea de los precandidatos, también hubo cuestionamientos a la moderación electoral. “Los que los votamos sentimos que no fueron tan firmes y consistentes con lo que proponían”, remarcó uno de los militantes conectado a través de Zoom.
Como lo hizo durante toda su carrera política en la Ciudad, donde, por ejemplo, durante la pandemia recorrió vacunatorios y barrios, el exministro de Seguridad y Justicia porteño elige mostrarse con la gente y poner el oído para escuchar “de primera mano” los problemas que la aquejan. Esta vez recorrió el centro comercial de calle 12, en el que dialogó con comerciantes, curiosos y militantes del PRO apostados en distintas mesas de campaña. La primera parada se dio en la intersección de calle 60. Lo esperaban unos 20 militantes con pecheras partidarias, una de ellas con un bebé en brazos, con quienes Santili tuvo su clásica foto de portada.
A unos pocas cuadras, se podía escuchar la protesta que llevaban adelante vecinos y vecinas del barrio El Rincón, que protestaban frente al Concejo Deliberante para impedir que se apruebe un proyecto de ordenanza que entrega a Cáritas un predio en el que pretenden se construya una sala sanitaria. Pese a ese contraste, la recorrida del enviado de Rodríguez Larreta se dio en un clima amigable para el precandidato. La Plata es uno de los epicentros del macrismo. Tras perder en primera vuelta ante la suma de las listas kirchneristas que lo desafiaron, Garro dio vuelta el resultado y triunfó cómodamente con cerca del 49% de los votos.
La “transferencia” a Santilli del apoyo que tienen los dueños de los votos en los bastiones PRO es uno de los puntales de la campaña. Por eso en las ciudades como Junín, Bahía Blanca, Mar del Plata u Olavarría ya asoman los pasacalles con las figuras del intendente en cuestión y el precandidato y se comparte agenda. “Diego es la persona que la provincia necesita por su experiencia en gestión (…) Lo que más les preocupa a los vecinos, además de la situación económica, es la inseguridad”, dice Garro a periodistas y vecinos abonando a la estrategia. Y, mientras el candidato posa para la foto, completa: “el malestar en los platenses es general, como pasa en la provincia, porque con la pandemia aumentaron los delitos”.