Ante la imposibilidad de muchos intendentes de la provincia de Buenos Aires de ir por un nuevo mandato, el panorama en los distritos bonaerenses puede dividirse entre aquellos que supieron construir durante estos años un sucesor y transitarán el camino de manera más holgada y aquellos que no lo han hecho y, acaso, teman que las internas dentro de sus espacios terminen por imponer a hombres y mujeres que no les responden y perder, así, el poderío territorial.
Hay casos donde los herederos del territorio son claros e indiscutidos. En el peronismo puede citarse como caso testigo el de Lomas de Zamora, donde el jefe comunal Martín Insaurralde bendijo hace tiempo a Federico Otermín, actual presidente de la Cámara de Diputados bonaerense y candidato indiscutido a suceder el sillón municipal. En la oposición también hay casos elocuentes; el de Jorge Macri, en Vicente López, que hace tiempo impulsa a Soledad Martínez, actual presidenta del bloque PRO en el concejo deliberante, quien además fue dos veces consecutivas diputada nacional y se desempeñó como secretaria de Desarrollo Social en el municipio; y el de Néstor Grindetti, quién eligió a Diego Kravetz, actual jefe de Gabinete y responsable del área de Seguridad del municipio de Lanús, para sucederlo en el cargo en 2023.
En el mismo grupo, aunque recostados en lazos familiares, puede ubicarse a Gustavo Posse (San Isidro), con su hija Macarena, actual secretaria de Coordinación Municipal; a Gustavo Menéndez (Merlo), con su hermana Karina, secretaria de Desarrollo Social del municipio; a Diego Valenzuela (Tres de Febrero), quien impulsa a su esposa y senadora provincial Daniela Reich; y a Jorge Ferraresi (Avellaneda), con su esposa y actual secretaria de Gobierno, Magdalena Sierra.
A contramano de estos casos, donde dirigentes de peso formaron e impulsaron a dirigentes de su confianza para continuar el camino trazado por ellos mismos, otros intendentes de peso de la provincia no han sabido o no han querido hacerlo. Esa situación los pone más incómodos, ante la imposibilidad de volver a presentarse para competir por otro mandato. La inexistencia de un candidato claro incrementa las chances de que otros sectores del mismo partido vayan en búsqueda de candidaturas y se fuerce la competencia en PASO.
En la Tercera sección, el de Mariano Cascallares (Almirante Brown) es uno de los casos más evidentes en el cual, con el correr de los años, no se ha generado un dirigente propio, indiscutido, que aspire a sucederlo. En ese distrito del sur del conurbano, los dos referentes que asoman están vinculados a La Cámpora y, pese a las buenas formas que se mantienen en público y en privado, cualquiera de ellos lejos está de ser ungido a voluntad por el jefe comunal. Uno es José Lepere, secretario de Interior de la Nación; el otro, Juan Fabiani, actual secretario de Gobierno de la gestión local. Desde el entorno de Cascallares afirman que uno de los hombres más cercanos al jefe comunal es el actual presidente del Concejo Deliberante, Nicolás Jawtuschenko, pero que de ninguna manera es un sucesor indiscutido.
Como contó Letra P, el de Mario Secco en Ensenada es un caso curioso. Es intendente desde 2003 de manera ininterrumpida, con un promedio de 50% de votos alcanzados, con picos de más de 70% de apoyo. Tampoco podrá pelear por otro mandato y no se advierte sucesor o sucesora cantada a la vista. En una lista de posibles sucesores podría mencionarse a Luis Blasetti, presidente del Concejo Deliberante; Nicolás Secco, actual concejal e hijo del jefe comunal; y Susana González, espada legislativa del ensenadense. Personalista, polémico y soldado de Cristina Fernández de Kirchner, Secco tampoco tiene oposición en su pago chico.
La situación de Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) también es digna de mención. En diciembre de 2019, fue nombrado vicepresidente de Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), la empresa pública argentina dedicada a la prestación de servicio de agua corriente y cloacas, pero decidió, pese a la importancia del cargo, no ausentarse de su distrito. Hay quienes consideran que, en parte, esa decisión estuvo atada a la ausencia de un referente de su riñón a quien confiarle la intendencia. Sin embargo, uno de los nombres que suena para ser el futuro candidato, con el apoyo del jefe comunal, es el del actual senador provincial Luis Vivona, histórico dirigente del distrito, quien sin éxito fue candidato a intendente en 2007 y en 2011. También se menciona la posibilidad de que el jefe comunal impulse a una mujer de las que integran su gabinete, pero no hay un nombre claro.
El caso de Andrés Watson (Florencio Varela) es particular, ya que tiene impedido presentarse nuevamente a competir por otro período pese a haber ido sólo una vez a las urnas. El impedimento se debe a que tuvo más de dos años de mandato como intendente interino. Watson no tiene un sucesor, pero esto se debe a que tampoco ostenta la jefatura política del distrito. El que tendrá la última palabra de cara a las elecciones de 2023 será Julio Pereyra. En San Miguel, la situación es similar, el actual intendente, Jaime Méndez, no tiene un sucesor propio, pero en su territorio la capitanía es de Joaquín De la Torre, quien impulsaría a su hermano Pablo.
Juan Zabaleta tampoco tiene un panorama fácil en Hurlingham. El intendente albertista, ante la ausencia de una figura propia de peso, tiene en su distrito un candidato que algunos consideran número puesto, pero pertenece a La Cámpora. Es Martín Rodríguez, número dos de Luana Volnovich en el PAMI, quien incluso logró ubicar a un hombre de su riñón para encabezar la lista de concejales en 2019 y ser el primero en la línea sucesoria municipal.
Otro caso donde la sucesión genera incertidumbre es Escobar. Ariel Sujarchuk no ha construido un heredero claro en sus años al frente de la intendencia. Uno de sus hombres de mayor confianza es Carlos “Beto” Ramil, a secretario general del municipio, quien lo acompaña desde el inicio de su gestión y forma parte de la mesa chica del jefe comunal. En el distrito asoma también Pablo Ramos, un hombre de La Cámpora, actual secretario de Cultura y Turismo y expresidente del Concejo Deliberante.
Muchos de ellos tienen la esperanza de sortear el escollo que significa la ley que puso fin a las reelecciones indefinidas mediante la vía judicial. Muchos sostienen que no puede aplicarse retroactivamente. La ley fue impulsada por Juntos por el Cambio y por el Frente Renovador de Sergio Massa, hoy socio en el Frente de Todos. Mientras esa batalla que ya iniciaron algunos jefes comunales no dé los frutos que pretenden sus impulsores, si quieren retener el preciado poder territorial, muchos deberán ponerse a trabajar para moldear a un heredero o heredera.