Aborto 2020

Debate intenso y pronóstico favorable para la madrugada

La Cámara baja transitaba por segunda vez en dos años un histórica sesión. Posiciones, cruces y los cambios de opinión. Habría aprobación con 130 votos.

 

En su calidad de miembro informante del plenario de comisiones que tramitó el proyecto en dos semanas, la legisladora del Frente de Todos abrió el debate que comenzó al mediodía en la Cámara baja, con la mayor presencia de diputadas y diputados en el recinto desde el comienzo de la pandemia. Es la segunda vez que un proyecto de legalización del aborto llega a esa instancia. La primera vez fue en 2018 y quedó frenada en el Senado luego de ser aprobada por la voluntad de 129 votos afirmativos y 125 en contra. 

 

La lista de oradores y oradoras cuenta con 165 voluntades y puede extender el debate hasta las cuatro de la madrugada del viernes, cuando está prevista la votación del proyecto de IVE. Luego continuará con el tratamiento del segundo proyecto del temario, también enviado por el Presidente: la iniciativa para que el Estado acompañe los primeros mil días de niños y niñas desde su nacimiento. Durante las primeras horas de la sesión comenzaron a expresarse las posiciones a favor y en contra de un texto que podría obtener la aprobación con 130 votos. Las estimaciones varían y surgen al calor de los intercambios que a veces originan sorpresas, como el caso de Flavia Morales, del Frente de la Concordia Misionero, que hace dos años había votado en contra y ahora anticipó su posición a favor. 

 

Cuando abrió el debate, Moreau sostuvo que los dos proyectos impulsan "más justicia social e igualdad de oportunidades, amplían derechos y cuidan la salud entendida de manera integral". Tres oradores después, el macrista Fernando Iglesias le salió al cruce. Recordó que no había dado cuórum y no pensaba hablar, pero remarcó el "oportunismo" del oficialismo de tratar el tema en medio de la pandemia. 

 

"La absoluta mayoría de los países a los que quisiera que Argentina se pareciera tiene aborto y la mayoría de los que nos estamos pareciendo no lo tiene", dijo el integrante del ala dura del bloque del PRO. Luego, presentó una objeción: "Quienes estamos a favor de la IVE lo creemos posible porque en el embrión no se halla un ser humano, pero un feto fuera del ser humano sí lo es. Así como la ley aplica los límites temporales, considero que el aborto no puede prolongarse por todo el embarazo y no puede ser que la ley permita que haya aborto al séptimo, octavo y noveno mes", aseguró para introducir una modificación que luego fue apoyada, para su sorpresa, por Luis Di Giacomo, del monobloque Juntos Somos Río Negro, un espacio aliado al oficialismo, que votará a favor. 

 

Una de las incógnitas durante el tratamiento en comisiones giró en torno a la posición de otro aliado esquivo, como el bloque Córdoba Federal, que presentó un proyecto propio y responde al gobernador mediterráneo Juan Schiaretti. La posición de esos cuatro escaños fue anticipada por su consorte, Alejandra Vigo, la primera del espacio que tuvo uso de la palabra. "Nuestro proyecto nunca fue considerado y el del Ejecutivo es por demás inoportuno", sostuvo. "No hemos acordado con el Ejecutivo, defendemos la necesidad de aplicar los protocolos para abortos no punibles", dijo y cuestionó a "las personas que se colocan por encima de la ley cuando agitan el fundamentalismo cristiano con un amparo que frenó por años la práctica que ya había convertido en jurisprudencia un fallo de la Corte". 

 

Vigo sostuvo que "ninguna mujer debe ser penalizada por realizarse un aborto" y aseguró que "las mujeres no hacemos un aborto como parte de ninguna clase de libertad; las mujeres llegan a tomar esa decisión cuando el embarazo es insostenible". 

 

A su turno, el pampeano Martín Maquieyra, del PRO, cargó contra el proyecto. "Estamos llevando a que en la Argentina los imperfectos no nazcan", bramó y pidió: "No permitamos que se legalice el descarte; cada peso que gastemos en estos abortos es un robo a la vida de los que quieren nacer y no se les permite". 

 

La fueguina Mabel Caparrós, del Frente de Todos, tomó el guante. "Les pido por favor que no nos vinculen con la muerte, (porque) estamos legislando para la vida, para que tengamos mas derechos, más educación y más educación sexual integral, cuya ley es increíble que no se pueda aplicar", disparó, mientras la escuchaban distintas ministras y funcionarios del Gobierno que fueron al recinto para transmitir el respaldo del Presidente. 

 

Tal como se esperaba, el mendocino José Luis Ramón, del interbloque Unidad y Equidad para el Desarrollo, repitió la posición que tuvo en 2018. Anticipó su posición negativa y aseguró que "hay comunidades que no están siendo escuchadas". Pocos minutos después, lo atajó la entrerriana Gabriela Lena, del FdT. "Si esta ley se sanciona, no obligará a nadie a abortar, pero a aquella mujer que dolorosamente decida hacerlo, se le dará derecho a una decisión libre e informada, sin prejuicios y sin discriminación hasta la semana 14 de gestación. En cambio, si decide continuar con su embarazo, la ley de los mil días le ofrecerá protección", redondeó. 

 

Desde el macrismo, pero atravesada por la marea verde, la bonaerense Camila Crescimbeni hizo una fuerte defensa del proyecto, pero les habló a sus pares celestes e indecisas. "Tenemos que ser nosotras y nosotros, tenemos que entender con empatía las realidades que atraviesan a las maternidades. En eso estamos trabajando hoy, que el Estado esté presente. Todos compartimos el deseo de que la sociedad esté mejor, que sea justa y que no criminalice. Reivindico cómo llegamos a este debate luego del que impulsamos en 2018. Nuestra generacion quiere hablar más, no menos. Eso es lo que estamos votando hoy acá", aseguró. 

 

Poco después fue el turno de su compañera de bancada, Dina Rezinovsky, activa militante contra el aborto. "Nos trataron de cínicos por defender a las dos vidas. Cínicos son ustedes, que le ofrecen a la mujer el aborto. Es muy difícil lo que propone el Gobierno a sus diputados: votar en contra de lo que quiere el Gobierno o lo que quiere su pueblo", disparó y luego apeló a la diferencia entre el interior y la capital. "Hasta ahora se movilizaron 528 ciudades y pueblos contra el aborto. Esa marea verde de la que hablan es un simple charquito", ironizó antes de endurecer sus acusaciones. "Me frustra saber que con la billetera están comprando diputados oficialistas, que están dando vuelta diputados", denunció. 

 

La riojana Hilda Aguirre, del Frente de Todos, mostró otra posición sin perder de vista su confesión religiosa. "En mi provincia hay mucha hipocresía: los médicos se niegan (a practicar abortos) en los hospitales públicos, pero lo hacen en privado", sentenció y mencionó "un reciente trabajo realizado por la organización "Chicas Poderosas", que demostró que en La Rioja, durante la pandemia, aumentaron un 80% los abortos y cada 12 horas una niña y una adolescente dan a luz". También explicó que "el 70% de esos embarazos no son deseados y cada 44 horas una adolescente llega (a un centro de salud) con problemas por un aborto clandestino". "En mi condición de católica apostólica y romana, digo que mi voto será afirmativo y que Dios me lo demande", concluyó. 

 

Poco después, su compañero tucumano de bancada, Carlos Cisneros, acompañó la posición. Antes de anticipar su apoyo a la ley, recordó los 29 meses de prisión que sufrió Belen, la joven criminalizada por el estado provincial. "Estamos en 2020 y se sigue criminalizando a mujeres con un código penal de hace 100 años. Lean este libro, 'Somos Belén", recomendó Cisneros en referencia a la obra escrita por la periodista Ana Correa, que cuenta la lucha de esa joven y su abogada, Soledad Deza. "Acompaño esta ley para que haya justicia. En Tucumán hay abortos y el método son dos agujas de tejer", denunció.

 

Rogelio Frigerio en su despacho en la Casa Gris.
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