El peronismo de Santa Fe extendió su tiempo de fiesta y le dio a Alberto Fernández un triunfo inobjetable y contundente. Escrutado el 95 por ciento de los votos, la diferencia a favor del candidato de Todos en la tercera provincia del país por sobre el presidente Mauricio Macri rozó los diez puntos. Al igual que las elecciones provinciales, Rosario fue el baluarte donde se sacó una extrema ventaja, en este caso de casi 20 puntos.
El proceso de unidad que le dio este domingo una victoria apabullante al ex jefe de Gabinete es una suerte de réplica de lo que Santa Fe empezó a cosechar dos años atrás. “Unidad en la diversidad”, lo llaman por estos lares. La contienda que ganó Omar Perotti, por ejemplo, reunió a todos los sectores internos del PJ. Nadie quedó afuera.
Abocado a la transición del paso de gestión, el rafaelino se apartó del cierre de listas. Se condecoró al camporista Marcos Cleri como cabeza de la nómina y nadie –al menos públicamente– zapateó.
Pero la aparición estelar del senador nacional arrancó cuando se juntó a cenar a solas con Fernández. Ahí lo conminó a firmar un acta compromiso con obras y cuestiones urgentes que demanda Santa Fe. Fernández aterrizó en el centro norte hostil y Perotti armó la agenda. El PJ santafesino se encolumnó sin dudarlo, la base ya estaba sólida.
El corolario fue el imponente acto en el Monumento a la Bandera. Toda la dirigencia justicialista se parapetó en la emblemática zona de Rosario. Y Perotti, según Fernández, cumplió un rol estelar. Confían al lado del senador nacional que ocupará una suerte de liderazgo de los gobernadores si Fernández celebra en octubre. Somos socios, pero tenemos necesidades.
“Hay que unir a los argentinos, construir una patria para todos”, planteó Perotti en la sede del PJ, en la capital provincial. Su compañera de fórmula y vicegobernadora electa, Alejandra Rodenas, siguió la jornada desde Rosario.
“Santa Fe va a ser protagonista”, remarcó el rafaelino y habló de “volver a coordinar sus acciones con Nación”. Teléfono, Fernández. Luego, se quejó de que más santafesinos podrían haber optado por Todos, pero “a muchos no los dejaron ver, le quitaron la posibilidad de la información”, en una clara referencia a las encuestas que pifiaron feo el resultado.
Macri, por su parte, le había puesto muchas fichas a Santa Fe. Cuando cerró campaña en Rosario, el lunes, recordó que visitó la provincia unas 25 veces. Pero como publicó Letra P, la cuna de la bandera le resulta un territorio absolutamente esquivo desde hace dos años. Llegó a los 33 puntos, apenas por encima de la media nacional.
Muy lejos de los tanques quedó el candidato de Consenso Federal 2030 Roberto Lavagna, a quien apoyó el socialismo que aún gobierna de la mano de Miguel Lifschitz. Arañó el 14 por ciento, un número para no despreciar en virtud de que el ex ministro de Economía sacó el 8 nacional.
En la categoría legislativa se repitió la lógica. Cleri ganó cómodo, seguido del PRO Federico Angelini y el socialista Enrique Estévez.