“Los que están acá es porque son amigos, es un día especial”, dijo Esteban Bullrich mientras soplaba las velitas de su cumpleaños número 50. El senador celebró su mitad del centenio en el Galpón de Milagros, un local palermitano sin lujos. En su discurso no hubo apelaciones políticas, pero en las charlas entre invitados reinó una calma extraña en Cambiemos, en un momento complicado. Envalentonados con la calma cambiaria, los funcionarios comentaron que la imagen negativa del gobierno de Mauricio Macri se modificó y que hoy las chances de reelección siguen intactas. Brindaron por la fragmentación del peronismo y compartieron un momento de paz inédito en medio de los sacudones económicos. Hasta sacaron pecho con la fortaleza de la candidatura del presidente y bromearon con el ya extinto Plan V, con la propia gobernadora María Eugenia Vidal, entre los convidados.
“Salimos del pánico”, explicó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, mientras picaba pinchos de pollo, parte de un menú modesto que incluyó cazuela y una barra de cerveza y tragos. El funcionario contó que “hace un mes esta calma era impensada”. A su lado, Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, vendía que esa mejora influyó en encuestas que lo muestran a Macri de nuevo con chances y que ahora se viene el momento de estrellato de Marcos Peña, “el que nunca falló en una campaña”. Asentían otros ministros: Patricia Bullrich, de Seguridad; Guillermo Dietrich, de Transporte, y Rogelio Frigerio, de Interior, también amigos del senador.
Bullrich celebró los 50 con la presencia de Vidal. Hubo bromas sobre el fin del plan V.
Seguían atentamente esa charla algunos CEOs amigos del agasajado, como el jefe del HSBC, Gabriel “Pájaro” Martino; el cafetero Martín Cabrales; el titular de Globant, Martín Migoya, y Carlos Miguens Bemberg. El ex Quilmes es casi pariente: la novia de su padre es Cristina Miguens Bemberg.
En medio de un clima muy íntimo, se cruzaron sensaciones sobre lo que ocurrirá en octubre, luego incluso de conocerse que el post kirchnerismo presentará a Alberto Fernández como candidato a presidente con Cristina Fernández de vice. Así, se trazaron tres escenarios en las tres grandes batallas: la Ciudad, la Nación y la Provincia. Vidal llevó con ella a su ministro de Agroindustria, Leo Sarquís, y al jefe de Economía, Hernán Lacunza. En las apuestas sobre los resultados de las PASO, la gobernadora es la que tiene el semáforo yéndose al rojo. Siempre según el prisma de Cambiemos, la contienda bonaerense es “compleja”. Cerca de la gobernadora blanquearon que “ahí competimos directamente contra Cristina”. No se animaron a pronunciarlo en voz alta, pero algunos CEOs preguntaron si Macri no tira para abajo. No hubo respuestas. Sí admitieron, ante consultas de invitados, que Vidal precisa un nivel de corte de boleta muy elevado en el caso de que Macri no traccionase.
La invitación de la fiesta de 50.
En el evento, que arrancó a las 20 y terminó cerca de las 23, los dirigentes del PRO confesaron que la única de las tres batallas que “está ganada” es la de la Ciudad de Buenos Aires. “Horacio (Rodríguez Larreta) le gana hasta al candidato de la unidad, pero muy tranquilo”, se entusiasmaron. “Estamos más tranquilos, ¿no?”, le dijo uno de los ministros presentes a Migoya, de Globant, uno de los unicornios predilectos de Macri. Le respondió que sí, pero que la incógnita era “cómo está Mauricio”.
Los armadores del PRO dicen que, a diferencia de lo que ocurría hace unas semanas, al Presidente lo ayudan la economía y el peronismo. Casi que levantaron la copa por los caprichos del ex ministro Roberto Lavagna de querer jugar solo. Y la falta de concreción de Sergio Massa, que da señales pero no confirma una unión de hecho con la fórmula FF. “Está medio solo, no se le acerca gente”, dijo uno de los ministros mientras recibía unas fotos de otro evento que estaba ocurriendo a la misma hora, pero en el predio de La Rural. La foto enfocaba al tigrense en una de las mesas de la cena de la Fundación Huésped. Se esperaba que allí también estuviera Alberto F., pero pegó el faltazo intencional y sólo acompañó a Massa el salteño Juan Manuel Urtubey. Para los presentes en el cumpleaños de Bullrich, la imagen sintetiza la situación de presunta confusión del PJ, ergo, un beneficio directo para Macri.
Para Cambiemos, la fórmula FF favorece las chances de Macri.
Cambiemos envió a esa cena a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y al secretario de Salud, Adolfo Rubistein. Fue un evento sin presencia fuerte del macrismo, donde reinó el peronismo y dos muy buscados: el presidente de Boca y operador judicial de Cambiemos, Daniel Angelici, y el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, tentado para ser candidato porteño por la oposición.
“Va a haber grieta y eso es una buena noticia para nosotros”, explicó uno de los invitados, miembro del gabinete nacional. Puede sonar a poco, pero para Cambiemos parece ser un oasis luego de un desierto de encuestas que mostraban a Macri fuera de combate. Hoy, las sensaciones del cumpleaños son una postal del momento, una foto de un entusiasmo moderado pero real.