Un mensaje a imagen y semejanza de la construcción que Horacio Rodríguez Larreta trabajó desde que asumió en 2015: un jefe de Gobierno que se muestra como un intendente, que esquiva disputas y definiciones políticas para hablar únicamente de la gestión de la Ciudad de Buenos Aires. Al cabo de 36 minutos de discurso, en algunos pasajes leído, el alcalde ensayó una profunda defensa de su administración y, a diferencia de años anteriores, sumó un capítulo aparte al relato ante los legisladores: una defensa a la gestión del presidente Mauricio Macri y respaldo a la coalición Cambiemos en vísperas a las elecciones presidenciales.
En el último año de su mandato, Rodríguez Larreta reafirmó que irá por la reelección y, veladamente, dejó entrever que ata su destino político al Presidente y al proyecto político de Cambiemos, golpeado en las encuestas por una crisis económica que combina alta inflación, incremento de tarifas, caída de la producción, del salario y un crecimiento de la pobreza que también se siente en el distrito porteño: según cifras oficiales, de 2015 hasta la actualidad 225.000 personas cayeron bajo la línea de la pobreza.
Ese mensaje de apoyo a Macri, el alcalde lo bajó internamente semanas atrás cuando confirmó que unificaba la elección porteña con la nacional. sin embargo, esquivó referencias a la situación nacional y, únicamente, se limitó a subrayar que "estamos saliendo de una situación difícil" en lo económico. Rodríguez Larreta sabe que su suerte depende del devenir del Presidente, mientras mantiene y defiende su sueño presidencial impulsado desde el pago chico PRO. No obstante, abanderado de la perseverancia, esperará su tiempo. Quiere y trabajará para la reelección de Macri, aunque la imagen de su gestión y la intención sean las más altas dentro de la coalición Cambiemos, según las encuestas propias que lee junto a Jaime Duran Barba y Santiago Nieto. En confianza, y ante los íntimos, siempre recuerda su primer dibujo en épocas de jardín de infantes. La maestra les pidió a los alumnos que dibujasen cómo se imaginaban años después o que expresen alguno de sus más profundos deseos: Rodríguez Larreta se dibujó vistiendo la banda presidencial.
Como era de esperarse, el mensaje del alcalde se enfocó en los datos duros de la gestión, que fueron cuestionados por la oposición en redes sociales. Una especie de chequeo de datos y cifras en tiempo real que algunos ediles opositores publicaron en Twitter, mientras el jefe de Gobierno desarrollaba su discurso. Previamente, el bloque Unidad Ciudadana convocó a una rueda de prensa para golpear primero y rechazar la gestión porteña.
Alejado de definiciones políticas y con la obvia decisión de evadir confrontaciones con la oposición, Rodríguez Larreta se enfocó en la gestión y enumeró cifras sobre las áreas de educación, cultura, seguridad y las políticas de género que llevó adelante su administración en cuatro años. Mientras tanto, un grupo de docentes avanzaba hacia Plaza de Mayo para reclamar una nueva negociación salarial en la Ciudad, tras el rechazo al incremento del 23% que puso sobre la mesa la ministra de Educación, Soledad Acuña, presente en el recinto porteño.
Nuevamente, el mensaje de Rodríguez Larreta ante los 60 legisladores porteños se enmarcó en los cánones de un intendente que se limita a hablar de obras de infraestructura en curso y culminadas, Para esa faena trabajaron el director general de Planificación Comunicacional, Nicolás Merchensky, y el subsecretario de Contenidos, Christian “el Negro” Coelho, cuyo equipo tiene la tarea de entrelazar esa cantidad de datos en el texto que Larreta llevó al Parlamento. Al mismo tiempo, los responsables de la comunicación oficial fatigaron las redes sociales con textuales del jefe de Gobierno. La tarea recayó en el equipo de la Subsecretaría de Comunicación, a cargo de Federico Di Benedetto, otro de los cerebros comunicacionales del larretismo y pieza fundamental de la estructura política y la estrategia del titular del Ejecutivo porteño.
Flanqueado por su gabinete, Rodríguez Larreta cerró su discurso con un breve repaso por la gestión macrista en la Ciudad como "base del proceso de transformación" que, según su visión, lleva adelante la gestión actual en territorio porteño. Lo escuchaban las autoridades del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y de organismos autónomos de la Ciudad como el Consejo de la Magistratura, la Auditoría, el Ente de Regulador de Servicios Públicos y la Defensoría del Pueblo, que minutos después renovó su cuerpo de miembros bajo un acuerdo entre Larreta y Martín Lousteau, como adelantó Letra P.